Miente miente que te despigmentarás

Leyendo un foro de Boca no es difícil encontrar la dificultad que tienen los antiriquelmistas para argumentar en contra del diez de Boca. No es una dificultad intelectual, o sí, es que el odio invade la razón hasta aplastarla contra el cráneo, es que se puede tener la inteligencia de Einstein y de Hawking, pero la falsedad reduce las posibilidades de acción o, lo que es lo mismo decir, la mentira es como Joby Mathew.
A las muchas cosas que se han dicho en contra de Riquelme, algunas de las cuales señalé en algún que otro post de este blog, esos caprichitos que duran veinte minutos porque se van anulando entre sí, se les agrega una nueva.
Ahora dicen que el apoyo que Riquelme recibe en cada partido de local es el de una minoría que accede al estadio por interesada elección de los dirigentes, y que la gran mayoría de los bosteros ya no quiere ver al diez en el club. Bien, podría ser cierto, tal vez es cierto, porqué no. El problema es que al párrafo siguiente agregan que la dirigencia de Boca está comandada por cobardes que no se atreven a echar a Riquelme del club por temor a la reacción del hincha.
Plop!.
Cómo no van a sufrir, cómo no van a estar nerviosos, cómo no van a tomar como una ofensa los argumentos contrarios, cómo no van a interpretar una enseñanza como una humillación, si tienen que vivir protegiendo el propio albinismo.