ANTECEDENTES DEL MÉTODO FENOMENOLÓGICO
El presente artículo es mayormente un extracto del ensayo-tesina "La Teoría de la Personalidad de Carl Rogers. Una Aproximación Fenomenológica", con la cual, después de un año de prepararlo, me titulé en 1999 en la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima, siendo mi asesora la Dra. en Guestalt Claudia Leticia Yáñez Velazco.
De este Ensayo, a 16 años de distancia, lo que más llamó la atención a los demás fue el extracto que estoy ofreciendo en este capítulo, el cual primero me fue publicado en el año 2003 en www.mundogestalt.com y tuvo más de 40 mil leídas.
Más reciente, y también interesante es lo que dice Francisco Sánchez Gavete sobre el método fenomenológico, en su libro “Constelaciones Familiares. Una Guía de Trabajo” (2011): “…la mayoría de las terapias humanistas o de “tercera vía” lo hacen. Consiste, básicamente, en trabajar con lo que hay, con lo que se presenta y tal como se presenta, evitando, en la medida de lo posible, juicios o interpretaciones, prescindiendo del análisis de causas así como de etiquetas diagnósticas o de cualquier otro tipo de prejuicios. Me gusta definir el método fenomenológico como el método del “paso-a-paso”. Porque de lo que se trata es de atenerse a lo que va apareciendo. Por eso las preguntas pertinentes son “¿qué?” y “¿cómo?”, y es menos pertinente la pregunta ¿por qué?, a no ser que queramos adentrarnos en la exploración de creencias. En mi experiencia, se basa más bien en la observación que en la intuición. Luego la experiencia e, incluso, la técnica también ayudan”.
Este método lo han usado, cada quien a su manera, por ejemplo, Fritz Perls, Milton Erickson y Bert Hellinger.
Dice Bert Hellinger “cuando digo que en constelaciones familiares uso un enfoque fenomenológico significa que me expongo a un contexto mayor sin comprenderlo. ..me expongo a él sin la intención de ayudar, y sin la intención de probar nada…me expongo a todo tal como es…surge una percepción más amplia…y de repente, como un relámpago, destella la comprensión de algo que se halla detrás de los fenómenos…”. La orientación fenomenológica es requisito para todo el trabajo de constelación, tanto para el facilitador, el consultante, y los representantes (si hubiera más personas). Para entonces estar en concordancia con la realidad, el encararla y asentirla tal como es. Exige valor como una actitud libre de miedos a lo que se percibe.
INTRODUCCIÓN
La corriente psicológica humanista-existencial, representada principalmente por Carl Rogers, Abraham Maslow y Fritz Perls se consolidó en la segunda mitad del siglo XX, sobre todo en Europa y Estados Unidos.Por cierto, cabe recordar que la Psicología humanista asevera que nosotros mismos plasmamos la calidad de nuestra vida mediante nuestras elecciones conscientes, el ejercicio de la voluntad y visión del futuro. También, rechaza el hincapié del psicoanálisis en los aspectos inconscientes de la vida psíquica, y también, el énfasis del conductismo en las conductas aprendidas. Admitiría que tenemos motivos inconscientes y hábitos pero que nosotros los podemos cambiar.
Yáñez Velasco (1997) menciona que "el Personalismo y el Transpersonalismo son perspectivas nuevas que surgen del enfoque fenomenológico, superando a la Tercera Fuerza del humanismo de Rogers y Maslow, siendo posturas que incluyen un desarrollo espiritual y resignificación de los valores del ser humano".
“Está claro que –el psicólogo- rechaza la posibilidad de construir una ciencia como se han construido otras, es decir primero observando escrupulosamente la naturaleza y después elaborando planteamientos cada vez más refinados de los problemas”.Carl Roger1
“Para mí, la percepción es realidad por lo que al individuo se refiere. Ni siquiera sé si existe una realidad objetiva. Es probable que exista pero, nadie lo sabe realmente. Todo lo que conocemos es lo que percibimos, y eso intentamos probarlo de distintas maneras. Si se percibe del mismo modo desde varios aspectos diferentes consideramos que es real”.Carl Rogers2
Los conductistas –que no son todos los psicólogos- creyeron que, por fin, habían descubierto la manera de hacer ciencia en la Psicología. ¿Cómo? Trasladando el método de las ciencias naturales hacia la Psicología.
De por sí, el grupo de todas las ciencias es heterogéneo. Algunas de las diferencias que existen entre ellas son que estudian clases distintas de fenómenos, que tienen propósitos disímbolos y aplican por tanto métodos de estudio diferentes4.
Hay que recordar que “los fines y los valores de la investigación científica no están fijos ni son inmutables” 5.
Y es que el objeto de estudio de la Psicología es el hombre mismo, es decir, la ciencia pretende hacer objetivo lo subjetivo.
“A pesar de que hay un acuerdo en que existe sólo una Psicología científica y nadie niega que la Psicología deba basarse en hechos, existe un desacuerdo acerca de la naturaleza de los hechos, lo que representa y cómo se les debe interpretar” 6 Incluso, de manera rápida, podemos decir que, precisamente, la naturaleza, representación e interpretación de los hechos es la razón de que florezcan corrientes y escuelas en la Psicología que, hoy en día, tiene una pluralidad más rica que hace cien años.
La agridulce realidad es que en el ámbito de las ciencias humanas y sociales todavía no se ha llegado a obtener un consenso acerca de la fundamentación científica. Por esta razón no hay una epistemología ni desarrollada ni aceptada en estas ciencias, incluida la Psicología. Hay una pluralidad de respuestas que, Mardones y Ursua 7 ,simplifican en tres posturas: a) Postura Fenomenológica, Hermenéutica y Linguística; b) Postura Dialéctica o Crítico-hermenéutica; c) Postura empírico-analítica. Es decir que, “tras la teoría de la ciencia se lucha por diversos modelos de hombre y sociedad” 8. No es de extrañar por qué la Psicología es una ciencia joven y con mucho camino por delante.
Aunque hay diferencias en los resultados de la investigación científica y de la no científica, estas diferencias han sido exageradas por ambas partes por los científicos y por los humanistas, hasta el punto que se ha perdido quizá la visión del requisito fundamental común, o sea, en cualquier tipo de investigación lo que se necesita es el razonamiento crítico y riguroso; dependiendo de la naturaleza del problema en cuestión. De acuerdo a esto, la Psicología está entre estas dos actitudes (la científica y la humanista) pero, en cuanto ciencia, tiene que asumir una posición moralmente neutral frente a los problemas de la conducta9. Desgraciadamente, ambas posturas han pecado de dogmatismo; por eso y más ya han surgido alternativas a este binomio.
El modelo científico tradicional (empírico-analítico) está fundamentado en las corrientes neopositivista, realista y empirista. Su lógica analítica, mecanicista y de causa-efecto debería ser reemplazada o contrastada por una alternativa de lógica estructural sistemática y dialéctica que represente un nuevo modelo epistemológico por lo menos en Psicología.
Es a partir de la década de los sesenta cuando el modelo cuantitativo empieza a ser replanteado, especialmente en Europa, con los seguidores de la Escuela de Frankfurt, así como en diversas universidades de América Latina, con una fuerte influencia marxista, siendo así el modelo contestatario por excelencia del expansionismo colonial norteamericano. Por lo mismo, no tiene muchos seguidores entre la comunidad científica, pues para muchos se asociaba con un movimiento ideológico de izquierda. Y es en la década de los ochenta y, a consecuencia de los diversos cambios internacionales, cuando en Estados Unidos se empieza a cuestionar la postura tradicional de la investigación, creciendo el interés en el uso de la metodología cualitativa en el ámbito de la investigación social; considerando que en esta metodología el escenario natural es su fuente de datos y que, de no aplicarse bien estos métodos cualitativos pueden generar mayor confusión que la que conlleva un método cuantitativo10.
Parece ser que cada vez son más los que ven los métodos cualitativos como un complemento de los métodos cuantitativos, para obtener más información.
Por otra parte, de una u otra forma, la Filosofía sigue cercana, aunque ya no como antes, no como un lastre, sino como una disciplina que nutre a las corrientes psicológicas con sus influencias a los psicólogos y a sus teoría. Es el caso de la epistemología, por ejemplo.
Merleau-Ponty, Jean Paul Sartre y Edmund Husserl aparecen como los filósofos que más han contribuido a restablecer entre las ciencias psicológicas y la Filosofía esos lazos que los primeros psicólogos querían romper definitivamente11.
En el peliagudo asunto del origen del conocimiento se hallan frente a frente con toda rudeza el racionalismo y el empirismo; en la cuestión de la esencia del conocimiento, el realismo y el idealismo. Pero tanto en este como en aquel problema se han hecho intentos para reconciliar a los dos adversarios. El más importante de estos intentos lo hizo Kant, quien propone el fenomenalismo como la teoría según la cual no conocemos las cosas como son en sí, sino como nos aparecen; el fenomenalismo coincide con el realismo en admitir cosas reales, pero coincide con el idealismo en limitar el conocimiento a la conciencia; por lo que no podemos conocer la esencia de las cosas, sólo el fenómeno12.
Varias decenas de años después de Kant, llegó Husserl, en la transición al siglo XX, para constituir las bases del método fenomenológico.
Husserl menciona que “al mismo tiempo que la fenomenología filosófica, pero sin distinguirse al principio de ella, surgió una nueva disciplina psicológica paralela a ella en cuanto al método y al contenido: la psicología apriórica pura o psicología fenomenológica, la cual, con un afán reformador pretende ser el fundamento metódico sobre el cual pueda por principio erigirse una Psicología empírica científicamente rigurosa”13.
Sin embargo, aunque Husserl le dio al método fenomenológico una orientación más bien intelectual y enfocada a la razón, Max Scheler le dio a este método una orientación hacia los sentimientos, los valores y el amor; afirmando que, más que un método es una actitud ante la vida14.
La fenomenología (humanista) tiene mucha relación con la filosofía existencialista contemporánea.
El método fenomenológico es usado por fenomenólogos, existencialistas, algunos metafísicos así como por diversas corrientes de psicoterapeutas gestaltistas y humanistas, principalmente.
Cabe mencionar que la filosofía existencialista contemporánea no diferencia el mundo externo del interno, porque ambos son percibidos y experimentados psicológicamente. Xirau, dice que todos los existencialistas podrían decir “Existo en primer lugar y luego pienso”15. Mientras que para la fenomenología parece ser que le interesa más la esencia que la existencia.
Aunque hay quienes ponen en un solo costal a los psicólogos humanistas y a los existencialistas, la realidad teórica es que existe una importante diferencia.
Mientras que los humanistas como Rogers y Maslow insistían en la cualidad satisfactoria que puede provenir de tomar su lugar en el mundo, los existencialistas recalcan que lograrlo puede ser difícil y doloroso. Por eso puede resultar complicado conciliar la calidez y optimismo de una postura con la angustia de la otra16.
Lo anterior hace brillar la ácida consideración crítica de Oroz, cuando en un artículo escribe que “podría pensarse que existen puntos de vinculación entre el existencialismo y el pensamiento de Rogers en los siguientes aspectos: a) Ambos utilizan el método fenomenológico, b) tiene un especial interés por la experiencia inmediata, c) en el existencialismo se habla de irracionalismo y Rogers enfatiza los aspectos emocionales y no intelectuales de la experiencia tendiendo al crecimiento. Lo anterior es erróneo e insostenible conceptualmente. Ni siquiera el hombre es un punto de referencia común”17.
Dándole cuerda al reloj de Oroz, nosotros podemos ampliar lo dicho por él diciendo que Rogers fue un psicólogo con una concepción filosófica conscientemente indefinida; utilizó y adaptó el método fenomenológico a la psicología humanista; y a pesar de que Rogers habla de irracionalismo también se preocupa por lo racional al hipotetizar él o sus seguidores sus observaciones fenomenológicas; mientras que el existencialismo es antihipotético.
Rogers menciona: “No sabría bautizar esta (mi) tendencia pero al pensar en ella la asocio con adjetivos y expresiones tales como fenomenológico, existencial, centrado en la persona: con conceptos como autorrealización, llegar a ser, crecimiento; con individuos (en Estados Unidos) como Allport, Maslow, Rollo May”18.
Para desacuerdo de algunos podemos citar que, para Dabdoud, la concepción filosófica de Rogers es fenomenológica y existencialista19.
Volviendo a la fenomenología, hay quien dice que la originalidad de ésta está en la manera de llenar la grieta entre la lógica y la psicología sin despegarse de la experiencia, por una intuición o visión de las esencias que permiten obtener un conocimiento que vale para todos. Por lo que la fenomenología se da como tarea una investigación científica, no de los hechos sino de las formas de la conciencia de los objetos, los que se definen por un acto de conciencia20.
Porque la fenomenología incluye una actitud prelógica (apriórica) que aprisiona las cosas tal como se presentan a la conciencia de la persona, vivenciando este fenómeno y, a través de la intuición, el especialista describirá estructuras comunes entre muchas vivencias y percepciones de esas personas para intentar llegar a la esencia del objeto.
Entonces, tenemos por un lado a las personas que viven un fenómeno y, por otro lado, al investigador o especialista que aplicará el método fenomenológico.
En pocas palabras, “la fenomenología enfoca la experiencia como un todo, no intenta analizar en partes, y considera el significado como central a ella”22.
Por cierto, Rogers, alguna vez comentó que la postura de él y la de Skinner no eran antagónicas sino complementarias, y que el antagonismo provenía de las concepciones filosóficas de ambos.
Y por cierto, ¿qué es un fenómeno?, un autor señala que “fenómeno es lo que se presenta al ser consciente, pudiendo ser considerado: 1) Como hecho exterior; por tanto, objeto de las ciencias de la naturaleza, 2) Como hecho interior; por tanto, objeto de la Psicología. 3)Como hecho condicionado a la vez a una realidad exterior, siendo objeto de la fenomenología y de la psicología fenomenológica”23. Es decir, en un fenómeno interviene la percepción, el intelecto y el sentimiento del sujeto.
A partir de la anterior clasificación sobre el fenómeno, se puede trasladar la atención hacia tres tipos de conocimiento: el objetivo, el subjetivo y el fenomenológico, respectivamente a los incisos anteriores.
Señala Rogers: “a mí me interesa más la Gestalt de lo que la persona percibe en su medio y en sí misma...en cada caso se da enseguida un significado a esa percepción, aunque pueda ser un significado erróneo...”24.
El método fenomenológico no es sinónimo del método introspectivo. La diferencia es que el segundo es subjetivo y basado en sensaciones, sentimientos, fantasías e imágenes; mientras que el primero está fundamentado en la intuición sobre el mundo exterior aunado al mundo interior. Por eso, se puede decir que el método fenomenológico es un puente entre las riberas objetiva y subjetiva.
Gálvez, escribe que “deben ser entendidos en su sentido correcto los términos intuición o intuitivo para hacer referencia a una captación intelectual inmediata; sin confundirlo con lo que llaman corazonada, presentimiento, inspiración, o algo instintivo”27.
Más que opuesta a la razón, la intuición es una alternativa “fotográfica” que permite a la mente un conocimiento rápido y claro; es una percepción donde sobran las razones y la lógica; o como un conocimiento a priori en el cual se confía y se estaría en vísperas de comprobar el acierto.
En la esfera teórica, toda intuición ha de legitimarse ante el tribunal de la razón. Pero la cosa es distinta en la esfera práctica; ya que como seres sentimos y queremos (emoción y volición), la intuición aquí es el verdadero órgano del conocimiento; tal como lo aplicaba Rogers en sus sesiones de terapia, al realizar aspectos de empatía, reflejo verbal y corporal, así como de intuición.
Child, es estricto para afirmar que, “por más que nos sintiéramos confiados en los mejores psicólogos humanistas que tienen un perfecto conocimiento intuitivo de la humanidad se precisaría no obstante que tal conocimiento se comprobara objetivamente, si se quisiera incrementar en el futuro el número de esos individuos altamente calificados. Se alegará que el conocimiento intuitivo de orden elevado no se puede conseguirmediante conocimientos científicos abstractos, sino que requiere precisamente entrenamiento en las habilidades intuitivas o bien que siquiera exige entrenamiento alguno, mediante la debida investigación, qué tipos de entrenamiento adecuado perfeccionan el conocimiento intuitivo”29.
Recordando que el método fenomenológico confía, entre otras cosas, en observaciones sistemáticas, intuición y no en introspección; se puede decir, ampliando lo que mencionó Child líneas arriba, que la ciencia debería ser el siguiente paso a la intuición cuando esta cumple su función de cimiento para la ciencia empírica, tal como ocurre, por ejemplo, en la serendipity.
Se podría considerar que la fenomenología cae dentro de la acepción epistemológica de ideología, es decir, como práctica precientífica. Braunstein y cols. Citan a Piaget (1968), quien menciona que lo que para el fenomenólogo es verdadero porque es una intuición vivida y supuestamente directa y sin contradicciones ni contaminación de lo subjetivo, es en cambio desde un punto de vista lógico sólo un hecho (o mejor aún un dato)32. Y Jean Piaget es alguien que, en sus inicios, utilizó el método fenomenológico para realizar observaciones sobre el desarrollo cognoscitivo de sus hijos, explorando los fenómenos.
Para descongelar las sonrisas despectivas que genera en algunos la fenomenología, no estaría de más enlistar ocho principales malentendidos entre los psicólogos que Giorgi trata de corregir para alcanzar una buena comprensión del enfoque fenomenológico:
“1.-La fenomenología no es un retorno a la introspección , ya que trata con significados más que con hechos y describe el mundo, no supuestos contenidos internos. 2.-La fenomenología no es meramente subjetiva sino que más bien desea entender lo objetivo en términos de los actos subjetivos en los cuales aparecen siempre lo objetivo, y por tanto, es relacional. 3.-La fenomenología no es sólo vivencia, sino que trata de entender el mundo y sus objetos como son experimentados internamente por las personas. 4.-La fenomenología no es un mero estudio de casos individuales sino que empieza con ejemplos concretos como base para el descubrimiento de lo que es esencial y generalizable. 5.-La fenomenología no es anticientífica, sino un modo de practicar una forma diferente de ciencia. 6.-La fenomenología no es especulativa, sino descriptiva y reflexiva. 7.-La fenomenología no se opone a los datos, aunque emplea la variación imaginativa de los datos descriptivos. 8.-La fenomenología no es antitradicional, aunque difiera en ciertos aspectos de la psicología tradicional” 33.
El método fenomenológico se utiliza para hacer referencia de algo que se percibe o que se vive, en relación a lo que se ha de considerar como fenómeno. La persona describe un fenómeno y no un hecho. Es por eso que se afirma que la existencia de un fenómeno no es sinónimo de que exista cierta cosa. Y es que las divergencias o lo rico de este método viene en la significación que el fenómeno tiene para cada persona. Hay que tener en cuenta de que cualquier cosa o acontecimiento, por muy físico y real que sea, únicamente llegamos a conocerlo a través de nuestros sentidos y nuestro cerebro, donde cualquiera de los dos, en determinadas circunstancias, pueden distorsionar por completo la realidad, haciendo que tengamos una idea completamente falseada de los hechos.
El método fenomenológico implica sistematización, entrenamiento, conocimientos teóricos, capacidad de crítica y complementación –no oposición- con la ciencia. También implica un proceso antihipotético, estructural, dialéctico e integral.
Asimismo, no interesa medir el fenómeno, sino describir y estructurar dicho fenómeno fundamentándose en el significado y relacionarlo con el todo sistematizado. Este método no prejuzga, interpreta muy poco y no analiza aspectos lingüísticos ni hermenéuticos del contenido que nos comunica la persona, no analiza ni teoriza inmediatamente, no realiza experimentos ni utiliza matemáticas.
El principio fundamental de toda fenomenología es que existe una correlación entre la esencia del objeto y la esencia de la experiencia vivida intencional34.
Puede haber divergencias en quienes apliquen el método fenomenológico, por eso se busca la retroalimentación entre investigador y la persona, así como entre varios investigadores-observadores; siendo esto una de sus desventajas.
Como contexto histórico del Enfoque Centrado en la Persona (ECP) de Carl Rogers, de 1940 a 1945 el empirismo de este periodo del desarrollo de la teoría psicoterapéutica centrada en la persona sería responsable, desde entonces, de la apertura y la carencia de dogmatismo que caracterizarán a este sistema.
Al final del periodo de 1946 a 1953, con base en las hipótesis emanadas de la práctica clínica y las investigaciones realizadas hasta la fecha, Rogers formuló una teoría fenomenológica de la personalidad.
A partir de 1955 la práctica psicoterapéutica centrada en la persona, con el cúmulo de datos obtenidos de la práctica clínica y de la investigación, evolucionó hacia lo que actualmente se considera psicoterapia experiencial, una psicoterapia más amplia y consciente no sólo de los elementos que constituyen las experiencias de la persona que recibe ayuda y del psicoterapeuta , en un periodo determinado, sino también de los resultados de la interacción de estas experiencias, mediante un proceso de clarificación, enriquecimiento e integración.
Por otra parte, a mediados de 1966, el enfoque psicoterapéutico centrado en la persona no era completamente desconocido en México. Sin embargo, dicho sistema no se había puesto en práctica, y menos aún había generado programas de entrenamiento.
A partir de 1975, Juan Lafarga y José Gómez del Campo han trabajado intensamente en México basados en el ECP.
El trabajo universitario más relevante ha sido la promoción –en varias ciudades de la República Mexicana- de grupos intensivos de encuentro en los que se han formado profesores y estudiantes como facilitadores y promotores del desarrollo humano36.
*Nota: Los libros traducidos al español aparecerán en este Ensayo señalados con el año de la edición en español consultada; de acuerdo a las reglas de la APA. Es el caso de los libros de Rogers, por ejemplo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS1 y 2Rogers, C.R., en Evans, R.I. (1987). Los Artífices de la Psicología y el Psicoanálisis. Conversaciones con los Grandes Psicólogos Contemporáneos. México: FCE, pp. 267 y 2544Rosenblueth, A. (1985). Mente y Cerebro. México: siglo XXI5 Olivé, L. (1991). Cómo Acercarse a la Filosofía. México: Limusa, p.116Mainou, V. (1980). Psicología Humanística. Bibliografía en castellano. CNEIP,6, No. 2 (12), 140-1477 y 8Mardones, J. M. Y Ursua, N. (1987). Filosofía de las Ciencias Humanas y Sociales. México: Fontamara, p. 359Barrat, P.E.H. (1990). Fundamentos de los Métodos Psicológicos. México: Limusa10López-Carrasco, M.A. (1997). Nuevas alternativas para la investigación en Psicología. CNEIP, 2, No. 1, 59-9311Mueller, F.L. (1965). La Psicología Contemporánea. México: FCE12Hessen, J. (1980). Teoría del Conocimiento. México: Porrúa13Husserl, E. (1992). Invitación a la Fenomenología. Barcelona: Paidós14Parent, J. (1983). Un Cuerpo Propiamente Dicho. México: Universidad Autónoma del Estado de México15Xirau, R. (1990). Introducción a la Historia de la Filosofía. México: UNAM16 Carver, C.S y Sheier, M.F. (1997). Teorías de la Personalidad. México: Prentice-Hall17Oroz, D. (1984). Psicología (humanista) fenomenología y existencialismo. CNEIP, 10, No. 2, 147-14818Rogers, C.R. (1991). Op. cit. p.1119 Dabdoud, L. (1990).Síntesis de la Teoría de Carl Rogers. México: UNAM20Mueller, F.L. (1980).Historia de la Psicología. México. FCE22Heather, N. (1978). Perspectivas Radicales en Psicología. México: Continental23González, A. (1990). Fenómeno. Fenomenología. Madrid: Santillana24Rogers, C.R., en Evans, R.I. (1987). Op. cit. p.2827Gálvez, C. (1986). Elementos de Lógica. México: UTEHA, P. 21529Child, I.L. (1975). Psicología Humanística y la Tradición Experimental. México: Limusa, p.3132Braunstein, N.A. y cols. (1991). Psicología Ideología y Ciencia. México: Siglo XXI33Martínez, M. (1989). Comportamiento Humano. Nuevos Métodos de Investigación. México: Trillas, p.17034Scheler, M. 1957, en Parent, J. (1983). Op. Cit.36Lafarga, J. y Gómez del Campo, J. (1989). Desarrollo del Potencial Humano, Vol. 3. México: Trillas