Revista Espiritualidad
El problema con la religión, las prácticas espirituales o ciertos abordajes terapéuticos no es ni la religión, ni las prácticas espirituales, ni la terapia en sí, si no cómo son abordadas.
La mayoría de la gente que se acerca a cualquiera de ellas no está buscando un trabajo arduo y personal para descubrir sus propio poder y divinidad, que es para lo que sirven dichas prácticas, si no que busca un paliativo, una palmada, un abrazo, una pastillita mágica. Suele suceder en una consulta o en un taller o en una práctica espiritual que, cuando se propone un trabajo más profundo, muchos dejen de asistir: quienes no están dispuestos a enfrentarse cara a cara con sus profundidades, con quienes son realmente.
Son muy pocos quienes se aventuran a las propias profundidades y a aplicar dichos conceptos a la propia vida.
Es necesario romper las propias estructuras, dudar de sí mismo, desafiarse, estar dispuesto a encontrarse con las propias miserias, la propia mierda, el propio odio, la propia hambre; tocarlas con las propias manos, reconocerlas propias, transformarlas, reconociendo también lo divino que me pertenece porque es de lo que estoy hecha.
Por eso triunfa el sistema, por eso triunfan las farmacéuticas y la medicina halopática. Un triunfo entrecomillado, obviamente, de poner parches, de pastillita mágica que sólo es mágica para el sistema que desea que sigas dependiendo de él y no de ti mismo, que no te reconozcas. No le importan tus protestas, mejor que protestes porque mientras lo haces no despiertas a quien eres. Mejor que te drogues, con lo que sea, deshechos químicos, medicina (¡que es lo mismo en muchos casos, no seas ilus@!), televisión, fútbol, internet, alcohol, ropa.... E incluso puedes drogarte hablando de espiritualidad o subiéndote a un púlpito o acudiendo a ceremonias y conferencias, llenándote la boca con ella pero sin aplicar un ápice de aquello a ti mism@. Es decir, hacer de la herramienta de conciencia una herramienta más de dogma e ilusión.
Son pocos los que afrontan con honesta y honda sinceridad y seriedad el desafío de mirarse a sí mismos y dejar de doparse con el sueño. Y esos pocos tienen su recompensa y no es nada que el sistema tenga para ofrecerles. Se descubren creadores de la propia vida, inmortales, poderosos, sabios, humildes, eternos. Se descubren vivos.
Porque el sistema en el que vivimos es la tumba. No conseguirás salir de ella si no estás dispuest@ a quitarte de encima las capas de tierra, todo aquello que no eres, ego, traje para jugar el juego. Tienes pánico de quitarte la máscara, lo sé, todos lo tienen pero pocos lo enfrentan.
Sólo tienes que saber una cosa, que decidas en donde decidas estar eres tu quien está eligiendo y nadie más.
La naturaleza nos acerca en estas fechas al encuentro con el más allá en el día de los muertos. Se celebra la muerte que no es más que la vida. Es buena época para reflexionar de qué lado quieres estar, si de los vivos o de los muertos.
Mejor bailar con ambas, pero para eso hay que conocerlas.
El truco está en tomar conciencia de lo que en verdad somos, el trato es seguir adecuándote al sistema y su programa.
Recuerda: tú eliges siempre. ¿Truco o Trato?
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