Soy de los que están totalmente convencido, que nada ocurre por casualidad, todo tiene un porqué.
Desgranar y analizar la situación en cuestión no es fácil y entenderlo a veces es imposible, pero si sé, que ocurre por una causa-efecto.
Todo tiene una razón de ser, dejé hace tiempo de cuestionar me las cosas y pase a verlas de una manera mas objetiva, decidí vivir, dejarme sentir, disfrutar sin polemizar los acontecimientos en Mi Camino de Vida, pero siendo conocedor plenamente de las cosas que van moviéndose a mi alrededor.
La falta de objetividad muchas veces niebla nuestra perspectiva y nos engaña ofuscándonos, por ello terminamos echando la culpa a otros de nuestras desgracias o fracasos. No te dejes engañar, cada uno de nosotros somos responsables de nuestras acciones, culpar a los demás de nuestras frustraciones es una falta de responsabilidad y pensar que simplemente ha sido una casualidad o una fatalidad, nos deja en muy mal lugar.
No soy inmune a las desgracias que van sucediendo en mi vida, algunas todavía las estoy digiriendo, ni tampoco aparto la vista de lo que ocurre a mi alrededor, pero asumo que algunas cosas son inevitables y forman parte de nuestro ciclo vital.
“Nacemos para vivir”
Otras las provocamos nosotros (creo que el ser humano se extinguirá por estupidez) observó el ritmo frenético e incontrolado que llevamos y aun me sorprendo… ocurren pocas cosas.
Desviamos la mirada con demasiada facilidad de nuestro alrededor y repartimos nuestras responsabilidades entre los demás, vaciando así nuestra carga, creyendo que es lo correcto, aun sabiendo que eludir nuestra porción del pastel de la vida no es lo adecuado.
El azar no es responsable de nuestros sucesos, pero inconscientemente, creo, depositamos muchas veces nuestras esperanzas en que por arte de magia, todo se solucione por si solo, que bien pensado, a veces ocurre, pero mi raciocinio me dicta prudencia y desconfianza en esta afirmación.
Quiza con nuestros pensamientos atraemos cosas, haciéndolas realidad sean buenas o malas.
Aquello en lo que te concentras se expande ( T. Harv Eker )
La manera de enfrentarnos a la vida, provoca que la casualidad no sea tan exacta y somos nosotros con nuestra actitud los que provocamos que nuestras vidas vallan en una dirección u otra
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