Revista Cultura y Ocio

Naturaleza muerta (III)

Publicado el 06 noviembre 2017 por Carmoran @ensayistica

Naturaleza muerta (III)

Muchos seguramente lo adivinasteis a la primera en cuanto os dije que la novela que culminaría este viaje por la teoría ecocrítica pertenecía al cyberpunk, pues es una de las novelas más populares dentro de este género, aunque más popular aún es su adaptación cinematográfica, Blade Runner. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, es el último nivel de la desconexión total con la naturaleza, de la pérdida incluso de la identidad humana, y donde los animales se convertirán en las principales víctimas del gran desastre medioambiental de este futuro distópico en el que los seres humanos se ven obligados a abandonar el planeta Tierra y buscar refugio en las denominadas colonias del espacio exterior.

¿Recordáis las últimas líneas de la entrada anterior, donde divagaba sobre la posibilidad de qué hubiera pasado finalmente con la criatura de Frankenstein? Pues para mí esta novela nos habla del futuro de la criatura, porque este ha sido el triunfo definitivo de la tecnología y la ciencia artifical sobre la naturaleza y el ser humano; el mundo que Dick ha creado podría ser considerado como la evidencia de que el hombre ha ignorado sistemáticamente las señales que la naturaleza ha enviado para asegurarse su propia supervivencia, y esas señales las hemos ido viendo a través de las obras literarias aquí presentadas. En primer lugar, Sidney y Shelley describieron paisajes naturales, y mientras que el primero hablaba de su belleza y pureza, la otra hablaba de su rabia y tristeza. En el universo que Dick predijo para 1992 (la novela fue publicada en 1968) ni siquiera hay ya paisajes naturales. No hay flores que describir, no hay montañas que admirar, no hay árboles bajo los que refugiarse; no hay nada. La tremenda radioactividad ha matado a los animales, y los pocos humanos que quedan en la Tierra a duras penas logran sobrevivir.

Voy a poneros ahora un fragmento que me impresionó sobremanera por lo que significaba para la misma naturaleza humana:

"Aunque percibí intelectualmente la soledad, no la sentí. La primera reacción fue de gratitud por poder disponer de un órgano de ánimos Penfield."

Órgano de ánimos Penfield, una magnífica máquina que hace las veces de "sentidero", pues los humanos ya no pueden experimentar sensaciones y emociones por sí mismos. En Arcadia y Frankenstein hasta las flores y los cielos experimentaban emociones; ahora los humanos solo pueden mostrar empatía si les ayuda una máquina. ¿Acaso hay algo más antinatural que esto? Y puestos a establecer más comparaciones entre las novelas, vamos a recordar cuáles eran las palabras más usadas. Con Sidney, las palabras clave eran "bucólico", "paisaje", "naturaleza", "pureza"; con Shelley, nos sabíamos de memoria las palabras "soledad", "tristeza", "oscuridad", "lluvia", "tormenta"; con Dick solo necesitamos un lema, "emigra o degenera", lema que la televisión repite machaconamente para que los humanos se decidan de una vez a abandonar un planeta Tierra ya inhabitable. Como veis, aquí ha habido una escala muy clara que ha ido de más a menos en cuanto a bienestar.

Y qué decir de los androides, los llamados replicantes cuya principal característica es ser más humanos que los humanos; desde mi punto de vista, puedo decir sin temor a equivocarme que los replicantes son la versión moderna y evolucionada de la criatura de Frankenstein, porque al igual que él, son creados por el hombre para luego ser perseguidos y aniquilados si hace falta, aunque como algunos sabéis, el acto de matar a un replicante no es denominado "asesinato" ni "ejecución", sino que recibe el nombre de "retiro"; esta técnica de manipular el significado de las palabras para adaptarlas a la cultura imperante también ha sido discutida por los teóricos de la ecocrítica en el sentido de que la naturaleza es transformada en cultura tan solo mediante el uso de las palabras, y tiene sentido si pensamos que los personajes humanos de esta novela olvidan sus emociones y su empatía hacia los replicantes porque los están "retirando", no "matando". Así, los humanos pasan a ser como robots sin sentimientos ni emociones, y los replicantes, como bien dice su lema, pasan a ser más humanos que los humanos.

Como dice la imagen de arriba, el factor animal tiene una importancia crucial en la novela; de hecho, la historia empieza con unos informativos que anuncian la muerte de una tortuga de 200 años de antigüedad, y su importancia reside en que era una tortuga real, no un robot. La depresión y el miedo a la soledad que padecen la mayoría de personas aquí es por la ausencia de compañía animal real. Al igual que sucede con otras formas de vida medioambientales, los animales se han convertido en víctimas principales de la catástrofe nuclear. ¿Por qué las personas se preocupaban más por la forma de vida animal que por la desaparición de plantas y árboles? Porque solo podían obtener algún estímulo emocional de los animales, sobre todo de los domésticos; gracias a ellos, podían sentir lo que era el cariño y el afecto, pero ahora que la mayoría de las especies están extintas, solo pueden conformarse con sus sucedáneos eléctricos. Es así como se cumple el último punto de desconexión total con la naturaleza primigenia, porque incluso en las escasas ocasiones en las que aparecen animales reales en la novela, son rápidamente eliminados por los androides, lo que nos da a entender de manera bastante explícita que siempre es la tecnología la que acaba controlando los sueños y esperanzas del ser humano, siempre es el doctor Frankenstein el que va a lamentar las muertes que su criatura deja a su paso para aislarlo por completo.

Y por supuesto, no me olvido de analizar el contexto histórico. Cuando Dick publicó esta novela en 1968, uno de los eventos más importantes para la humanidad tenía lugar un año después, y ese evento fue la llegada del hombre a la luna, el gran símbolo de poderío tecnológico. Podemos creer que la literatura predijo el destino de la humanidad una vez más, fantaseando con la posible existencia de esas colonias humanas en el espacio exterior para aquellos que no querían degenerar en la Tierra, pero creo que lo que este autor tenía en mente a la hora de escribir no tenía tanto que ver con predecir el futuro, sino con documentar lo que estaba pasando en ese mismo momento. Esta es una característica del cyberpunk; sus autores no están tan interesado en imaginar cómo será el futuro, sino en analizar el momento presente. Teniendo estas últimas palabras en cuenta, lo que sucedía en la novela y lo que sucedía en la vida real era tan similar que Dick escribió un análisis más que acertado del poder tecnológico de su época, y pareciera que el mensaje final es que pase lo que pase la vida sigue, y solo nosotros vamos a decidir (o deberíamos poder decidir) si los androides serán nuestros sustitutos en el caso de que tanto el sistema natural en su conjunto, como nosotros mismos incluidos desaparezcamos.

Curiosidades que hay que saber:

- Hasta los 90, apenas hubo estudios literarios interesado en la crisis medioambiental, de modo que la ecocrítica no solo apareció para tratar el tema de la unión entre el ser humano y la naturaleza, sino para buscar respuestas acerca de por qué la gente tenía tan poco interés en conocer el planeta donde vivía.

- Los teóricos de la ecocrítica tienen en cuenta los siguientes criterios de evaluación: ¿cuánta importancia tiene el lugar físico donde la historia se desarrolla? ¿Los valores expresados son consistentes con el fomento ecológico? ¿Las metáforas sobre la naturaleza influencian al lector en el modo de percibir la misma? ¿Las mujeres escriben sobre la naturaleza de manera distinta a los hombres?

- La primera ley de la ecología considera que todo está interconectado, y por eso la ecocrítica también considera que la relación entre naturaleza y literatura no es una simple teoría catastrofista sobre el futuro del planeta.

- Arcadia , a diferencia de las novelas de Shelley y Dick, no imagina cómo será el futuro, puesto que una de las primeras características de la Arcadia es que puede basarse en el pasado, pero nunca en el futuro.

- Victor Frankenstein era un estudiante de ciencias perteneciente a una generación que creía que la respuesta a cualquier misterio existente se encontraba en la misma naturaleza.

- Uno de los momentos más traumáticos en la novela de Philip K. Dick no tiene que ver con el "retiro" de los replicantes, sino con cómo estos mutilan y matan a una araña real.

Conferencia sobre ecocrítica de la Universidad EAFIT


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Fuente de las imágenes:
https://www.lectulandia.com/book/suenan-los-androides-con-ovejas-electricas/

http://www.europapress.es/cultura/cine-00128/noticia-blade-runner-10-cosas-esperan-secuela-20150319161803.html

http://bladerunner.wikia.com/wiki/Owl


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