Revista En Femenino

Náufraga en un mar de burocracias

Por Evarey23

No sé por dónde empezar. Aunque podría empezar diciendo que lo más fácil fue el parto. E incluso decir que el embarazo se me hizo corto comparado con todo el tiempo que se tarda en hacer las burocracias.

Mucha gente piensa que tener hijos fuera del matrimonio no es un hecho grave en esta sociedad porque estamos en el siglo XXI. Estoy de acuerdo. Bueno, es lo que he hecho. Bueno, no. La boda la tenía organizada pero nos quedamos embarazados justo justo justo nueve meses antes y la tuvimos que posponer. Pero eso es otra historia que ya os contaré. El caso…

Sara nació y en el hospital nos dieron la partida de nacimiento. Aquí, en Inglaterra, se juega con el nombre de familia que es el del padre porque las mujeres (como en América) cambian de apellido. Sara en el hospital era “Baby Rey”. Mi apellido. Aunque luego pensándolo bien es más práctico poner el nombre de la madre para identificar al menor después. 

Náufraga en un mar de burocracias
Fuente: unsplash.com

Con la partida de nacimiento – yo creo que se llama partida porque es el inicio de ese largo camino burocrático que no termina nunca – vas al registro civil a registrar el nacimiento. Bien, como no estamos casados tuvimos que ir juntos. Por no estar casados. ¡En el siglo XXI! ¡¡¡Que no nos dió tiempo a casarnos!!!

Después ya puedes ir a registrarla al centro de salud del barrio para que te asignen un médico. Ese es otro tema que ya hablaremos. Tuve que explicar a la recepcionista cómo funcionan los apellidos porque no se explicaba por qué Sara y yo no teníamos el mismo apellido. 

Bien. Ya tenemos médico y a la niña registrada. ¿Qué toca ahora? Pasaportes. (Respiremos hondo). Bien.(Volvamos a respirar hondo) El panorama es el siguiente; Sara tiene pasaporte español y portugués (por parte de padre, lógicamente). Y lo del pasaporte británico es para dedicarle otro post… ¡o un libro!

¿Qué hacer para sacar el pasaporte español en UK? 

Lo primero es tener paciencia y lo segundo es no tener prisa. 

En UK hay dos consulados, uno en Londres y otro en Edimburgo. A mi por “cercanía” nos corresponde el de Edimburgo. Dos o tres semanas después del nacimiento de Sara me puse en contacto con el consulado de Edimburgo para ver qué es lo que tenía que hacer para conseguir el pasaporte de Sara (¡y poder ir a España!). Lo primero que tenía que hacer era darme de alta en el Consulado, es decir, certificar que vivo en Inglaterra. Ahora, cuando en el telediario de España digan el número de jóvenes que viven y trabajan en el extranjero será más una porque ya formo parte de esa lista. 

Náufraga en un mar de burocracias
Edimburgo. Fuente: pixabay.com

Una vez que ya me he dado de alta, tengo que pedir cita para el Registro Civil, es decir, registrar a la niña en España, para ello, tengo que ir de excursión a Edimburgo. Parece bastante sencillo, el problema es que no hay cita de una semana para otra. Me convertí en madre en Octubre y tengo cita a finales de Diciembre. Lo que significa que hasta Febrero u así no podré escribir mi ansiado post sobre cómo mi familia conoció a la pequeña Sara.

Me he comprado una carpeta para llevar todos los documentos porque seguro que me ponen pegas. De hecho, ya he leído en la web que tengo que presentar un papel firmado por los dos porque no estamos casados (¡¡¡QUE NO NOS DIO TIEMPO!!!) en el cual justificamos/explicamos porque hemos puesto el apellido de la madre primero (la verdad que suena mejor mi apellido primero pero la verdadera razón es porque el Portugal se pone así). Asi que, lo dicho. Como si una corriente de aguas bravas se tratara lo mejor es relajarse, respirar y dejar que la corriente te lleve a la orilla. Algún día todo esto acabará y Sara probará las auténticas croquetas. 

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