Hay gente que de vez en cuando toca las pelotas. Ésos son los molestos. Hay gente que toca las pelotas y además sólo sabe hablar de fútbol. Ésos son los insoportables. Y hay quien nace directamente mosca cojonera y encima es inteligente. Ése es Sam Rainsy.
Puede decirse que lo de Sam Rainsy es de familia. Su abuelo, Sam Nhean, fue un prominente político del Partido Demócrata en los años 40. Nhean siguió a Yem Sanbaur cuando éste rompió con el Partido en 1948. Esta defección cortó en seco el ascenso del Partido Demócrata y dejó abierta una incógnita de la Historia camboyana: ¿qué hubiera ocurrido si el Rey Norodom Sihanouk se hubiera encontrado en los años 50 con una fuerza política cohesionada capaz de plantarle cara? Sam Nhean creó inicialmente su propio partido, pero luego terminó acercándose a la corte y acabó siendo Presidente del Consejo Real, una sinecura de las guapas.
Al padre de Sam Rainsy, Sam Sary, también le gustaba el poder, pero a diferencia del abuelo, le iba bastante lo de tocar pelotas. Justo como a su hijo. Inicialmente Sary había sido amiguete de Norodom Sihanouk. Tras haber ocupado varias carteras ministeriales, Sihanouk le designó Viceprimer Ministro. A los dos años del nombramiento empezaron a lloverle acusaciones de corrupción y de otorgar licencias de importación al mejor postor. Sihanouk que solía ser muy amigo de sus amigos, le mandó a Londres de Embajador para salvarle de la quema.
Sihanouk era muy amigo de sus amigos, pero Sam Sary era de esos amigos que se meten en todos los charcos. En 1958 se vio envuelto en un escándalo, cuando una sirvienta camboyana de la Embajada que tenía un bebé de un mes, huyó y denunció que Sary le había pegado una soberana paliza. Sary resolvió las cosas diciendo que: “La corregí golpeándola con un látigo de cuerdas camboyano. Nunca la pegué en la cara, siempre en la espalda y las caderas. Un tipo de castigo común en mi país.” Y para terminar de arreglarlo, dijo que la Embajada era territorio camboyano y que en él se podían aplicar buenos y sanos castigos camboyanos. Como ocurre tantas veces, el problema a Sary no le vino por los británicos, y anda que no les había mosqueado, sino por sus colegas camboyanos. En Phnom Penh había dejado más de un enemigo y éstos ahora se frotaron las manos y le movieron la silla en allegro. Dijeron que con su actitud había hecho que los ingleses pensasen que los camboyanos eran unos salvajes (exageración: ya lo pensaban de antes) y que mejor que se volviese a Camboya.
Fue poco después de su regreso a Camboya y de las elecciones de marzo de 1958 que Sary se metió en un charco de los grandes, en uno que más que charco era un océano. Fundó un partido político de oposición y lanzó un periódico gratuito anti-sihanoukista. Dado que Sary nunca había destacado por sus altos estándares éticos, resulta dudoso que este cambio de actitud se debiera a que había visto la luz y había comprendido que Sihanouk era un autócrata que iba a llevar al país al desastre. La sospecha es que la CIA le había reclutado y que fue ella quien le proporcionó los fondos para fundar el periódico.
El 13 de enero de 1959 Norodom Sihanouk denunció lo que denominó “la conspiración de Bangkok”: un complot urdido por los norteamericanos con varios políticos derechistas camboyanos para derribarle por haber reconocido a la China comunista. ¿Existió realmente ese complot? Sihanouk era muy histriónico y siempre andaba denunciando complots y maniobras en su contra. Por otro lado, también es cierto que EEUU no estaba muy satisfecho con Sihanouk y que una década después respaldaría el golpe que le derrocó. Lo cierto es que Sary, que bien podría haber estado recibiendo fondos de la CIA, aunque no había sido mencionado en el discurso de Sihanouk, optó por escapar a Thailandia una semana después. De su vida en el exilio se sabe poquísimo. Desapareció en 1962 y posiblemente fuera asesinado. Puede que lo hiciera la CIA, puede que lo hiciera el jefe de la policía de Sihanouk, Lon Nol, puede que lo hicieran los anti-comunistas del Khmer Serey, puede…