Al final de una larga jornada, lo que queremos es cenar algo reconfortante. Algo sencillo, casero y acogedor. Una cena que reúna a toda la familia, y nos haga sonreír, de dentro afuera. Y este plato rápido, fácil y nutritivo nos ofrece todo eso y más. Es una versión de la receta sureña Buttermilk Fried Chicken, que sustituye el buttermilk por kefir (porque es lo que habitualmente tenemos a mano en casa), y que en lugar de freír el pollo en freidora, se fríe en sartén y se termina con unos minutos de horno, obteniendo un pollo crujiente por fuera y muy jugoso por dentro. Otra diferencia con las versiones tradicionales es que no se marina durante horas en la leche fermentada, sino que se prepara en el momento. Pero si tienes tiempo, te animo a experimentar marinando el pollo en kefir (o yogur, o buttermilk) durante toda la noche.
El acompañamiento también es una versión de una receta típica de la cocina sureña americana, Creamed Collard Greens. En esta ocasión he usado acelga roja, pero puedes hacerla con acelga verde, hojas de berza o incluso espinacas.
- Medio manojo de hojas de acelga roja, sin penca
- 2 cucharadas de mantequilla
- ½ cebolla, picada
- 1 diente de ajo, prensado
- 375 ml de leche de coco (o nata)
- ½ cucharadita de sal
- 120 ml de caldo de pollo
- 2 pechugas de pollo, sin piel
- 1 cucharadita de sal
- 120 ml de kefir
- 1 huevo
- Una pizca de cayena en polvo
- Media tacita de harina (almidón) de yuca
- 3 cucharadas de ghee o aceite de coco
- Pon a hervir una cazuela de agua con una pizca de sal.
- Lava las hojas de acelga y ponlas una encima de otra sobre una tabla de cortar. Enróllalas a lo largo para formar un cigarro y corta en sentido transversal para conseguir tiras finas.
- Pon las tiras de acelga en el agua hirviendo y blanquea durante 2 minutos. Échalas a un colador y reserva.
- Funde la mantequilla en una cazuela a fuego medio. Pon la cebolla y cocina hasta que se vuelva transparente, unos 3 minutos. Añade el ajo y cocina hasta que desprenda su aroma, aproximadamente 1 minuto.
- Añade 250 ml de leche de coco. Reduce la temperatura y cocina a fuego lento, removiendo de vez en cuando, hasta que la leche de coco haya reducido y espesado, unos 10 minutos. Añade la sal.
- Pon las acelgas en la salsa. Usando una batidora de mano, pica las hojas hasta que estén en trozos pequeños. (También puedes pasarlo a un procesador de alimentos, triturar y volver a meter la mezcla en la cazuela)
- Cocina a fuego medio-bajo durante unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando. Añade el caldo de pollo y los 125 ml restantes de leche de coco. Remueve para mezclarlo y cocina a fuego medio durante 10-15 minutos, hasta que se haya vuelto a espesar.
- Precalienta el horno a 200 ºC.
- Salpimenta ambos lados del pollo con ½ cucharadita de sal y una pizca de pimienta negra.
- Bate el kefir y el huevo en un plato hondo. Combina la harina de yuca con la cayena, ½ cucharadita de sal y una pizca de pimienta negra en un plato.
- Calienta el aceite en una sartén que puedas llevar al horno (me gustan las de hierro fundido de Le Creuset y las de De Buyer). Si no tienes, podrás poner el pollo en una fuente para el horno en el paso 6.
- Pasa el pollo por la mezcla de kefir y luego reboza en la harina condimentada.
- Pon las pechugas con cuidado en el aceite caliente y cocina 2 minutos en cada lado. Lleva la sartén al horno (o traslada las pechugas a una fuente para el horno) y ásalas hasta que se hayan cocinado pero sigan estando jugosas, entre 6 y 8 minutos, dependiendo del grosor del pollo.