Revista Política
Gran show militarista este fin de semana en Badajoz. En plena crisis -o eso dicen-, se organiza un lucido desfile de las Fuerzas Armadas españolas(FFAA), luego de 15 días de anuncios en los medios destinados a convencernos de que el Ejército español es la mayor ONG del mundo. Pues la verdad, si a lo que se dedica esta gente según se veía en la publicidad es a salvar náufragos, curar niños haitianos y repartir sonrisas entre los ciudadanos afganos, lo mejor sería que los licenciaran a todos y se apuntaran en ONG's reales; nos saldría infinitamente más barato.
Porque resulta que a pesar de que lo que presume doña Barbie Chacón, nuestra ministra de la Guerra y otras Ayudas Humanitarias, en el sentido de que España es uno de los países de Europa que menos gasta en este negocio, el Ejército nos sale a los españolitos por un ojo de la cara. Las cifras cantan. Nada menos que veintesiete mil millones de euros componen la deuda de las FFAA: casi dos veces lo que el gobierno Zapatero pretende reunir saqueando los salarios de los funcionarios y las asignaciones de los pensionistas. Y eso que alrededor de dos tercios de las inversiones en I+D españolas van a parar a la industria armamentística (comisiones aparte, se supone).
Más: mantener a cada soldado español en Afganistán nos sale por sesenta millones anuales de las antiguas pesetas. Un precio un poco caro para mantener en el poder en ese país asiático a los Señores de las Amapolas y al resto de corruptos sicarios de Washington.
Más: según la web de las FFAA, el sueldo bruto inicial para los recién ingresados era en 2008 de 14.420 euros brutos anuales, una verdadera fortuna para gente que en su mayoría llegan a los cuarteles huyendo del andamio en España o del hambre en Latinoamérica, y que mientras estén en el Ejército no tendrán gastos de alojamiento, comida y ropa; que se sepa, a pesar del recorte salvaje en los sueldos de los funcionarios que se aplicará a partir del mes que viene nadie ha hablado de meter tijera a tamaña barbaridad, ni de que vayan a desaparecer los sueldos dobles que se cobran mientras se participa en "misiones en el extranjero", ni de otros privilegios no sólo ecónomicos de los que disfrutan los componentes de las FFAA por el hecho de serlo.
Y naturalmente está el tema de las plantillas, que parece un chiste delirante. Según datos publicados hoy mismo por El País, en España hay 86.000 soldados y marineros de tropa y 50.000 oficiales. Para "adecuar el tamaño de la plantilla del Ejército a las exigencias de la crisis", en 2013 habrá 80.000 soldados y marineros (6.000 menos)...y seguirá habiendo 50.000 oficiales. Es decir, tocan aproximadamente a un oficial cada soldado y medio; si fuera una película del Oeste, se podría decir que en el Ejército español hay casi más jefes que indios. Sólo el diablo sabe para qué sirve una organización en la que hay más directivos que trabajadores.
Y en fin, no seremos demagogos y no preguntaremos cuánto ha costado el espectáculo de Badajoz. Recordemos sin embargo que hace unos días la prensa cavernaria y el PP se llevaban las manos a la cabeza porque la intervención del presidente de la Generalitat catalana en el Senado español costó 6.000 euros en traducción simultánea; seguro que en el desfile y resto de actos han gastado bastante más. ¿Alguien ha protestado por este derroche estúpido, en tiempos en los que el gobierno dice verse obligado a recortar las magras pensiones de nuestros ancianos?.
Dicen los expertos que un ejército europeo saldria infinitamente más barato que mantener los ejércitos "nacionales", y además sería más funcional desde el punto de vista operativo. Claro que si los militares españoles dejaran de envolverse en la bandera patria y se subsumieran en una especie de cuerpo de funcionarios a escala europea, ¿dónde quedarían todos esos privilegios de los que ahora gozan una vez el honor, el patriotismo y todas esas zarandajas fueran substituidos por criterios de eficacia profesional a escala continental, y percibieran salarios seguramente más ajustados a la realidad sociolaboral de su país?.