El mundo es maravilloso, pero tiene una parte cruel a la que le falta luz, un lado al que nadie quiere voltear para ver. En el libro Nadie Duerme, la autora Xina Vega nos introduce de manera excepcional al lado repulsivo y menos amable de la realidad.
Este es un relato alucinado, marginal y onírico que busca retorcer los tópicos, llevarlos al extremo, volverlos insoportables. Sordidez y poesía, una visión enferma en la que resuenan las voces de Bataile, Lorca, Koltés, Volodine, Jelinek, Liddell, Perec, ¿Cunqueiro? Detrás, el deseo de nombras lo oscurecido, una voz que descuartiza el cuerpo.
Una charla entre dos personajes es la introducción a la narración de esta novela que captará toda tu atención. Historias crudas, realidades de nuestros días a las que le hemos restado importancia. Una mujer víctima de maltrato, un inmigrante africano que solo desea integrarse fuera de sus fronteras, el aborto, el desamor. Las páginas de este libro son una llamada de atención al lector, una solicitud de compasión para con los no favorecidos.
Las claves que hacen de este libro una excelente opción para recomendar son: el lenguaje que se utiliza para exponer lo siniestro de nuestro mundo, las historias y experiencias que narran los personajes, el uso de la descripción como recurso para transmitir lo deseado y el destello de lucidez al darnos cuenta que los detalles en nuestra cotidianeidad pueden resultar triste y doloroso.
Algunos denominan esta novela como puro masoquismo literario. Su contenido carece de amabilidad, historias infelices, anécdotas dolorosas, sin ningún escape de felicidad o filtro que nos de respiro y es que las personas somos así, en ocasiones nos sentimos atraído por aquellos que nos hiere, por aquello que se nos niega, por aquello que probablemente no es para nosotros.
Vivimos en un mundo tecnológico, en el que las personas cada día más, deseamos mostrar mediante las redes sociales, lo perfectas que son nuestras vidas y para ello existen filtros, aplicaciones, software, herramientas que nos permiten maquillar nuestra representación de la realidad para embellecerla.
Nadie duerme funciona de forma contraria, consigue enfatizar en lo defectuoso, en el horror de nuestra realidad, en eliminar cualquier filtro del encuadre…en demostrarnos que quizás la humanidad necesita ser más humana.