Revista Cocina

Mundo Moderno: La revolución de la comida II

Por Selva Del Olvido
Sin ningún tipo de duda, son las bebidas excitantes que en todo el mundo se utilizan: el te y el café del que hablaremos en adelante. Su origen puede sorprendernos y su industria, es fundamental en el complejo engranaje económico del mundo moderno y al mismo tiempo representan de forma soluble, el cambio de mentalidad que conlleva la ruptura con lo medieval.
El Te, Chá:
Mundo Moderno: La revolución de la comida II
Debemos a la obra de la Compañia de las Indias Orientales que, en 1610, trajera el primer cargamento deté, desde la India. A la India había llegado a través de China, un país que ya contaba con más de 1200 años de tradición en el mundo del té. En China, a esta bebida se le llama "chá" y su ideograma es el que aparece arriba. En su origen, al té, en occidente, se le llamó "Theier" pero el nombre acabó por acortarse para mayor comodidad.
Sus diferentes variantes nos han llegado por medio de ingleses, portugueses y holandeses, que se hicieron dueños de la expansión material europea por el extremo Oriente en el siglo XVII. En China, su lugar de origen, existían en ese siglo tres variantes generales de cha; el té imperial, que se hacia con las ramas tiernas y jóvenes en pequeños recortes, cuanto más pequeños más apreciados. El té verde, que se adquiere de secar las hojas del arbusto al fuego, y finalmente el té negro que se obtenía dejando secar al sol las hojas, de esta manera fermentaban y adquiría un sabor fuerte y un color negruzco.
La bebida tiene una aceptación progresiva en Occidente. En un principio la importan los holandeses, más o menos hasta 1720 o 1730, momento a partir del cual se va a iniciar un intenso tráfico comercial con China. Pero esta primera época de importación tiene dos problemas: el té es caro y los chinos solo quieren intercambiarlo por plata y segundo, carece de una buena conservación. Es por eso que los tés negros son los primeros que se implantan en el paladar de los europeos, porque son los únicos que más o menos sobreviven a las travesías.
Ya en el siglo XVIII desbancarán en la importación de té los ingleses a los holandeses, y sobre todo, cuando se va a multiplicar la importación de la bebida, que se duplica en la década de 1730 a 1740. Los cafeteros son los que en un principio comienzan a extenderlos y se puede decir que en 1750, cada inglés por pobre que fuere bebía unas 6 o 7 libras de té por año. Es decir, desde que los ingleses se hacen con el predominio del comercio del té, sobre todo por los contactos comerciales en Cantón, donde al té se le llama té, casualmente, su tráfico comercial se incrementa un 400%.
¿Porqué este éxito? El gobierno inglés promocionó esta bebida con el objetivo de acabar con muchos de los problemas de alcoholismo del Londres de la década de 1750, así que se le atribuyeron propiedades curativas para enfermedades comunes. Pero con el tiempo todo lo que tiene éxito se grava con impuesto. El gobierno inglés puso una serie de medidas fiscales muy restrictivas para obtener fondos. Es entonces cuando se inicia un tráfico de contrabando que tenía un importantísimo volumen, y es en este momento cuando verdaderamente se extiende por Europa, al participar toda ella del tráfico contrabandístico.
Por otra parte tenemos el mercado del Este de Europa, donde se conoce el té, casualmente, desde 1569. Entre otras cosas porque los rusos tenían importantes contactos con los chinos, a los que importaban telas e importantes cantidades de té verde. La clave del negocio es que el estado se llevaba el 25% de todo el comercio exterior y los chinos solo deseaban intercambiar piel con los rusos, cuando entran en contacto con el mundo Chino otras potencias, el volumen importador de Rusia, se estanca, siendo el número de sus importaciones al final de la Edad Moderna, ridículo comparado con el Occidental.
Y es interesante retener este dato, porque, se tardó bastante en poder cultivar la planta del té en lugares controlados por los europeos, porque es sin duda alguna, una planta débil y difícil de cultivar. Hay que preparar la tierra, podarlos para mantener su forma de arbustos, recolectarla y tratarla en el mismo momento... es un complicado proceso, por eso es normal que existan muchas calidades de té, que por supuesto en China y Japón, donde es bebida universal, se diferencia perfectamente.
Por lo general cuanto más fina es la mixtura y el secado de la hoja, mayor calidad tendrá el producto final, y esto es casi un arte, y todo arte apareja unos ritos. En todas las casas chinas y japonesas era menester en esos tiempos, tener siempre lista, agua para hervir té. Por eso en todas las casas había hornillos y vajillas de té, que se tuvieron que exportar a Europa en el proceso de la modernidad. Mientras se tomaba, se mantenía en la boca un terrón grande de azúcar, para no acabar distorsionando el sabor del té.
Mundo Moderno: La revolución de la comida II
En el mundo islámico, el té siempre tuvo muchos fans, sobre todo hoy día donde el té moruno es bebida nacional en países como Marruecos. Es interesante comprobar, como en países donde escasea el cultivo de vid, triunfa el cultivo de té.
En definitiva es en el Extremo Oriente, donde el té es realmente la joya de las bebidas, quizás por su afición a tomar agua caliente y bebidas de calor. En España, no caló muy profundo el té y es que como decían los viajeros del XVIII, la mayor parte de los males y de las enfermedades del país se debía a nuestra afición a las bebidas heladas.

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