Aroma, sabor , tradición son las características principales de esta receta, sobre todo si la hacéis poned mucho cariño, se lo merece.

Pelar y despepitar los tomates, el peso se reducirá a 1,250 Kg. aproximadamente, dejar escurrir en un colador grande.
En una cazuela poner el tomate muy troceado y el azúcar, ir cociendo a fuego medio, se formará una espuma que es mejor retirar.
Cuando hierva bajar el fuego y añadir los clavos y la canela, ir removiendo de vez en cuando. El tiempo de cocción será de unos 35-40 minutos, hasta que obtenga una consistencia “ligada”, sin ser espesa.
Retirar del fuego, sacar la canela, envasar en los tarros y darles la vuelta dejándolos así hasta que se enfríen. Comprobar que han hecho el vacío y guardarlos en la despensa.
NOTA: Es muy importante estrujar bien los tomates y dejarlos que suelten cuanta más agua mejor, así nos reducirá el tiempo de cocción. ** La espuma que se forma son las “impurezas” del tomate, es mejor retirarla. ** Si se quiere una textura más fina se puede triturar la mermelada antes de envasarla. ** En lugar de clavos se puede poner una c/p de canela molida. ** Para esterilizar los tarros se puede hacer de varias manera: hirviendo las tapas y los tarros unos 5 - 10 minutos en agua. Poniéndolos en el horno muy caliente , el mismo tiempo, o bien (yo suelo hacerlo así) darles un lavado en el lavavajillas, así salen calientes, limpios y esterilizados.
Celíacos: aseguraros bien de que todos los ingredientes sean sin gluten.
