No sólo en la M de los apellidos o en la M de los nombres de los clubes que dirigen se parecen Mourinho y Mancini. También las decisiones que toman durante los partidos, por discutibles, los emparentan.
Ya en el clásico español cuando el Madrid había dejado de ser la tromba de los primeros minutos y el Barcelona se estaba llevando todas las divididas, Mourinho decidió sacar a Özil, quien hasta ese momento había sido el único capaz de proteger la pelota esperando la llegada de los escasos volantes. Optó en su reemplazo por un Kaká con poco ritmo futbolístico. El mismo Kaká al que sólo incluye en los primeros tiempos, así lo hizo contra el Málaga en los dos partidos por copa del Rey.
Mancini no pierde ocasión de sacar del campo a Silva toda vez que es el mejor jugador que tiene. Lo hizo en el partido contra el Chelsea nomás le expulsaron a Clichy, en la derrota contra el Sunderland decidió incluírlo cuando ya iban 10' del segundo tiempo, contra el Manchester United lo reemplazó en el descanso, y contra el Liverpool en el partido de ida de la Carling Cup Silva ni siquiera fue al banco de los suplentes.
Teniendo en cuenta que el juego de Özil y de Silva se caracterizan por resolver un partido en una intervención o dos, parece demasiado apresurado sacarlos del campo en los primeros tiempos o darles apenas 45 minutos para expresarse en la camcha. Habrá que confiar en que los cambios se deben a poco difundidos malestares físicos de los futbolistas, de lo contrario, ¿qué esperan Mou y Man que hicieran Özil y Silva?