Ingredientes:
- Limones grandes, 3.- Zumo de uno de los limones, 150 ml.- Ralladura de uno de los limones.- Gelatina de limón, medio sobre.- Nata montada, 200 ml.- Clara de huevo (tamaño L), 1.- Azúcar, 8 cucharaditas colmadas.
- Cáscaras de limón, 4 mitades (para 4 raciones).- Hojas de menta y ralladura de limón para adornar.
Elaboración:
Rallamos un limón y reservamos la ralladura. Extraemos el zumo del mismo limón y si nos falta hasta completar los 150 ml. extraeremos parte del zumo de otro limón. Como vamos a emplear las cáscaras del limón para emplatar, limpiaremos bien por dentro las cáscaras (previamente lavadas), ayudándonos de una cucharilla de postre.
El zumo del limón con parte de la ralladura los pondremos en un cacito al fuego, y cuando hierva añadiremos el medio sobre de gelatina de limón. Dejamos en reposo.
Montamos la nata, teniendo en cuenta que debe estar muy fría para que sea más fácil montarla. Lo haremos con una batidora de varillas, sin poner nada de azúcar, que incorporaremos cuando esté prácticamente montada, utilizando cuatro cucharaditas. Reservamos.
Montaremos la clara con un poquito de sal hasta el punto de nieve fuerte, también utilizando la batidora de varillas. Ponemos otras cuatro cucharaditas de azúcar y reservamos.
Mezclamos el preparado de gelatina con la nata y la clara de huevo, suavemente envolviendo las tres y metiéndolas en el frigorífico un par de horas, para que la gelatina empiece a compactar los ingredientes.
Con una cuchara grande, rellenaremos las cáscaras de los limones a los cuáles hemos rasado los fondos para que queden bien asentados. Adornamos con parte de la ralladura de limón y unas hojitas de menta fresca.
A petición de Juana que quiere emplear los maravillosos limones del jardín.