Por lo que he estado leyendo, los años del mono suelen ser bastante impredecibles y caóticos; lo cual no es de extrañar, si tenemos en cuenta las características del signo.
Los Monos son provocadores, ingeniosos, atrevidos, inquietos, traviesos y muy curiosos; a diferencia de otros animales del horóscopo chino, los monos afrontan la adversidad con destreza y sin mucho análisis, y son dados a la diversión y las bromas pesadas. No en vano su logo es: “yo entretengo, yo sorprendo.”
Bueno, no hay duda de que los monos -los de verdad- saben cómo divertirse; pero nosotros, los seres humanos, no tanto. A menos que nuestra definición de diversión sea ‘locura extrema’.
Para que se hagan una idea, el último año del Mono de fuego, hace 60 años, fue bastante complicado:
Alguna cosita pasó, ¿verdad?
Años del Mono: 1920, 1932, 1944, 1956, 1968, 1980, 1992, 2004 y 2016.
Pero esto no es nada, porque aparte de las predicciones de fogosa actividad, parece que el año del mono será particularmente desafortunado para, precisamente, ¡los monos!! (y sí, soy mono; y no, no les voy a decir en qué año nací)
La idea es que si un mono paseandero -esa sería yo- atraviesa el territorio de otro mono -ese sería el 2016- el primer monito, indefenso él, deberá mantener el perfil bajo y no hacer olas, para que el Mono reinante (noten la mayúscula) no lo casque y pueda llegar sano y salvo al próximo reino (el 2017). Ya sé, mucha metáfora, pero la cosa es que mono con mono, no es monada.
Yo solo digo esto: a mí que no me jodan; acabo de sobrevivir el 2015, ¡ya estoy cumplida con años complicados!
EriSada