Revista Cultura y Ocio

Muerte en la fenice

Publicado el 06 agosto 2024 por Aurisecular
MUERTE EN LA FENICE

Muerte en La Fenice es una novela que se lee con gusto. Conocemos a los personajes desde el primer momento en que aparecen porque la autora manifiesta una habilidad especial para describirlos, normalmente a través de los ojos del protagonista, el comisario Guido Brunetti, "Calculó que la que estaba de pie tendría unos treinta años. Vestía [...] Unas botas negras, de tacón bajo y piel de guante [...] haber oído comentar a su mujer [...] que era un escándalo que alguien pudiera gastarse medio millón de liras en unas botas".

MUERTE EN LA FENICE

El argumento mezcla, oportunamente, varias historias que de alguna forma tienen que ver con la trama. A través de ellas distinguimos otros personajes que reflejan en su día a día las consecuencias de haber tratado al difunto director de orquesta. A este llegamos a conocerlo a la perfección y sabemos que era un genio para la música, hacia la que demostraba una sensibilidad que desaparecía en su trato con las personas: egoísta, violento, maltratador.

Las descripciones de personas intentan ser objetivas pero no faltan las comparaciones que ofrecen el juicio del observador "Tenía la nariz aplastada, como si se la hubieran roto hacía tiempo y los ojos tristes, como si también le hubieran roto el corazón". Tampoco faltan en las prosopografías los eufemismos que, además de un toque humorístico dejan ver la personalidad del descriptor "El hombre parecía tener la misma edad que Paola, pero había llegado a ella por un camino más accidentado".

Asimismo los diálogos están bastante logrados, no solo lo que se dice en el acto locutivo es importante, el acto perlocutivo del entrevistado nos va ofreciendo señales, imperceptibles, que más tarde tienen sentido. Una vez sabemos el final, conocemos el efecto que las preguntas de Brunetti tuvieron sobre los interrogados; interpretamos sus reacciones y entendemos por qué actuaron así.

-¿Su hija vive aquí con usted? Él vio el maquinal movimiento de la mano hacia el paquete de cigarrillos y observó cómo la mujer rectificaba y tomaba el que ardía en el cenicero. -No; vive en Munich, con sus abuelos.

Donna Leon plantea al principio de la novela un crimen en forma de enigma que se debe resolver. Pero este misterio, pese a ser el objetivo principal, no es el único que lleva en mente la autora. Con total fluidez, aprovecha las descripciones para criticar el estado en el que va quedando una bella ciudad por efecto de la mano del hombre, "el puente que unía Venecia con el continente y poco después pasaba a la derecha del horror industrial de Marghera [...] bosque de grúas y chimeneas ni de la bruma infecta que cruzaba las aguas de la laguna...".

MUERTE EN LA FENICE

Donna Leon no deja títere con cabeza, la corrupción urbanística, la superficialidad de la clase alta, la impunidad de aquellos que chantajean valiéndose de dinero o de poder, el machismo y su unión directa al capitalismo, el afán de los altos cargos por atribuirse el mérito de los subalternos, las diferentes informaciones según la ideología de los medios de comunicación. Y lo bueno no es solo esto. Lo mejor es cómo nos lo hace llegar, con un humor irónico, sarcástico o totalmente blanco, según a quien vayan dirigidos sus dardos. Narración desenfadada y ágil en una trama perfecta.


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