Revista Cultura y Ocio
Nos dejan solos
Cambié de forma de escribir. No. Pero si cambié el contenido de todos mis artículos, mis columnas y mis posts dentro de mi blog. La ayuda que antes me daban se acabó. Y no porque no tuvieran dinero si no porque empecé a criticar su forma de actuar. Un día llegó a mis manos la manipulación de sus discursos, después, una cantidad ingente de facturas pagadas por los que no debían y para terminar, olvidarse del hambre de aquellos que una vez confiaron en ellos. Me olvidé de aquello que un día les prometí. Sumisión absoluta. Ahora me encuentro en la calle, con alguna denuncia por su patrulla y por otros tantos del otro lado que también me esperaban con los brazos cruzados. Se esperaron a que mi cadáver se cruzara en su espera y al final, lo han conseguido. Soy un articulista cualquiera que, tras decir lo que es justo todo lo que tenía se acababa. Su teta se secó y más aún en estos tiempos en los que o manipulas a su favor (en general casi siempre da igual el color) o te ves siendo un caballero que lucha por lo que todos nos merecemos y conquistamos y han decidido anularnos, en definitiva dejándonos en una cuneta que prefieren pasar de largo anunciando unos optimistas datos monetarios allí, en su cúspide que, como todo rey, algún día cae para dejar paso, por lo menos, a algo más nuevo aunque no siempre más claro y limpio. Y mañana cuando encuentre algo, todo esto quedará en una mera cuestión perdida en los anales digitales de un mundo que pretende, eso mismo, que se ignore. Cruzo los dedos porque esto cambie ya. Que falta nos hace.