Muy bien, Pablo Motos, muy bien…

Recuerdo cuando Pablo Motos era un tipo majo y sin ínfulas de culturista que trabajaba como guionista en “El Club de la comedia”, aquel espectáculo de monólogos que hizo furor en este país haciendo que hasta los que no tenían ni idea destrozasen el espectáculo. El programa fue maltratado en horarios y cadenas, pero era bastante bueno e, incluso, el propio Pablo Motos subía al escenario a contar alguno demostrando que se le daba bastante bien.

Eso fue antes de que se pusiera en funcionamiento Cuatro, la cadena de televisión de la que él es directivo y “El Hormiguero” un programa de entrevistas amenizado por dos hormigas de peluche que puede presumir de traer a este país a celebridades extranjeras que, en otras ocasiones, no se presentarían ante las cámaras de televisión. Pero claro, un programa con tanta audiencia y que parece haberse convertido en uno de los mayores éxitos patrios tiene algo que nunca me ha gustado, que me ha parecido estúpido y que me produce vergüenza ajena. Quizá todo empezó cuando Motos hizo aquella portada de revista donde enseñaba unos músculos a medio camino entre la realidad y el estudio fotográfico, pero que sirvieron para que se viera a sí mismo como el protagonista más que como el conductor del programa. Chistes y chistes acerca de su excepcional condición física, un egocentrismo estirado hasta convertirse en un personaje de caricatura y un montón de chorradas que pululan el programa hacen que sea precisamente por las entrevistas por lo que mucha gente lo vea. Entrevistas sonrojantes en la mayoría donde los invitados se sienten incómodos y se van de vuelta a casa pensando que el público se está riendo de él.

Algo así ocurrió con Jorge García (Hurley en “Perdidos”), donde pensaron que era graciosísimo meterse con su peso a cada pregunta. Lo mismo con Matthew Fox, donde de hecho hay grupos de Facebook que proclaman lo que piensa en actor de Pablo Motos. ¿Y quién ha sido el último? Pues medio reparto de la película de David Fincher “The Social Network”, sobre la historia de Facebook.

El seis de Octubre, mientras participaban en la promoción del film, Justin Timberlake, Andrew Garfield y Jesse Eisenberg aterrizaron en el plató de las hormigas de peluche, para, de inmediato, verse dentro de una espiral de preguntas tan inteligentes como si “Facebook” valía lo mismo que el culo de Jennifer López, para después preguntarles si preferían el de Beyoncé. Luego, sin dar tiempo a responder o a que, no sé, los invitados hagan algo, deciden porner el vídeo de Beyoncé donde Justin salía bailando de forma un poco ridícula, dejándole con un palmo de narices para pasar a Eisenberg. Cuando ves la entrevista te das cuenta de que quien menos habla es el invitado, porque hay que dejar mucho espacio para los chistes malos y estúpidos, donde el presentador va de guay mientras vemos la cara de gente como Justin, que empieza a comprender dónde narices se ha metido. Poco después les ponen a decir frases estúpidas en español, para que quede claro que no nos importa la película que están promocionando, sino que queremos pasar un buen rato.

Sólo faltó que al acabar el programa, Pablo Motos decidiera sorprendernos haciendo cincuenta abdominales y comiéndose una barra de Muesli.

Pero ¿qué ocurre al finalizar el programa? Bueno, pues los actores regresan a su país y siguen con promociones y entrevistas, como la que tuvo lugar hace nada más que dos días en el programa de Conan O’Brien, donde Eisenberg comenta que está decepcionado por el trato que se le ha dado en un programa español. Aquí abajo tenéis un enlace donde podéis ver la entrevista, pero os dejo con la declaración que hizo nada más salir al plató, donde deja claro qué opinión se llevan los entrevistados de este programa.

Conan O’Brien empieza hablando acerca del trabajo de los actores, que tienen que ir a otros países donde no se habla el inglés para promocionar sus trabajos, y le pregunta qué pasó en España, a lo que Jesse contesta:

“Sí, no es como esto, quiero decir que tú eres respetuoso, amable, agradable con el invitado.”

Luego le pregunta si se metieron con él, a lo que responde:

“No, bueno, no lo sé, porque no hablo mucho español. Pero antes de salir te dicen: pásatelo bien. Y luego ves que es imposible porque el programa parece diseñado para humillar a los invitados americanos. Enseñan fotos estúpidas de ti, y parece que se están riendo de ti, y el público ríe, entonces a ti te llega la traducción y piensas: Vaya, pues sí que se están riendo de mí. Pero no tienes tiempo para responder porque para entonces ya han pasado a otra cosa.”

Aunque Eisenberg no parece molesto, sino decepcionado, me sorprende que sea lo primero que se menciona en la entrevista, como si estuviera preparado de antemano, quién sabe por qué razón. No todos son tan echaos pálante como Will Smith, o gente sin complejo como Hugh Jackman. Son actores, no payasos de feria, y no tienen por qué entender los chistes sobre andaluces y culos que hace el presentador de un programa que ni entienden. Lo más triste es ver cómo hace nada Pablo Motos le preguntaba a Emma Stone acerca de su inminente papel en Spiderman y hablaban de su compañero de rodaje, Andrew Garfield, diciendo que ya estuvo allí pero que parecía puesto de somníferos.

Ser entrevistado en “El Hormiguero” en ocasiones puede ser una pérdida de tiempo, pero ese programa seguirá haciendo chistes de culos durante mucho tiempo gracias a que su presentador es uno de los directivos de la cadena. Este post es tan sólo una opinión y habrá quien no la comparta, pero me parece muy triste que el programa con invitados más internacionales no sea más que una excusa para la autopromoción de un presentador al que, en la mayoría de las ocasiones, ni le preocupa lo que los entrevistados han venido a hacer.

Puedes ver la entrevista a Jesse Eisenberg pulsando aquí.

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