Las comidas más sencillas y que se llevan preparando de manera tradicional desde hace siglos resultan exquisitas. Al igual que la contemplación de un edificio, una bella pintura o una obra de arte antiguas, nos transportan a otros tiempos, una comida (ayudada, cómo no, del sentido evocador de los aromas) tiene el poder fascinante de llevarnos a las cocinas y comedores de nuestros ancestros.
Siempre me han gustado estas sencillas migas de pastor. Aparece nítidamente en mi memoria el recuerdo de un desayuno con migas en el Parador de Turismo de Cáceres hace un porrón de años...
Tengo que agradecer a Milagros Cortés (extremeña y madre de dos preciosas alumnas mías) que me transmitiera, como un regalo, esta receta genuina de su Tierra de Descubridores. Porque pienso, sinceramente, que las recetas familiares deben fluir, tener un reconocimiento y hacernos recordar a las mujeres y hombres que antes de nosotros las cocinaron y nos las transmitieron como un legado.
Para 4-6 personas:
- 1 bolsa de migas (400 g de pan duro, del día anterior)
- 1 chistorra o un chorizo bueno
- 5 o 6 filetes de panceta fresca (yo encontré tripera adobada que resultó magnífica)
- una cabeza de ajos
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 1/2 vaso de aceite de oliva virgen
- 1 cucharada de pimentón de La vera (opcional)
- 250 mL de agua
- huevos
- uvas para acompañar
Se utiliza una sartén profunda y se cubre su fondo con aceite de oliva virgen. Se pone a calentar y se añade la panceta y la chistorra (o chorizo) troceados menudos. Cuando las carnes estén un poco hechas, se incorporan los pimentos partidos en dados y finalmente los ajos.
Podéis pelar los ajos o dejarlos enteros, sin pelar, a vuestro antojo. Pido a los lugareñ@s que me informen sobre cuál es la mejor opción...
Cuando todo está sofrito, sin que los ajos se quemen, se echan las migas y se rocían con el vaso de agua. Es fundamental que se remuevan bien, hasta que quede homogéneo. Se dejan unos 5 minutos, sin parar de darles el "meneillo" para que no se peguen.
El resultado final debe ser el de unas migas "sueltas". Si se precisa se puede añadir un poco más de agua. Se sirven con un huevo frito por encima y acompañadas por uvas.
Mil gracias, Milagros.