Revista Cocina
Qué maravilloso este mundo de las mermeladas, no había hecho ninguna hasta que me decidí por la de "uvas negras Acappela" y desde entonces no he parado, aunque esta es la segunda, porque no doy a basto a recopilar botes y a consumirla, aunque la reparto a familiares y amigos, tengo un montón de ideas que he ido creando a medida que combino sabores e ingredientes y pienso ¡esto estaría riquísimo en mermelada! uuummm y se me hace la boca agua, cojo papel y boli o cualquier sitio donde apuntar para que no se me vaya la idea y ¡ala! al cajón de las recetas pendientes... que poco a poco iré sacando y que tendréis el gusto de degustar, valga la redundancia ;-)
La historia de esta es mi gran afición a las ciruelas y mi dependencia a ellas debido a mi complicado transito intestinal (me ruborizo), cada mañana de una manera u otra tengo que consumir esta fruta que tanta fibra tiene y cuando llegó a mis manos un paquete de azúcar integral de caña pensé que la combinación no podría ser mejor, ya que el azúcar también aportaría mas fibra que el común, además de un sabor y color delicioso y particular. Probad a poner este azúcar en vuestros postres ya veréis.
Ingredientes:
- 750 gr. de ciruelas claudias - 350 gr. de azúcar integral de caña
- medio limón
- una manzana mediana
- higos secos
Preparación:
Lavamos, deshuesamos y troceamos las ciruelas. Pelamos y troceamos la manzana y añadimos todo junto con el zumo de medio limón a una cazuela amplia donde removeremos bien un minuto a fuego suave. (El limón es fundamental en las mermeladas de ciruela claudia porque evita que se oxiden y cambien el color)
Añadimos el azúcar, mezclamos bien y dejamos cocer a fuego suave removiendo de vez en cuando unos 15 minutos.
Una vez lista y blandita la fruta y que veamos que ha soltado jugo y almíbar retiramos del fuego y pasamos por la batidora, no demasiado para encontrar algún trocito que así la textura es mas agradecida. (Esto va en gustos, si os gusta líquida batiréis hasta conseguir vuestra textura ideal)
Cortamos los higos con unas tijeras en trocitos muy pequeños y los añadimos a la mermelada, mezclamos bien y listo, ya solo nos queda envasar.
Ya sabéis el proceso, lavamos bien los tarros y las tapas y las ponemos a hervir en la olla exprés unos 10 minutos. Sacamos y escurrimos y con ayuda de un trapo o guante de horno cogeremos los tarritos aún muy calientes y los rellenaremos con cuidado. Tapamos fuertemente y damos la vuelta para hacer el vacío al menos durante 15 minutos.
¿Quién quiere desayunar conmigo?