Ana y Mia es como se refieren en el internet a la anorexia y bulimia. Ambos son trastornos alimenticios, los cuales me atrevería a decir, son de los más peligrosos. ¿Por qué? Porque existe una percepción errónea del propio cuerpo, llegando a convertirse en una obsesión, por lo que la rehabilitación puede tornarse extremadamente complicada.
Al llegar a sufrir un grado obsesivo elevado, es muy difícil que quienes los padecen dejen de llevar a cabo estas conductas de riesgo, tales como disminuir la ingesta diaria de calorías de manera peligrosa, consumir en exceso laxantes y productos para adelgazar (lo que puede tener graves consecuencias para el aparato digestivo) y provocarse el vómito, entre otras cosas.
Quienes hemos tenido la oportunidad de entablar una conversación (con fines terapéuticos o no) con alguien que padece este trastorno, podemos darnos cuenta de que muchas veces están conscientes de que se hacen daño pues en estados un poco más avanzados de estos trastornos se sienten físicamente débiles y tienen malestares fuertes, aparte de recibir los comentarios de la gente que los rodea; comentarios que van desde un “ya estás muy delgada/o”, “te haces daño”, “debes de comer más” hasta un “te estás matando”. Generalmente los tratamientos se llevan a cabo en varias fases porque las recaídas son frecuentes y el riesgo de muerte puede también llegar a ser alto.
Ahora bien, si en circunstancias “normales” es difícil que ellos mismos tomen la decisión de dejar sus hábitos autodestructivos, es aún más difícil cuando hay gente que los anima a seguir y los aprueba. Precisamente este es el caso de las comunidades Pro Ana y Mia, encontradas en varias redes sociales, blogs, e incluso en YouTube podemos encontrar videos con la etiqueta “historias de anorexia”, pertenecientes a chicas que “han logrado” cambios radicales en sus cuerpos en lapsos relativamente cortos. Hay numerosos comentarios que lo desaprueban, o les sugieren que busquen ayuda profesional; mientras otros tantos las alientan a “conseguir su meta”, siendo ésta el lograr su “peso ideal”.
El discurso que se maneja en estas redes, en las que la mayoría de los participantes son chicas, es que llegar a ser una “princesa” cuesta mucho trabajo y duele, ya que solamente pueden ser princesas si tienen una apariencia frágil y delicada, el cual es un estilo de vida que generalmente tiene como objetivo seguir a actrices de apariencia muy delgada, modelos de pasarela y a las chicas que han “alcanzado sus metas”. En estas redes se publican consejos para adelgazar, para disminuir el hambre, para ocultar el trastorno de otras personas, también se recomiendan productos como vomitivos y laxantes, así como otros tantos para disminuir la ansiedad.
Así las “historias de éxito” van aumentando en número junto con las chicas y chicos que sufren este trastorno, y los daños irreversibles y decesos que los acompañan. Las recomendaciones para evitar verse inmerso en este ambiente serán siempre orientadas a mantener un buen autoconcepto y se puede empezar con estos sencillos puntos:
¡No te compares con nadie! Incluso la genética juega un papel crucial en nuestro tipo de cuerpo, recuerda también que la gran mayoría de las imágenes que vemos en televisión, internet y revistas, están retocadas y modificadas.
Ten presente siempre lo mejor de ti. La apariencia física no es lo más valioso que tienes, existen muchas otras cualidades y talentos por los cuales la gente te aprecia. De hecho es bastante probable que a haya gente a la que le parezca atractivo eso que no te gusta de ti.
No busques el camino fácil, pues puede tener consecuencias que te lo cobren muy caro. Si decides que por salud o por estética debes de bajar de peso, hazlo siempre de manera sana. Consulta con un profesional cuál es tu peso ideal correspondiente a tu estatura y otras características fisiológicas, asiste con un profesional en nutrición para tener una dieta adecuada y balanceada y haz ejercicio regularmente.
Lic. Ericka López
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