En casa nos encantan las natillas, pero está el problema de siempre: el tiempo. Esta receta no es que se tarde mucho en hacer y merece muchísimo la pena -nada, nada que ver con las envasadas del supermercado- pero entiendo que dé pereza ponerse.
La receta original es la de mi tía Carmina que tengo publicada en el blog con el nombre "Natillas caseras de toda la vida"(pincha aquí) y la he adaptado al sabor de Galleta María.
Me han echo la ola, literalmente. He preparado sólo para 5 vasitos y ya me han pedido que prepare más vasitos. No me extraña, estaban deliciosísimas.
Al no llevar harina de trigo sino Maizena son aptas para celíacos, así que, mamis (entre ellas mi prima gallega Bea y su preciosa hija Lucía) ya tenéis otro postre celicioso, siempre que utilicéis galletas sin gluten, claro.
Para 5 vasitos:
- 2 yemas de huevo
- 1/2 taza de azúcar
- 1/2 L de leche
- 12 galletas María
- 1/2 cucharada sopera de Maizena
- 1 corteza de limón
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
- canela molida
Falta la media cucharadita de Maizena
Mientras tanto se pone a calentar casi toda la leche con el azúcar, la corteza de limón y la cucharadita de vainilla líquida. Se deja que hierva y se retira la corteza de limón.
Se baten las yemas con la maizena y cuando esté bien incorporada se añade el resto de leche que habíamos guardado.
Se agregan las galletas molidas a la leche infusionada.
Cuando estén bien incorporadas a la leche, y siempre fuera del fuego, añadimos las yemas con la maizena:
Volvemos a poner al fuego y removemos sin parar hasta que espesen las natillas. En cuanto empiezan a hervir ya han espesado.
Se retiran del fuego. Se vuelcan en cacitos o en vasitos individuales y se espolvorean con canela molida. Se pueden decorar con galletas en trozos, o una galleta entera, o media en vertical como yo he puesto.
Se ponen en la nevera al frío.
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