Revista Música
Tras éste título absurdo ( recordemos que Víctor Rozalen junto a Atom Cobalto son dadaistas activos) nos encontramos a la mitad de Viejo Café de Europa, que perfectamente se podría definir como una suerte de Richard H. Kirk (ex- Cabaret Voltaire) ya que aporta experimentación, canciones no convencionales, ritmos imposibles pero bailables y una especie de oscuridad que, sin caer en el dark, llena sus canciones de una especie de "caos organizado".
La lógica evolución del acid techno que se gestaba en los home studios de 1985 en adelante , y que tuvo su explosión en 1988 y su segundo verano del amor, ha pasado de los estudios caseros a lo estudios profesionales ya en los 90,s. Para volver otra vez a las habitaciones de esos creadores anónimos, enamorados de la música y la experimentación en el pozo sin fondo que es ahora la música en internet. Oscilaciones para orejas inquietas, sonidos de baja fidelidad, ritmos rotos y voces anónimas. 303 razones diferentes para que no os perdais este trabajo de 2014.
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