Libro independiente
Rama: fantasía, aventuras
Edición: Edelvives, 2010
Valoración: 4’5 sobre 5
Ash ha llegado a su nuevo colegio de ricos, un lugar perdido en la isla de Bran, olvidada ésta en el mar del Norte. Allí nunca hace calor y el frío acecha a los incautos; y para colmo están ocurriendo cosas extrañas. Los pasillos se llenan de cuchilleos, los rumores se levantan del suelo y arrasan con lo que encuentran… y es que los cotilleos son letales. ¿Qué pasaría si los rumores tuvieran el poder de cambiar la realidad? ¿Y qué ocurriría si un extraño Olvido amenazara con aparecer con la luz de la Luna? Es allí donde Rudy, Maya y Ash formarán equipo con Charlotte y Arnaud (dos franceses que parecen ocultar muchos secretos) para tratar de luchar contra esa fuerza aterradora que quiere arrasar con todo lo que les importa. ¿Lo conseguirán?
¿Le tenéis miedo a la Nada? ¿Al Olvido? Es normal sentir esas sensaciones tan profundas, creedme. Ne Obliviscaris significa “Nunca olvidar”: detrás de esta afirmación se esconde una bonita historia juvenil narrada con esmero y siempre con buenas dosis de originalidad que no vienen mal en estos tiempos de escasos recursos literarios (entiéndase por argumentos basuras, repeticiones de éxitos pasados, fórmulas desgastadas…). En el argumento que os he contado un poco más arriba podéis conocer ya a todos los personajes que van a tener una importancia destacable en la historia y que muchas veces os robarán una sonrisa o hasta el corazón. Yo me quedo con Ash, ya que su mutismo me enamoró en más de una ocasión, siendo el personaje más entrañable del trío. Sus otros dos compañeros tampoco se quedan atrás; no obstante, aunque son sólidos y están bien construidos, al conocerlos no pude evitar sentir un ligero aroma al trío harrypottero de Rowling. Dejando atrás ese aspecto, el conjunto de la novela está muy logrado. Con Ne Obliviscaris los lectores podemos soñar y disfrutar sin sufrir demasiados tópicos y no hay un malo de turno ni criaturas sobrenaturales. Además, la historia es un soplo de aire fresco que consigue crear un aura tenebrosa y adictiva que te mantiene en vilo hasta el final, por lo que os aseguro una lectura rápida y satisfactoria. También cabe mencionar que la profundidad del tema que se trata en esta novela se hace palpable en cada página, encerrando una bonita moraleja que muchos deberían aprender: el poder de las palabras es infinito.
Podemos afirmar que nos encontramos ante una obra recomendable sobre todo para un público joven y despierto, y que asegura una gran entrada al mundo literario de un autor con muchas ideas y una prosa sencilla y amena.