Revista Cocina
Quiero aportar al reto de Marisa otra receta de aprovechamiento.
En unos días me despido de vosotros para volver después de mis vacaciones. Pensando en mi despedida estos días pasados he ido haciendo algunas otras preparaciones en las que he usado ingredientes muy básicos y económicos, que para no desaprovecharlos y que terminaran en la basura, pasarán a ser un plato digno en nuestra mesa. Me quedaré con alguno más sin publicar esperando a que haya otra ocasión cuando nuestra querida anfitriona nos diga.
Aunque ya tengo publicada esta receta, ahora quiero volver a hacerla para que veáis que incluso de un trozo de pan de dos días se puede hacer un plato bueno y bonito. Acompañado de fruta, además, muy saludable.
Ha sido normal en mi familia poner las migas con melón, llegado su momento álgido. Me consta, sin embargo, que en muchos hogares se suelen acompañar de otras frutas. Será porque casan bien.
Me quedó media barra de pan de trigo de espelta y me estaba reclamando a voces que lo usara en algo rico, fácil, y a pedir de boca me vino a la imaginación gastarlo de esta manera. De cualquier modo os servirá otro pan que sea desmigable, es decir, que al mojarlo, él mismo se deshaga entre las manos.
¿Gustáis?
Ingredientes:
- Pan de trigo de espelta (100 % masa madre) media barra.- Ajos, media cabeza.- Aceite de oliva virgen extra.- Sal.- Frutas: cerezas, uvas...
Elaboración:
Moja el pan bajo el grifo, que el agua entre hasta el centro, sólo para dar humedad. Estruja bien entre las manos, que no quede agua de más. Desmenuza minuciosamente haciendo las migas (esto es lo más laborioso, por llamarlo de alguna manera).
Pon en una cacerola seis-ocho cdas. de aceite y dora en él los ajos machacados. Retira los ajos (puedes usarlos para guisos, sopas o arroces).
Vuelca las migas en ese aceite y sala con cuidado, el pan coge mucho la sal.
Impregna las migas con el aceite y mueve durante cinco minutos a fuego medio procurando que no se agarren al fondo, de ser así despega lo agarrado (no quemado) y sigue moviendo. Apaga el fuego y tapa la cacerola.
Al momento de servir calienta unos minutos más, soltando con la rasera las migas.