Esta semana os presento un gran bajo, uno de esos instrumentos que a pesar de haberlo vendido lo recuerdas con el tiempo y te sirve de referencia para comparar el resto de instrumentos. Se trata de un Jazz Bass ’63 de la marca Nashguitars.
Marca.
Nashguitars nace en 2001 a manos de Bill Nash, músico americano de Los Ángeles apasionado de los instrumentos con estética vintage. El propio Bill ha comentado en varias entrevistas que la idea de construir guitarras con las especificaciones que ha desarrollado con su marca le vino de la necesidad de retocar, ajustar y modificar todas sus guitarras y no encontrar en un instrumento que no fuera “custom” el punto de conformidad. Poco a poco fue aprendiendo las claves y de ahí surgió el concepto de Nashguitars.
La esencia de todos los productos de Nashguitars es un diseño clásico basado en los modelos de Fender, una estética relic (desgastada), electrónica de calidad y ese toque de comodidad que dan los instrumentos usados que al tacto resultan tan familiares. Este concepto surgió en un momento en el que este campo no estaba explotado en la industria musical y rapidamente se hizo un hueco con muy buena aceptación a nivel internacional. Tras el muchas marcas han seguido su ejemplo desarrollando la estetica relic y fomentado todo lo “vintage”, tanto Fender en sus modelos custom shop como Rebelrelic, Sandberg,…
Construcción.
Este bajo es del año 2009 con las siguiente configuración inspirada en un jazz bass de los ’60.
Cuerpo de fresno con acabado de una fina capa de nitrocelulosa en color Sonic Blue. Mástil de arce con perfil en C, acabado en nitrocelulosa, con las zonas más habituales de uso en la parte posterior completamente desgastadas, dejando la madera al aire.
Diapasón de palorrosa y configuración con 20 trastes Dunlop 6105 (extra high jumbo).
Cejuela de Tusq (material sintético que suena muy parecido al hueso, está hecho de polímeros prensados a muy alta temperatura para alcanzar la densidad del hueso).
El diseño de la pala es idéntico al de Fender de la época, originalmente llevaba el decall de “Nashguitars” que sustituí por un decall Fender con el diseño de principios de los 60.
Los clavijeros son Gotoh envejecidos para darle ese aspecto vintage.
Como podemos ver en la foto de la parte posterior de la pala, Bill Nash firma sus bajos indicando el año de montaje y en el canto de la pala por la parte superior indica el número de serie.
El puente y el resto del hardware se corresponde a los modelos clásicos de Fender, 4 selletas en el puente, la configuración de los potenciometros es: volumen pastilla mástil – volumen pastilla puente – tono y entrada de jack frontal junto a los potenciometros.
Electrónica.
Las pastillas que lleva instaladas son Lollar, fabricante de pastillas especializado en sonidos vintage, con las siguientes especificaciones:
Bobinado disperso para una presencia harmónica más grande.
Imanes de alnico 5, para un mayor punch en los graves, biselados a mano.
RWRP (polaridad invertida) para la función humbucker cuando usas la pastilla de mástil y puente a la vez.
7,9K mástil y 8,5K puente.
Demo.
En esta review con el permiso del actual dueño del bajo, Fernando Lamadrid, he incluido dos videos suyos, el primero un video de la grabación en el estudio de su último proyecto “The Mencial Project” y el segundo un solo de bajo en directo con esta misma formación.
Aprovecho para contar un poco quien es Fernando Lamadrid.
Bajista sevillano de 34 años que a lo largo de su carrera musical ha trabajado con artistas como Las Niñas, Raimundo Amador, Alba Molina, Tomás de Perrate, Maita vende cá, Carlos Chaouen, Chico Ocaña y muchos otros. Actualmente lo podeis ver junto a El Canijo de Jerez o con su banda La Selva Sur y su último proyecto The Mencial Project junto a Marcos Munné y Juanito Makandé.
Se le nota cierta predilección a la hora de la elección de sus instrumentos, 4 cuerdas, jazz bass, pasivos, sonido vintage, le hemos podido ver con muchos bajos desde un Fender Geddy Lee, Fender Victor Bailey, varios Sadowsky metro, Fender jazz bass Marcus Miller de 4 y 5 cuerdas, G&L, …
Actualmente es endorser de los bajos Marin Cano y amplificadores Mark Bass.
Conclusión.
Tras dos años de uso del bajo puedo decir que ha sido mi bajo principal durante mucho tiempo, con un mástil muy cómodo tanto por su ligereza como por la comodidad que proporciona el roce directo con la madera invitando a echarle horas, como por su sonido, redondo y limpio. Su estética muy acorde al sonido que saca, recuerda a discos clásicos de los 60 y 70. Considero que este es un gran bajo y el resto de Nash que he podido probar también tienen un altísimo nivel, incluso en telecasters y stratocasters. De hecho tuve la suerte de poder elegir este bajo entre otros 5 jazz bass de Nash, me costó toda una mañana probarlos todos llegando al punto de no distinguir nada y el que me ofreció un punto más que los demás fue este bajo. Que más tarde cambié con Fernando Lamadrid por un Sadowsky Metro vintage 4 cuerdas, que ya os enseñaré.
Lo que hay que tener claro es que el concepto de los instrumentos de Bill Nash es el montaje y selección de componentes de empresas fabricantes como por ejemplo:
Cuerpos y mástiles de Allparts, Warmoth,…
Pastillas Lollar, Dimarzio,…
Hardware de Gotoh, Dunlop,…
En ningún caso es un luthier que fabrique sus instrumentos, pero ha conseguido un impresionante resultado con las configuraciones que ha montado y el precio de sus productos en torno a los 2.000€ consigue hacerle la competencia a Fender en sus productos Custom Shop.
Lo único que no me termina de convencer es el relicado de los cuerpos, creo que se puede sacar una estética mucho más cuidada con un crackelado de la nitrocelulosa y con unas marcas de desgaste más realistas, en una de las primeras reviews del blog podeis ver un gran trabajo de relicado de un precision ’52 al que el trabajo de Nash para nada se acerca.