En mi opinión, asistimos a dos formas de entender la creación del vino. Algunos defienden la vuelta a los orígenes, viticultura tradicional, enología sin artificios, e intentar obtener de esta forma la personalidad de la uva, el terroir y el productor. Otros defienden el uso racional de lo que la evolución de la técnica nos ofrece para intentar expresar sus ideas a través de sus vinos.
Es una mejor que la otra? Yo no lo se. No me gustan, ni nunca me han gustado, los alarmismos, las falsas amenazas de que si como tal cosa me moriré o me saldrán orejas de cerdo. Tampoco me gusta que me mientan diciéndome que algo es absolutamente inocuo cuando no lo es.
Actualmente, prefiero quedarme con la idea de que la producción biodinámica y natural lo que busca es un ideal, una forma de vida y un mayor respeto a la naturaleza en forma de viñedo o paisaje, y al consumidor. Pero no quiero que me intenten vender miedos y peligros injustificados.
Aún así, aplaudo a quienes se cojen sus tijeras de podar y sus abonos naturales, y se embarcan en la lucha.