Sobre el año 2003 quise comprar un coche y el que me gustaba era un todo terreno con reductora para ir por el monte en busca de nuevos caminos para ir posteriormente a caballo, por eso buscaba un 4x4.
Al ir al concesionario a comprarlo de segunda mano, me di cuenta que no podía comprar un coche por capricho y tenía que comprar uno sencillo que consuma poco y que no tenga apenas mantenimiento.Así que me fuí a una marca de coches tipo SEAT, buscando un ibiza económico que no da problemas y casi no contamina, pero al entrar allí, aparece la MAGIA, justo en el color que me gusta (verde botella) aparece el coche que yo quería, un SUZUKI 4x4 diesel de segunda mano casi nuevo y bien de precio.
Así que me di cuenta que era una señal, un premio!, no dude en darme cuenta , lo agradecí y lo compré.Fué mi coche hasta el 2017 que me aburrí de arreglarlo, por uso, imagino y también por viejito, ya que lo usé mucho.Tanto que me aburrí de arreglarlo y de un día para otro, mi compañero de vida se asustó de mi, decidí que en vez de volver a arreglarlo y gastarme un dineral, iba a venderlo y ganar dinero con su venta y comprarme uno baratito muy viejito, ya que mi hijo iba a sacar el carnet y por si acaso, pues si tiene algún golpe, que no pase nada, tenga un coche que cueste más el arreglo que el propio coche. Pues hice la operación del siglo!!! en vez de gastar dinero en el arreglo del coche, lo vendí y me compré otro y me sobró dinero para pasar una buena temporada. Hoy soy consciente que el coche es algo material, lo necesitamos los que no podemos desplazarnos de otra manera, pero no es imprescindible ni importante para mi, pero en aquel momento era algo valioso y aprendí a no dar valor a la apariencia y a las cosas materiales, poco a poco comenzaba mi gran cambio espiritual.