Movimiento Slow

El "Movimiento Slow" que trata de vivir más despacio, no es una cosa que incumba solo a los niños pero puede beneficiar tremendamente a los niños por ejemplo relacionado con un articulo que se ha ido extendiendo también como la pólvora por internet en entornos de padres y educadores (El día en que dejé de decir "date prisa")
Pues el "Movimiento Slow" no es nada más ni nada menos que vivir más despacio, más pausado y entendiendo esta forma de vida como una suma de calidad en cuanto a la vida misma como a lo realizado.

El movimiento Slow quiere dar herramientas a los individuos para que sus existencias no sean una mera sucesión de escenarios encadenados, desprovistos de emociones. 

Muchas veces el pensar en este mundo en los términos "despacio, lento" se traduce a gandul, vago, desinterés,... Y con esta iniciativa nos quieren hacer ver que eso no tiene que ser siempre de esa manera, que el hacer las cosas más despacio y de una en una ayuda a realizar las cosas mejor, con más interés y centrándote en lo que haces.
Nos invita a vivir de forma más pausada, de forma más relajada e incluso a dedicar tiempo a no hacer nada, a meditar, pensar,.. para así mejorar nuestra vida y nuestras decisiones.Nos insisten en que la clave está en encontrar el ritmo adecuado para cada cosa de nuestro día a día y no siempre usar el mismo ritmo de acelere para todo. 
Se debe poder correr cuando las prisas y obligaciones apremian, pero también saber detenerse y relajarse de las cosas del día a día que están hoy pero que no van a estar mañana (cada momento especial del día a día es único e irrepetible) Y esto para mi especialmente hace referencia a los niños cuando somos padres, el vivir su día a día el no llevarlos arrastrados por ese ritmo frenético, el dejarles ser ni

Partimos del Palacio del Congreso de la Nación, un hermoso edificio inaugurado en 1906 cuyo proyecto original perteneció al arquitecto italiano Vittorio Meano. El edificio del Congreso se encontraba en otra ubicación, pero la construcción de la Avenida de Mayo fue el marco ideal para el proyecto de trasladarlo, ya que de esta manera quedaba unido a la Casa de Gobierno. En la actualidad, el edificio se encuentra enrejado y siempre hay vallas policiales esperando contener alguna de las cientos de manifestaciones que se producen en la ciudad casi cotidianamente. Igualmente, es muy interesante observar los detalles de su cúpula y de su decoración.

Casi sin empezar a caminar, con solo mirar hacia la esquina de Rivadavia y Callao veremos un hermoso edificio abandonado: es (o era) la Confitería El Molino. El edificio con estilo art nouveau fue inaugurado en 1916 y cerró sus puertas en 1997. Lamentablemente nunca pudo recuperarse y, dicen las malas lenguas, que una de las razones actuales es la cantidad de manifestaciones que se realizan por la zona, las que ahuyentan a cualquier inversor.

El espacio verde entre el Palacio del Congreso y el inicio de la Avenida de Mayo propiamente dicha está formado por tres plazas: la Plaza del Congreso, la Plaza Loria y la Plaza Moreno, aunque suele llamársela solo por el nombre de la primera. En estos espacios verdes es posible descansar, pasear y observar algunos monumentos, como el monumento a Moreno o el monumento a los dos Congresos (que se refiere a la Asamblea del año XIII y al Congreso de Tucumán). Estos últimos se encuentran enrejados por las agresiones que sufren en cada una de las manifestaciones que se producen en la zona. También es posible ver un monolito que indica el kilómetro 0 desde donde se cuentan los kilómetros de las rutas nacionales.
En la actualidad, no es muy recomendable circular por estas plazas de noche, ya que a veces están habitadas por personas amigas de lo ajeno.

Los “paseadores de perros” ya son una postal de Buenos Aires (y en este caso, lleva pocos perros…). 

Vistas del Congreso desde las plazas.

ños y dejarnos a nosotros ser padres disfrutando de eso de ¡Ser padres! y no unos simples cuidadores de nuestros hijos.

¡Ser padres! y no unos simples cuidadores de nuestros hijos.

Una linda y tradicional “calesita” de las plazas porteñas que, lamentablemente, está fuera de servicio.

Una vez que atravesamos las plazas e ingresamos a la Avenida de Mayo propiamente dicha, los primeros edificios que nos llamarán la atención si levantamos la vista se encuentran a nuestra derecha. Son el edificio de La inmobiliaria (1910), característico por sus torres rojas, y el Palacio Barolo (1923), inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri para su construcción. Los dos edificios son obras arquitectónicas impresionantes, un poco deteriorados en la actualidad, pero que conservan gran parte de sus materiales originales.

En esta primera cuadra también nos encontramos con las entradas al subte (metro) de la línea A. Por debajo de la Avenida de Mayo circula la línea A de subterráneos, la más antigua de la ciudad y la primera de Sudamérica.

A partir de ahora, llegó el momento de caminar y mirar para arriba y para los costados. A lo largo de las cuadras que faltan podemos encontrarnos con varias reliquias y curiosidades. La Avenida de Mayo no siempre tuvo el esplendor de principios del siglo. En la década de 1950 muchas plantas bajas de los edificios más emblemáticos fueron destruídas para abrir comercios. En la década de 1960 se llevaron a cabo algunas construcciones “modernas” que nada tenían que ver con la arquitectura del lugar. Durante muchos años hubo un abandono de varios edificios históricos hasta que, en los últimos años, a través del Programa de Revitalización de la Avenida de Mayo, producto de tratados de cooperación entre los gobiernos de España y la Argentina, se buscó revalorizar este espacio urbano e histórico.
En nuestro recorrido nos podemos encontrar con cosas como estas:

Edificios históricos, con estilos que mezclan la influencia italiana, española y francesa.

Esta esquina es conocida como “La esquina de la Hispanidad”. En la actualidad, funciona el café Iberia donde se reunían los republicanos. Justo en frente estaba el café Español donde se reunían los franquistas.

Vista desde la Avenida 9 de Julio hacia la Plaza del Congreso.

En la actualidad, el edificio que era sede del diario La Prensa funciona como Casa de la Cultura. Pueden ver algunas fotos de su interior y conocer algo de su historia en este link.

Hoteles y Teatros. A lo largo de la Avenida de Mayo no solo encontramos los hoteles tradicionales, como el Hotel Castelar, sino que cada vez más entran en funcionamiento hosterías y hostels. El Hotel Castelar fue inaugurado en 1929 y uno de sus visitantes más reconocido fue Federico García Lorca, cuya habitación está abierta al público como un Cuarto Museo. Entre los teatros se destaca el Teatro Avenida, inaugurado en 1908, que fue sede de compañías españolas de zarzuela, teatro y ópera.

Confiterías y bares notables. Sobre la Avenida de Mayo es posible disfrutar de la presencia de dos de los más de 70 bares notables que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires designó como tales. Ellos son: 36 billares y el café Tortoni. La ciudad de Buenos Aires siempre estuvo relacionada con los cafés y la vida pública que en ellos se lleva a cabo. El hecho de encontrarse con amigos, colegas, amores o familia en un café forma pate de las más arraigadas tradiciones porteñas. A partir de este valor patrimonial se crearon los bares notables. Pero, ¿qué son? Según el artículo 2 de la ley 35/98, son aquellos bares, confiterías o cafés que tienen valor patrimonial propio por estar relacionados con hechos culturales significativos, por su antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local.
36 billares fue inaugurado en 1894 y en su interior es posible disfrutar y aprender de las partidas de billar y pool más acaloradas. Suele encontrarse un público mayormente masculino, pero claro que cualquiera puede concurrir al mismo.

El café Tortoni es uno de los más tradicionales de la ciudad. Inaugurado en 1858 fue escenario de reuniones y de habitúes ilustres como Jorge Luis Borges, Benito Quinquela Martín, Carlos Gardel y Alfonsina Storni, entre muchos otros. En la actualidad, sus paredes son un museo que vale la pena visitar y en sus salones hay espectáculos de música y tango. Además, en el mismo edificio se encuentra la Academia Nacional de Tango. Entre sus especialidades está el submarino (leche caliente con una barra de chocolate que se derrite) con churros. Suele ser un poco más caro que otros cafés, pero si estás por Buenos Aires vale la pena visitarlo.

Otros bares y restaurantes no tradicionales. Con el tiempo, la avenida se fue poblando de algunos bares y restaurantes no tradicionales, pero no por eso, menos frecuentados. Muchos de ellos tienen sus mesas y sillas en las veredas, pero en los días de invierno las personas suelen buscar el calor del interior de los comercios.

Siempre hay un tenedor libre chino que “te salva”. 

En los últimos años hubo una invasión de Starbucks en Buenos Aires. Antes, esta cadena era sinónimo de estar fuera del país. Ahora es común verla en varias esquinas de Buenos Aires.

Hasta el Cabildo tiene un restaurante que suele ser un poco más caro que el resto.

Lugares de la memoria. A lo largo del recorrido por la avenida es posible observar varios lugares de la memoria relacionados con algunos de los últimos hechos que ocurrieron u ocurren en el país. Aquí, solo algunas fotos. Pueden leer un texto explicativo de los lugares de la memoria en este link.

Contra la trata de personas.

Por los 30 mil desaparecidos durante el último gobierno militar.

Por la aparición de Julio López, uno de los desaparecidos en democracia (en 2006), luego de dar un testimonio clave para la condena de militares. Iba a seguir declarando, pero nunca pudo presentarse porque desapareció sin que nadie sepa dónde está. 

Por Mariano Ferreyra, un joven militante del Partido Obrero quién en una manifestación recibió un disparo por sindicalistas y falleció. Suele tomarse este caso como ejemplo de “represión tercerizada”. 

Una placa sobre la vereda que recuerda a Gustavo Benedetto, uno de los asesinados en la represión policial de diciembre de 2001, cuando el país estaba en llamas.

Murales. A lo largo de la Avenida de Mayo también es posible observar algunos murales que hacen alusión a diferentes temáticas.

Puestos de flores y de diarios. Otra de las típicas imágenes porteñas son los puestos de flores y de diarios que en esta avenida podemos encontrarlos al por mayor. Los primeros florecen más en primavera y verano, pero en invierno alguna flor suelta anda por ahí.

 En este caso, el puesto de diarios está acompañado por un kiosco, otro de los comercios que encontrarán multiplicados por miles en la ciudad.

Motos y más motos. Sin llegar a ser Vietnam o China, en el centro de la ciudad de Buenos Aires, durante los días de semana, hay cada vez más motos. Son los llamados motoqueros, quienes realizan trabajos de mensajería en sus motos. Uno de los lugares preferidos para estacionar (debido también a la cantidad de oficinas y organismos públicos que hay) es la Avenida de Mayo. Hasta se delimitaron espacios para que las motos paren mientras la luz del semáforo está en rojo.

Escenas y carteles de la vida cotidiana. Y más allá de todo lo que les contamos antes, uno puede detenerse a observar escenas cotidianas. Lo bueno de esto es que cada día encontrarán nuevas. Algunas del día de nuestra caminata.

Final del recorrido. Una vez que llegamos a la Plaza de Mayo es el final de nuestro recorrido. Si nos paramos en el extremo de la plaza y miramos hacia la Avenida de Mayo y el Palacio del Congreso, vamos a observar el Cabildo de la Ciudad a nuestra izquierda y el edificio de la Jefatura Porteña, a nuestra derecha.

Edificio del Palacio municipal de la Ciudad de Buenos Aires, que es sede de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Su fachada suele tener algunas huellas de las protestas contra el gobierno (por ejemplo, pintura). 

Inicio de la Avenida de Mayo desde la Plaza de Mayo hacia la Plaza del Congreso.

Cabildo de la Ciudad de Buenos Aires.

Esperamos que hayan disfrutado este recorrido fotográfico por la Avenida de Mayo. Pronto, más rincones de Buenos Aires.
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