Chile. 20 de diciembre día 63 de la revuelta popular. Anuncio del fin de las protestas por parte del intendente Felipe Guevara. Para ello dispuso de mil policías y cerco la emblemática plaza en el corazón de Santiago. Comenzó el día de ayer con más de mil “pacos” de infantería, con sus escudos, trajes blindados, gas pimienta, escopeteros de lanzagranadas, escopetas de pedigones, sus armas reglamentarias, cientos de motoristas, decenas de pacos montados a caballo, cientos de vehículos, patrulleras, furgones, micros adaptadas para transportar su tropa, y los infaltables zorrillos y guanacos lanzadores agua con gases y soda cáustica, todo acompañado de sus helicóptero y drones, es decir un monumental ejército para combatir la protesta social e impedir el ingreso a la Plaza Dignidad. Se dispusieron a cercar la plaza con vallas papales y el despliegue de sus pelotones copando los lugares estratégicos, así una vez más subestimaron al pueblo. Máquina de guerra contra la convicción y determinación de un pueblo.
Pusieron un cerco en torno al monumento a Baquedano, con una puerta que abren en caso que algún turista desee tomarse una foto. Instalaron un total de 1.000 carabineros de punto fijo, de los de Fuerzas Especiales, además de los guanacos o carros lanza-aguas y el zorrillo para los gases lacrimógenos. Han anunciado que controlarán de ahora en más la identidad a cada persona que llegue hasta el lugar. También lo harán en el Parque Forestal, puente Pío Nono y en el Parque Bustamante. Porque a partir de hoy, las autoridades han decretado que nadie más se manifiestará en el lugar que el pueblo llama, desde hace dos meses, Plaza Dignidad.
El Intendente ha decretado que basta de manifestarse, ha señalado que no hay autorización alguna para ningún tipo de acto en el lugar, ni asambleas, ni cicletadas, ni conciertos. Como si alguna vez, desde el 18 de octubre pasado, se le hubiese solicitado algún permiso para hacer explícita la necesidad de recuperar la dignidad. Como si cada tarde los cientos, los miles que han concurrido, hubieran considerado siquiera lo que la autoridad podía llegar a decir.
Hoy el Intendente amenazó con «retirar» del lugar a todo aquel que permanezca en la Plaza. Como si no se hubiesen llevado detenidos ya a cientos, como si no hubiesen herido a miles, si no le hubieran disparado sus balines a tantos que han quedado ciegos, incluso muertos.
Insiste en que no está autorizada ni una sola manifestación en Plaza Italia. No advierte que esa plaza hoy ya no existe, actualmente es la Plaza Dignidad, un concepto difícil de comprender para esa Intendencia y este Gobierno. Pero a nadie le interesa lo que estas autoridades digan o no digan, porque ya no representan a nadie. Porque solo se les ocurrió reprimir. El pueblo resistió y seguirá resistiendo, por dignidad, por nada más.
Pressenza