Revista Política
Después del choque en el Olimpo que anoche sostuvieron el FC Barcelona y el Real Madrid, no me resisto a subir aquí el mensaje que le he dejado en su blog al Antoñito, uno de mis "primos" madrileños. Como verán, uno también sabe meter el dedo en el ojo ajeno con cierta soltura, al estilo de lo que hizo ayer Mourinho con uno de los globos oculares de Tito Vilanova, el segundo entrenador del Barça.
Antoñito, compadre, te veo escocidito y ladrando tu rencor por las esquinas cibernéticas, pedazo merengón (madridista).
Total, por "ná". Fútbol es fútbol, ¿no? (preciosa tautología donde las haya). Pues eso, ayer el fútbol le volvió a dar un baño al "fúmbol" (el voluntarismo Cristiano; mal día ayer "pa" tos los cristeros, oye), y desde luego al "fúrbo" (encarnado en el campeonato de coces a los contrarios que se disputan mano a mano Marcelo y Pepe).
En fin entiendo que haya gente de mal perder, como Marcelo: es un problema de inmadurez personal, simplemente. Pero lo de Pepe es otra cosa. Ese animal psicótico no parará hasta matar a alguien, sea en un campo de fútbol o en una autopista. A mí ese tío me da más miedo que un portero de discoteca ciego de crack.
En cuanto a Mourinho... ¡eso es un hombre de los de antes de Neanderthal! Ya solo le falta que la emprenda a ostias con los gacetilleros deportivos durante las ruedas de prensa, y habrá tocado la cumbre. Un macho hirsuto puro, como hay Dios. Yo lo casaría con Belén Esteban, iban a hacer un "share" del 99% de audiencia.
Y es que el "Mou" es el único que sabe de qué coño va realmente esta mierda del fútbol-fúmbol-fúrbo (nada que ver con las homilías y los gestos azucarados del fariseo meaperfumes de Guardiola): sangre y dinero, sin más.
¡Viva el circo sin pan!
Abrazotes.
Joaquim