La integridad humana versus la integridad periodística podría resultar el conflicto planteado en la cinta Nothing But The Truth, o Nada más que la Verdad, por su traducción al Español.
El filme estadounidense trabaja fundamentalmente el tema de las brechas legales que a veces enfrenta un reportero, cuando queda atado en la grieta de dos leyes que se contradicen. En el caso del filme: la primera enmienda a la constitución norteamericana vs la Ley que garantiza la protección a la identidad de los agentes de la CIA.
¿Hasta donde defender el principio de confidencialidad sobre el origen de la fuente?, es una pregunta que implícitamente plantea la saga, que además sugiere un debate subliminal sobre el uso de las fuentes de información y la ética periodistica. Rachel Amstrong, periodista del The Capital Sun-Times en Washington DC, va a prisión por revelar la identidad de Érica Van Doren, agente de la agencia central de Inteligencia.
Construye Amstrong el gran reportaje de su carrera, pero a costa de una indiscreción que cometió la pequeña hija de la espía descubierta. Narro lo anterior porque una pregunta me asalta: ¿hasta qué punto resulta éticamente correcto usar una pequeña como fuente de información?
La película narra la posición de Amstrong con respecto a la protección de su fuente, hecho este que le hizo ir a prisión; también gracias al ensañamiento del fiscal federal que luego del veredicto del juez, cuando decide liberarla tras no revelar su fuente, la acusa por desacato al tribunal.
La postura de la periodista resulta admirable, pero… ¿podía hacer otra cosa luego de haber usado la indiscreción de una pequeña para construir su historia? ¿Hubiera actuado de igual forma si la fuente seria de otra índole? ¿Hasta dónde resulta válido anteponer la integridad como ser humano al ascenso profesional? Todas estas interrogantes me quedaron luego de visualizar Nothing But The Truth, un filme que desentraña magistralmente los resquicios del periodismo norteamericano.
Algunos datos más de la película
La película se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto el 8 de septiembre de 2008. Fue programada para estar en Nueva York y Los Ángeles el 19 de diciembre, pero debido a que el distribuidor Yari Film Group Releasing se acogió al Capítulo 11, nunca se le dio un lanzamiento al cine.
Ficha técnica
Producción
Rod Lurie
Bob Yari
Marc Frydman
Guion Rod Lurie
Música Larry Groupé
Fotografía Alik Sakharov
Montaje Sarah Boyd
Protagonistas
Kate Beckinsale
Matt Dillon
Vera Farmiga
David Schwimmer
Angela Bassett
Preston Bailey
Noah Wyle
Alan Alda
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