Texto original escrito por Ana. Sígueme en Twitter.
El fin de semana me estuve acordando de frases y consejos clásicos de mi papá en relación a la comida como: “no comas comida en la calle” o “cuántos niños pobrecitos quisieran tener ese plato de comida” o “no hagan gestos” (cuando mi hermana y yo hacíamos caras al probar algo nuevo, jaja, éramos expertas en hacer caras) o “no puedes dar una opinión hasta no haberlo probado”.
Por lo que pregunté en twitter y facebook qué consejos o frases en referencia a la comida les dieron sus padres y recibí una cascada interesante y simpática la cual compilé y les comparto:
- “Te acabas todo porque aquí no hay gatos/perros/puercos”
- “Si no te comes el pollito se va a poner a llorar”
- “Mira ese pescadito dice: cómeme”
- “No te levantas de la mesa hasta que te lo acabes”
- “Come y calla guacamaya”
- “A comer ahora que hay porque cuando no haya aunque queramos”
- Después de comer: “Ya pasamos el susto”
- “El que come y canta loco se levanta”
- “De que se tire a que me haga daño…”
- “Toma agua sino se te van a secar los riñones”
- “Desayuna mucho, come más, cena poco y durarás”
- “Si no te lo terminas te sirvo doble”
- “¿Por qué dices que no te gusta X si no lo has probado?”
- “Si te lo acabas te llevo al circo/te doy un dulce”
- “Si comes no hay tele/postre/no va a venir Santa Claus”
- “Comételo es por tu bien”
- “Si no te gusta no te lo comas”
- “Es lo que hay de comer, sino quieres pues no te lo comas”
- “Aquí no es restaurante”
- “Todo en exceso es malo”
- “Come con emoción no por emoción”
- “Si no te cuidas tú, ¿quién?”
- “Come frutas y verduras”
- “Algún día lo entenderás y me lo agradecerás”
- “Si comes espinacas te vas a poner fuerte como Popeye”
- “Aquí nadie sale sin desayunar”
- “La comida es para disfrutarla y amarla, no para odiarla”
- “Cuando seas madre comprenderás muchas cosas”
- “Si comes verduras te vas a poner fuerte como tu papá”
¿Alguna les suena familiar? ¿Se les ocurre otra?
Ahora, lo interesante es reflexionar, ¿qué tanto consideran que dichas frases o consejos han influido en su relación con la comida en su vida adulta?
Hace tiempo escribí “Cinco frases de los papás que afectaron nuestra relación con la comida” donde abordé este tema utilizando algunas frases que generan una relación disfuncional con la comida en la vida adulta.
Obviamente, no todo lo que nos dijeron nuestros padres nos afectó de forma negativa, al contrario, creo que la mayoría de sus palabras nos impactaron positivamente. Pero sea para bien o para mal, esas palabras ahora forman parte de quienes somos.
Peggy O’Mara, experta en crianza, dijo que “la manera en la que le hablas a tus hijos se convierte en su voz interior”.
El impacto de lo que decimos repetidamente va penetrando nuestra mente hasta convertirse en una CREENCIA. Más aún cuando proviene de una persona que respetamos y queremos como nuestros padres.
Una creencia es dar algo por cierto, sin cuestionarlo. Nuestras creencias generan pensamientos, emociones y acciones.
Una de las frases que se me hacen más fuertes es: “De que se tire a que me haga daño…” Si crecimos escuchando esto se nos va generando la creencia de que antes de nuestra salud están las cosas, en este caso la comida. Dejamos de respetar y escuchar las señales de saciedad y hambre y nos vamos acostumbrando a tratar a nuestro cuerpo como basurero (aunque se oiga feo) de lo que dejan nuestros hijos, de lo que sobró de la comida, del último pedazo de pizza, de nuestras emociones….Y luego nos sorprendemos que nos cuesta trabajo controlar las porciones o parar de comer.
“No te levantas de la mesa hasta que te lo acabes” tiene un efecto similar, genera la creencia de la comida como un proceso doloroso, poco placentero, pero además genera un sentimiento de culpa si no se termina lo que hay en el plato.
O si constantemente nos ofrecieron dulces como premio a cambio de comernos las verduras, es lógico que de adultos tengamos la idea de vegetales sinónimo de obligatorio, “a fuerzas” y lo proyectamos con la idea de que no nos gasta la ensalada, y por otro lado, creemos que los dulces, los postres, la chatarra es algo positivo, algo que nos ganamos, que nos merecemos después de un esfuerzo y lo aplicamos buscando recompensarnos y apapacharnos con algo dulce o un antojo.
Este proceso es inconsciente y por eso llega un punto en que simplemente lo hacemos. Incluso aunque vaya en contra de nuestra salud.
Si hay una actitud ante la comida que no te haga sentir bien, te genere una emoción negativa y/o percibas que no puedes controlar pregúntate ¿qué creencias hay detrás de ese comportamiento?
La forma más efectiva de transformar una creencia, es cuestionándola. Cuando tengas claro cuál es la creencia que te lleva a actuar y sentirte de cierta forma, pregúntate: ¿esta creencia me sirve para estar sano y feliz? ¿me genera emociones negativas o positivas?
Si descubres que esa creencia es disfuncional, es decir que ni te sirve para estar bien y genera sentimientos negativos, entonces sustitúyela por otra que sí te permita desarrollarte, vivir plenamente, que te genere placer, alegría.
Por ejemplo:
Una creencia muy común: “no me gustan las verduras”
Cuestiónala: ¿en verdad tienes certeza absoluta de que no te gusta NINGUNA verdura? ¿ya las probaste toooodas, en toooodas su variedades, en tooooodas las formas en que pueden prepararse?
Cámbiala: “me abro a probar nuevos sabores y disfruto descubriendo alimentos sanos para mí”
Y cada vez que en tu mente escuches el “no me gustan las verduras” y sientas resistencia a probar una lindo vegetal, inmediatamente repitete tu nueva creencia y nota cómo cambia tu emoción y tu actitud.
Hoy los invito a pensar en las frases que les dijeron sus papás en relación con la comida y qué tanto han impactado su vida. ¿Qué creencias detectan detrás de su actitud ante la comida? Para los que son padres, ¿qué frases les dicen a sus hijos?