Este postre resulta muy ligero, pues utiliza la fruta (fresón en este caso, pero podéis usar otra cualquiera pelada y sin huesos para seguir la proporción) y yogures desnatados. El único problema que se generó fue el del desmoldado. Sigo sin coger el "tranquillo" a los moldes de silicona. Tenían una forma preciosa de flores, pero ni siquiera se puede apreciar el dibujo.
Se pueden hacer en copas y servirlas de esta manera. Bueno, el caso es que el sabor resulta fresco y rico, menos dulzón que la clásica bavaroise y más ligero al no llevar nata (sólo añadí una cantidad testimonial).
Para 4 personas:
- 1/2 Kg de fresones
- 8 cucharadas de azúcar
- 2 yogures naturales desnatados
- 2 huevos
- 1 yema
- 6 hojas de gelatina (10 g)
- hojas de menta
- fresones para adornar o nata montada
Se pone la gelatina en remojo en agua fría. Mientras, se van lavando los fresones, se quitan las hojas verdes, se pican y se trituran en la batidora con los yogures (añadí también una pequeña cantidad de nata líquida, unos 50 mL).
Se baten los huevos y la yema con el azúcar en un cazo con fondo grueso. Se pone al fuego suave, sin que llegue a hervir, y se agrega la gelatina escurrida. Se remueve hasta su completa disolución, pero ya fuera del fuego.
Se incorpora esta mezcla al batido de fresas y yogures, se llenan moldes individuales o copas y se metan en la nevera hasta que se cuajen. Yo los preparé el día anterior y estuvieron toda la noche en el frigo.
Se desmoldan y se sirven acompañados de fresones o de nata montada.