Movie Review – Matrix Revolutions

Movie Review…por César del Campo de Acuña

Dirección: The Wachowski Brothers.
País: Estados Unidos.
Año: 2003.
Duración: 130 minutos.
Género: Ciencia ficción. Acción.
Guion: The Wachowski Brothers.
Reparto: Keanu Reeves, Laurence Fishburne, Carrie-Anne Moss, Hugo Weaving, Jada Pinkett Smith, Harold Perrineau, Nona Gaye, Clayton Watson, Mary Alice, Ian Bliss, Harry Lennix, Collin Chou, Bruce Spence, Lambert Wilson, Bernard White, Nathaniel Lees, Monica Bellucci, Anthony Zerbe y Robyn Nevin.
Música: Don Davis.
Fotografía: Bill Pope.
Montaje: Zach Staenberg.
Dirección artística: Hugh Bateup, Jules Cook, Catherine Mansill y Charlie Revai.
Diseño de producción: Owen Paterson.
Estreno en Estados Unidos: 5 de noviembre de 2003.
Estreno en España: 5 de noviembre de 2003.

Everything that has a beginning has an end

La tercera entrega de la franquicia Matrix, Matrix Revolutions, se estrenó casi seis meses después de Matrix Reloaded. Ambas películas, como ocurrió con Regreso al futuro II y III, se filmaron al mismo tiempo. Entre el estreno de la primera y segunda parte de la secuela, llego a las salas la colección de cortos animados Animatrix, la cual sirvió como precuela a la cinta original de 1999 y a una de las tramas del díptico de imagen real entorno al universo ideado por los Wachowski que llegaron en 2003, el año Matrix. En menos de 365 días, llegaron a las salas tres producciones vinculadas directamente con el sorprendente éxito de Warner en el que sería el último verano del siglo XX. El estudio, sabedor de que retrasar aún más las continuaciones enfriaría al público, puso toda la carne en el asador y lo único que consiguió fue ahogar a los espectadores. Mientras que Matrix Reloaded fue recibida con gran entusiasmo, la recepción de Matrix Revolutions en comparación fue fría. El descalabro fue mayúsculo al bajar, en tan solo una semana, más del 66% de recaudación en cines. ¿Motivos? Sencillamente, Reloaded no cumplió las expectativas argumentales de aquellos que la esperaron.

Revolutions funciono tan mal que, de las tres películas de acción real que componen la franquicia The Matrix (aclarar que, Reloaded y Revolutions son un solo film contado en dos partes), fue la que menos dinero hizo en taquilla. The Matrix consiguió más 170 millones de dólares, Reloaded superó la barrera de los 280 millones y Revolutions ni siquiera recupero el dinero invertido en ella (costo 150 millones y no llego a los 140). La historia del viaje de Neo a la ciudad de las máquinas para poner fin a la guerra con las mismas y liberar a todos aquellos que quisieran desconectarse de Matrix se estrelló. Tras más de 20 producciones parodiando Matrix, tras un lapso de tiempo demasiado largo para la época entre la primera cinta y la primera parte de la secuela, tras no cumplir las expectativas argumentales que los seguidores se habían hecho entorno a como continuaría la historia, tras inundar el mercado y tras bajar la calificación por edades (pasó de R a PG-13) con el objeto de atraer a más espectadores a las salas lo único que se podía esperar es que no funcionara comercialmente al nivel que Warner esperaba y, tristemente, así fue.

Personalmente, antes de volver a verla, la recordaba mucho peor. Sin embargo me he encontrado con una película bastante entretenida sostenida por una trama interesante. Los Wachowski, a pesar del denso contexto en el que se mueven, imprimen a la producción de un ritmo sensacional gracias a escenas de acción espectaculares que, afortunadamente y a pesar del abundante uso del CGI, no han envejecido nada mal. La historia retoma justo en el momento en el que termino Reloaded. Un ejército de Centinelas se dirige a Sión y Neo, tras no entrar en la matriz reiniciar el programa tiene un plan para poner fin a la guerra entre las máquinas y la humanidad al ofrecerse como el único que podrá detener al Agente Smith, software que está desestabilizando Matrix al haber infectado el programa de control. Como ya he comentado, me ha sorprendido para bien. La batalla de Sión, por anticlimática que pueda resultar al estar incrustada en mitad del metraje, es impresionante tanto a nivel visual como emocional. Entiendo que, al no estar los grandes protagonistas de la franquicia implicados en la misma, pudo no gustar a los seguidores de la misma en 2003, pero vista con perspectiva otorga profundidad.

Otro de los momentos que recibió más críticas, quizás más justas que la batalla de Sión, fue el gran combate final entre Neo y Smith en una Matrix infectada por este último. Resulta altamente anticlimática, demasiado exagerada y visualmente, más allá de lo mucho que se trabajó en conseguir las gotas de agua perfectas para la lluvia, poco atractiva dado a su épica oscuridad. Salvo del enfrentamiento el tema musical Neodammerung de Don Davis. Por otro lado, la breve visita de Neo a la ciudad de las maquinas es impactante, al menos desde un punto de vista relativo al diseño de producción al ofrecer una incoherencia estética para la mentalidad de las máquinas de la superficie terroríficamente orgánica y mucho más imaginativa que las breves pinceladas vistas en Animatrix. Personalmente invito a que rescaten tanto Reloaded como Revolutions. El denostado díptico de los Wachowski que conformo la secuela del éxito mundial de Matrix, no es solo que haya envejecido bien, sino que, como películas de ciencia ficción, por manida que pueda parecer la propuesta que ponen sobre la mesa, y de acción funcionan francamente bien. ¿Excesivamente largas? Se lo acepto; ¿un tanto pretenciosas? Puedo comprar ese argumento pero, en este caso, y como ocurre con la primera película de Transformers, lo positivo supera, ampliamente, a lo negativo.

Curiosidades:

El nombre de la estación entre el mundo de las máquinas y Matrix se llama Mobil Ave. Mobil es un anagrama del Limbo, la estación tradicional entre el Cielo y la Tierra.
Muchas de las “gotas de lluvia” en la lucha final entre Neo y Smith son en realidad líneas únicas de código Matrix, similares a las que se ven en el “mundo real” en toda la trilogía. Este sutil efecto fue añadido para indicar que Matrix estaba empezando a desestabilizarse. Este truco visual fue visto fácilmente en IMAX y salas de cine grandes.
Solo se construyó una unida APU (los exoesqueletos que defienden el puerto). Pesaba cerca de dos toneladas. Fue completamente renderizado en Auto-CAD y las partes se hicieron desmontables de modo que para las escenas que involucraban a diferentes pilotos/APU, los detalles podían ser alterados.
Una máquina llamada “The Tuning Fork” (giratoria a 360 grados) fue construida especialmente para el efecto de Neo y Smith luchando en el aire.
La cara de la máquina que habla con Neo en la ciudad de las maquinas (Deux Ex Machina) fue modelada a partir del retrato de uno de los sobrinos de Andrew Wachowski (hoy Lilly).
Gloria Foster y su remplazo en esta película como El Oráculo, Mary Alice, hicieron de hermanas durante mucho tiempo en una obra de Broadway. Esto fue tomado en cuenta por el director de casting, Mali Finn, cuando estaba buscando una sustituta para Foster.
En la película hay 804 tomas de efectos especiales y casi todas ellas contienen algún tipo de elemento de acción real.
Durante la secuencia de la pelea final entre Neo y el Agente Smith y también durante los créditos, es recitado un sloka sánscrito en un estilo occidentalizado que dice: “Asatoma Sat Gamaya, Tamasoma Jyotir Gamaya, Mrityorma Anritam Gamaya”. Significa: “Llévame del irreal al Real, guíame de las tinieblas a la luz, guíame de lo temporal a lo eterno”.
Ian Bliss consiguió el papel de Bane por lo bien que imitaba a Hugo Weaving y por su parecido físico con este último.
Solo fue mencionado en Animatrix pero el nombre de la ciudad de las maquinas es Cero-Uno. La ciudad está situada en un cuadrante desértico de Arabia Saudí. Sión está justo debajo (o al menos eso parece) por lo que toda la acción de la película ocurre en Oriente Medio.