ENCUENTRO CON NEREA RIESCO
"A veces, la falta de moral de algunos medios de comunicación es lo más parecido a una Inquisición moderna".
Nerea Riesco no olvida sus raíces periodísticas, y es capaz de analizar la actualidad con juicios así de certeros, al tiempo que señala la importancia de que el ciudadano sea crítico con los medios informativos, y que reaccione para hacerse preguntas, para no dejarse anestesiar por los programas que tergiversan la realidad.
Pero antes de hablar de cuestiones sociales, se dirigió a sus lectores mostrando el inmenso cariño que le tiene a la literatura, porque para ella el placer de sumergirse en un libro es algo indescriptible, algo que permite recrear constantemente una obra, ya que nunca habrá dos maneras iguales de interpretarla, porque cada persona lo hace a su manera. El ser humano es poliédrico, dentro de cada uno de nosotros hay miles de personajes, con miles de facetas, y por eso considera tan maravilloso el hecho de escribir, porque con cada personaje podemos sacar a la luz una cara de nosotros mismos.
Y dentro de esos personajes, siempre han sido los tangenciales los más interesantes para la literatura, los olvidados, tal y como ocurre con Alonso de Salazar y Frías, el protagonista de su novela "Ars magica", un inquisidor atípico y borrado de las crónicas que ella ha rescatado combinando Historia y leyendas, mezclando la ciencia y la magia, lo racional y lo fantástico, para trazar "un camino de Oz con el que mis criaturas procuran conseguir aquello que les falta".
La España del siglo XVII es el marco para esta odisea de acusaciones de brujería, misterios, amor y conspiraciones, en la que la religión tiene un papel importante, no en vano el hombre, a lo largo de la Historia, ha hecho cosas terribles en nombre de Dios, de cualquier dios, y eso no debe olvidarse, porque a veces incluso se convierte en el impulso para escribir una novela. Nerea Riesco defendió el género que cultiva: la novela histórica, como el más cercano a la realidad, "no hay tanta diferencia entre los males del siglo XXI y los de hace cuatrocientos años, las lacras sociales se repiten eternamente, porque el ser humano no cambia, y se deja llevar siempre por los mismos motores".
Tras este lúcido encuentro, veinticinco de nuestros alumnos tuvieron la suerte de compartir con ella un taller de narrativa de lo más interesante, del que esperamos que haya servido para hacer crecer en ellos el germen de la buena literatura, la que practica Nerea.