Es difícil imaginar mejor ubicación para un bar o un restaurante que la Plaza de Oriente de Madrid. Pero es más, dentro de ésta plaza hay lugares y lugares y, puestos a elegir, me quedo con el que ocupa Raw-bar/La lonja.
Justo en el esquinazo, frente al propio Palacio Real y al lado mismo del Teatro Real. Enfrente: jardines, estatuas de reyes (visi)godos y legiones de turistas de cualquier parte del mundo.
He escrito Raw bar/La lonja, porque de hecho se trata de dos locales en uno. A pie de calle se encuentra el Raw bar y en la planta superior La lonja. Están unidos por una escalera, un ascensor y, sobre todo, la idea del negocio y la materia prima: el mejor pescado salvaje que puedas comer en Madrid. Además, el hilo conductor es el interiorismo de Ignacio García de Vinuesa, autor, entre otros, del (a mi modo de ver peor resuelto) de Columbus.
La diferencia en los espacios estriba en la preparación de la citada materia prima, la clientela será común, pero puede que varíen los horarios. El ambiente inferior será más desenfadado, más del tipo After Work o Pre-ópera. Muy apropiado para que los turistas que deambulan por la plaza se tomen una copa en un ambiente muy neoyorkino y no tan clásico como en el Café de Oriente. Allí podrán disfrutar de elaboraciones de pescado "en crudo", con ceviches o ahumados (que ellos mismos realizan).
En la planta superior, en La lonja, la cuestión es diferente, aquí hay una sala espectacular y la cocina está al servicio del pescado y la parrilla, una parrilla "ad hoc" con diferentes posibilidades de temperaturas según pescados o recetas.
En serio, no creo que haya mejor mesa en Madrid que la del reservado con vistas al Palacio Real.
Pero hoy no voy a hablaros de éste restaurante del grupo Lezama, iremos, seguro, pero será en otra ocasión.
El caso es que hace poco tuvimos la fortuna de asistir a una masterclass de coctelería que hizo posible que por un rato me olvidase de que era martes y aquella tarde pareciera la de un maravilloso miércoles (que es el mejor día de la semana porque es el primer no-martes y por tanto el más lejano al fatídico día).
Parte del equipo de Raw Bar
Además de mostrarnos cómo elaborar diferentes cócteles, nos proporcionaron un recetario, que iréis viendo cómo en próximas entradas iré reproduciendo, porque ya es hora de volver al mundo de la coctelería.
Y no acabó ahí la cosa, nos sirvieron una serie de platos para armonizar con los cócteles y mostrarnos algunas de sus pequeñas joyas. Como unos inolvidables salmonetes con coulis de frambuesa, un salmón con un punto muy sutil de ahumado o un tartar de atún de los que emocionan.
Y os dejo la receta del Negroni, uno de los cócteles más famosos, sencillos e internacionales:
- 1 Parte de Campari (*)
- 1 Parte de Vermout rojo.
- 1 Parte de Ginebra.
Se sirve en vaso Old fashioned (bajo y ancho) con hielo, es decir, cubitos de hielo, nada de hielo picado.
De éste cóctel existe una versión más suave (con menor contenido alcoholico), llamada Negroni Sbagliato, que consiste en sustituir la parte de ginebra por Champagne (cava o prosecco) y que es precisamente la que nos sirvieron.
(*) Cuando me emancipé, organicé una fiesta en mi nueva casa y al acabar y hacer recuento, descubrí que había aparecido una botella de Campari que supongo que algún amigo traería con la esperanza de que a alguien le gustase. Nadie la abrió.
Unos años más tarde, llevé esa misma botella incorrupta a la fiesta de inauguración de otra casa... en la que ya no está, pero cuyos dueños, en un desliz me confesaron el otro día que tampoco la habían abierto.
Todo esto no hubiera ocurrido si en el año 2001 yo hubiera conocido este cóctel, ¡me encanta!.
PD: Por curiosidad, ¿no has realizado una fiesta en tu casa y habrá aparecido una botella de Campari?.
Yo juraría que esta chica está haciendo una "monicada"