Cualquier tiempo pasado fue mejor, una gran frase que en temas televisivos creo que adquiere un alto grado de veracidad.
Tiempos en que sólo había una televisión que si bien era grande, nunca fue libre. Tiempos de infancia en el que el electrodoméstico completaba de algún modo la formación particular.
Tiempos en que la televisión también educaba con contenidos culturales, La bolsa de los refranes, El mundo de la música... programas que a la vez que divertían educaban a los niños o fomentaban su imaginación (Planeta imaginario).
En mi caso recuerdo con agrado el programa mirar un cuadro donde se nos decribían algunos de los lienzos que forman parte de la historia de la pintura. Las Meninas fue uno de ellos y aún guardo en la memoria algunas de las "lecciones" impartidas por la "seño televisión"
Y a partir de dicha reflexión me he dicho: y, ¿por qué no comentar en estas líneas un cuadro?
Y dicho y hecho, el cuadro elegido ha sido:
La libertad guiando al pueblo, Eugène Delacroix (1830)
Delacroix realizó esta obra a partir de las revueltas populares del 28 de julio 1830 contra el rey Carlos X que deribó con la subida al trono de Luis Felipe de Orleans.
Como curiosidad observamos la Catedral de Notre Dame en el fondo de la imagen con la bandera tricolor en lo alto, es la época que Hugo escribía su célebre novela. Y es que tal edificio es el símbolo del pueblo en París.
Una composición piramidal con la base de los cadáveres de la barricada y culminada por la bandera tricolor portada por una mujer con el busto descubierto, alegórica de la libertad. Paralela a ella múltiples líneas diagonales que acentúan la sensación de movimiento, de tensión, e incluso de violencia.
Una pintura romántica que ofrece los aspectos típicos del movimiento (transmitir por medio de la emoción en oposición a la razón neoclásica, fe en un mundo mejor, la muerte...) así como unas novedades que "escandalizaron" a los críticos de la época, el torso desnudo de la mujer, la propia figura alegórica de la misma... que más adelante fueron comunes características del romanticismo.
Es un cuadro de contrastes que acentúan esa sensación de movimiento,tensión e incluso violencia que el pintor pretende no sólo con el tema sino con la propia composición de la obra. Hablábamos de las líneas: la sólida pirámide y las líneas diagonales que la complementan. Uso repetitivo de colores complementarios (o casi) en la propia bandera y otros detalles pictóricos que además son mezclados entre ellos para conseguir diversas tonalidades de grises usados a lo largo del lienzo. Incluso a una mitad inferior izquierda más oscura se complementa la opuesta más luminosa (con el uso mencionado de colores complementarios y la escala de grises resultante de la mezcla en la paleta de los mismos)
Contrastes que se repiten en los temas expuestos en la tela: el pueblo frente al poder ya sea con los propios personajes como la escenificación de los mismos: exaltados de clase baja que han robado a los soldados y burgueses diversos accesorios (gorros, casacas...) impropios de su clase. Se habla aquí de un posible autorretrato de Delacroix en el personaje que porta una escopeta.
Decíamos que en su momento no fue comprendido por los críticos (personajes demasiado realistas) y tardó un tiempo en tener su espacio en el Louvre de París (donde sigue expuesto al lado de La balsa de las medusas de Gericault, lienzo de análoga composición) e incluso fue retocado más adelante por el propio Delacroix para matizar esos "detalles más escandalosos". Por ejemplo: el gorro que luce la mujer, símbolo de libertad en la Revolución Francesa, fue bajado en su tonalidad roja viva a matices más discretos (1895 con motivo de la Exposición Universal).