Si no me fallan las cuentas está es la cuarta vez que se va a celebrar Naukas Bilbao, un evento de divulgación científica y escepticismo. El proyecto, como quizás sepan algunos, nació como una web de divulgación donde se juntaban los mejores divulgadores de España. Entre ellos se encuentran científicos, periodistas y, de forma general, aquellos que les gusta contar la ciencia para demostrar lo atractiva e ilusionante que esta puede llegar a ser. Con el paso del tiempo más y más divulgadores se han ido uniendo al proyecto y Naukas es, probablemente sino la más importante sí, una de las webs de divulgación científica más importante de España.
No contentos con poner en marcha semejante web, los “jefes” consiguieron organizar, allá por 2011, Amazings (nombre original del proyecto) Bilbao. Y allí nos juntamos por primera vez todos los colaboradores de la web, para dar charlas breves y amenas, se habló de ciencia y de escepticismo ante un aforo lleno hasta la bandera. Desde entonces el evento se ha venido celebrando una vez al año, y este próximo 26 de Septiembre comenzará la edición de 2014.
Si estás pensando en si ir o no al evento, lo único que puedo hacer es contarte mi experiencia personal, que como tal, suele ser intransferible, pero quizás sirva para hacerte una idea de lo que te puedes encontrar.
Al ser uno de los colaboradores de Naukas, mi experiencia tiene dos vertientes. Por un lado la experiencia de subir al escenario a contar algo y, por otra, la experiencia de ser parte del público asistente. Como ponente el ritual siempre es el mismo. Según se acerca el momento los nervios hacen acto de presencia e irremediablemente me da por moverme de un lado a otro. No paro de andar, sin recorrer mucho distancia, unos pasos para acá y otros de vuelta. A veces me preguntan que por qué me pongo nervioso o, si ya lo he hecho más veces, porque sigo poniéndome nervioso. Para mí es algo irremediable y creo que el día que no me ponga nervioso algo estaré haciendo mal. Los nervios se deben a que tienes delante de ti unas 500 personas, que han venido a escucharte, así que quieres que todo salga bien, no equivocarte, que se te entienda bien y sobre todo, despertar la curiosidad entre el público sobre aquello que vas a contar.
Supongo que habrás oído eso de que la ciencia no le importa a nadie o que solo nos interesa a unos cuantos, pero cuando estas en Naukas Bilbao, dicha afirmación se te antoja algo peculiar, ya que durante dos días, estás rodeado de gente que tiene interés por la ciencia. No, no me engaño, sé que es una observación parcial y que bien puede ser un oasis en un desierto, pero precisamente es para lo que se hacen eventos como este, para que el oasis cada vez sea más grande y el desierto más pequeño. No conozco los números exactos, pero parece que año a año el número de gente que acude es algo mayor, así que parece que el oasis se expande.
Una vez que estás en el escenario los nervios se desvanecen, al menos eso me pasa a mí, en ese momento, tu cerebro está ocupado con contar lo que quieres explicar, en hacerlo bien. Tras la charla, llega la relajación, si sale bien te sientes a gusto, pero no nos engañemos, siempre te das cuenta de que algo es mejorable, que esto o aquello no ha salido como querías y que, para la próxima vez si vuelves a tener la suerte de participar, tienes que trabajar en esas cosillas para hacerlo mejor. Claro que tu percepción es subjetiva y no siempre captas las cosas como son. Por ejemplo, recuerdo en la primera edición, mientras estaba en el escenario hubo un momento en el que me desconcentré y a mí me pareció que me quedé callado una eternidad, pero al bajar y hablar con compañeros o con gente del publico que se acerca a conocerte y a seguir hablando de lo que has expuesto, me di cuenta que desde fuera no se había notado, de hecho al ver la grabación comprobé que efectivamente desde fuera no se había notado. No dejan de ser curiosas las jugarretas que nos puede jugar nuestro cerebro.
¿Y como público? Bueno pues es una experiencia inigualable. Tienes la suerte de asistir a una maratón de charlas sobre ciencia, donde siempre aprendes algo, pero lo más importante, al menos según lo veo yo, es que se te cuenta lo suficiente como para despertar tu curiosidad sobre el tema en cuestión. Siempre, después de Naukas, de vuelta a casa, he pasado varias horas en internet buscando más información sobre aquello que me llamó más la atención de entre todos los temas expuestos.
Pero lo que realmente no tiene precio, es tener la posibilidad de hablar con los propios conferenciantes. Ellos están allí, entre el público, así que en algún descanso puedes acercarte a hablar con quien quieras, hacerle preguntas o aclarar dudas. Hay que reconocer que la gente de Naukas es de una humildad increíble y una amabilidad sorprendente, siempre te escuchan con atención y te ayudan a aclarar tus dudas e inquietudes. Para mí no hay mejor experiencia que hablar con ellos, aprender de ellos. Iría una y mil veces a Naukas tan solo por poder hablar con los ponentes. Esta cercanía con los ponentes tiene otro atractivo, al menos si eres un ávido lector de literatura científica, y es que muchos de ellos han escrito libros de divulgación, así que para un servidor es una ocasión ni que pintada para conseguir que los autores te firmen sus libros.
¿Deberías ir a Naukas Bilbao 2014? Yo diría que si te interesa la ciencia deberías ir, si te interesa el escepticismo deberías ir, si te gusta aprender cosas nuevas deberías ir, si quieres pasarlo bien de forma distinta a la habitual deberías ir, si quieres conocer a los científicos y divulgadores que has leído en la red o en libros deberías ir. En definitiva, si te gusta alimentar a tu cerebro estás obligado a ir.
Espero que en poco más de una semana nos veamos por allí.