Hoy he vuelto a ver por enésima vez la maravillosa película de Ridly Scott basada en la novela de Philip K. Dick, Blad Runner. Esta vez acompañado por mi hijo y mi mujer. Yo en mi silencio interior mientras disfrutaba del argumento una vez mas me quedé prendado al final con las palabras que pronuncia el “replicante” Roy Batty al agonizar:
Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.
(Original) I’ve seen things you people wouldn’t believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orión. I’ve watched c-beams glitter in the dark near the Tannhäuser Gate. All those … moments will be lost in time, like tears…in rain. Time to die.
Ilustra muy bien el sentimiento de angustia ante la muerte y a la vez la tristeza de perder el recuerdo, la memoria, el yo, el ser. Ser conscientes de la finitud. Acabar en el tiempo. Tiempo que hará retornar al polvo estelar, tiempo que nos hará permanecer en la memoria de los amigos o enemigos, en sus mentes, en sus recuerdos hasta el final de sus tiempos. Tiempo, tiempo que finiquitará.
Yo no creo en el alma, ni en reencarnaciones, ni resurrecciones. Una vez muerto si no existe cuerpo ¿Cómo hará que regrese un muerto sin cuerpo que resucitar? Pregunto, cómo se resucitaría: con cinco años o con noventa, quemado, mutilado, etc. No me explico cómo en estos tiempos se puede creer en resurrecciones. Pocas personas son conscientes del estado final de un cadáver y es normal porque el ser humano tiende psicológicamente a nublar la realidad sustituyendo lo real por imaginario, y de lo que la tanatopraxia usa técnicamente para dar esa imagen que ansia el ser humano en su ilusión, un aspecto de sueño eterno. un sueño eterno vendido por las religiones como el que vende humo. Sueño eterno que las religiones bien han sabido cultivar en el engaño con la milonga de una vida en el Más Allá o en el premio o castigo eterno (cielo o infierno). ¿Como se puede sostener la resurrección ante todo esto? Evidentemente un cristiano nos rebatirá sosteniendo la existencia del alma… pero yo insisto preguntando de nuevo ¿Hay evidencia empírica de tal existencia? Si entendemos el alma como una dualidad unida en una sola estructura como afirmaba Tomás de Aquino: el alma y el cuerpo no eran dos substancias distintas, según decía, ambas son conjuntamente una sola y la misma substancia, forma y materia.
Yo soy un incrédulo en materias espirituales y únicamente uso el término “alma” como un concepto del yo, de la inteligencia, de la personalidad. Formada a través de las experiencias, un “alma” que evoluciona y que enferma según su base: el cerebro. Enfermedades degenerativas y altamente destructivas para el ser humano como el Alzheimer, por ejemplo. Ante eso la persona “desaparece” y el yo se desintegra literalmente; no se reconoce a la familia, ni el entorno e incluso los recuerdos quedan borrados. Es duro y triste, pero me gustaría saber qué dirían los defensores del alma (como el concepto místico religioso) ante esto. Ante esas enfermedades no existe la persona y si el alma fuera algo real como las religiones afirman y sostienen hoy en día seguramente habría un atisbo de luz, y no la hay. Lo mismo pasa con comas profundos según sea o no importante el daño neuronal. Idem con las enfermedades de índole de psiquiatría. Incluso las cardiovasculares cerebrales.
“La dualidad alma y cuerpo, la existencia de milagros, la realidad de lo paranormal, la evidencia de un mundo inmaterial, la inmortalidad, otro mundo después de la muerte, son productos emocionales que generan el efecto confortador ante el miedo y la ansiedad que acompañan a las supersticiones. su transitorio e imaginario efecto calmante opera mediante similares mecanismos psíquicos que hoy se denominan efecto placebo (Gonzalo Puente Ojea, El mito del alma, pag. 337.)”
Leyendo más sobre el materialismo de Chárvaka me viene a la memoria una cita que viene bien a esto que escribo, y dice:
Mientras la vida es tuya, vive feliz;
Nadie escapa del ojo buscador de la muerte:
una vez que quemen ésta nuestra estructura
¿cómo harás que regrese?While life is yours live joyously;
No one can avoid Death’s searching eye:
When this body of ours is burnt,
How can it ever return again?
Volviendo a la angustiosa meditación ante lo irreversible, quedan las palabras del “replicante” de Blad Runner: Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.
Admitamos quienes somos, cómo somos, qué papel tenemos en el planeta, qué parte de la cadena evolutiva somos, que interacción tenemos con la Natura y los demás animales. Admitamos como todo lo que pertenece a la madre tierra que somos finitos, nada es eterno. Y que no hace falta ningún chamán, sacerdote, reverendo, pastor, iluminado, brujo, adivinador, profeta, espiritista, charlatán, etc. para comprender lo que la Naturaleza simplemente nos ha otorgado: una sola oportunidad de vivir y en la vida coexistir lo más feliz que se pueda.
Notas:
Blade Runner es una película de ciencia ficción (1982), dirigida por Ridley Scott, basada en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968). Es un clásico de la ciencia ficción.
Tanatopraxia es el conjunto de técnicas y prácticas que se realizan sobre un cadáver para su limpieza, conservación, embalsamamiento, restauración, reconstrucción y para su presentación.
Chárvaka (en sánscrito Chārvāka, en inglés Carvaka), filósofo materialista indio, que vivió en el siglo VII a. C. y fundó una escuela de filosofía abiertamente ateísta y empírica llamada lokaiata o chárvaka
Gonzalo Puente Ojea (21 de julio de 1924, Cienfuegos, Cuba) es un diplomático español retirado. Es Decano del cuerpo de Embajadores de España. Es autor de numerosos libros sobre temas religiosos y de historia de la religión.