Revista Diario
El otro día pude ver la versión de la película sobre Néstor Kirchner que había realizado el cineasta uruguayo Adrián Caetano y que la productora le bajó el pulgar.Es difícil desde luego, compararla con la de Paula de Luque porque la de Caetano es un boceto que todavía no estaba terminado. Sin embargo, "la película que no fue" es superadora a la estrenada. ¿Por qué? Porque es política.La pelicula de Paula de Luque (asumamoslo) es infumable: emociona las imagenes inéditas, el discurso en la ex Esma de Néstor desde otra cámara donde se expresa su emoción y nerviosismo, algunas declaraciones de Máximo y familia. Nada más. Luego, es un sinfín de recursos estilisticos que no dicen nada. La vida política de Néstor es amputada de manera grotesca: cualquier se retira de la sala preguntándose qué pasó con Nestor en los noventa que en la película no dice nada.El otro punto negativo son los testimonios: fueron pésimamente seleccionados, existe gran cantidad de historias verídicas de personas que efectivamente se sintieron transformadas socialmente y que son mucho más ricas que las que circulan en el filme.En cambio la de Adríán Caetano muestra a Néstor como lo que fue: ni un semidios, ni un iluminado, sino un animal político. Y políticamente, doctrinariamente, peronista. Eso es lo que vale. Mientras la versión final que pasaron en los cines hacía un silencio absurdo durante los noventa (como si Néstor hubiese estado en un freezer durante más de diez años) en la de Caetano vemos al Néstor rebelde, al que asume la gobernación de Santa Cruz con una provincia en llamas (como le sucedió como presidente en 2003). No hay por qué escandalizarse por las boludeses de archivo que suben en Youtube mostrando a Néstor elogiando a Menem, en la peli se entiende bien: sino lograba un minimo acuerdo el Estado Nacional no le reconocía una deuda histórica que tenían hacia Santa Cruz. (Una biografía muy recomendable que puede desasnar a cualquiera es la "Néstor el presidente militante" de G. Pandolfo)Se ve a un Nestor plantándose contra el pacto de Olivos, denunciando los acuerdos espureos en la Convención constituyente de la infame reforma del 94. Se ven las declaraciones, las obras de un gobernador que resistía a los abates del neoliberalismo e invertía en producción mientras que en el resto del país se cerraban fábricas y aumentaba la desocupación.Pero no sólo eso: en la pelicula de Caetano se incide más en la presidencia de Néstor y en vez de reflejar testimonios vacíos que no dicen nada (ni siquiera son sensibleros), se refleja la Reforma de la Corte Suprema, cómo intervino ante el paro docente en Entre Ríos, entre otros aspectos.Mientras que la pelicula de De Luque se busca reflejar a un Néstor buen padre, buen marido, en la de Caetano (sin dejar de destacar la entrañable unión con Cristina) se vislumbra a un verdadero conductor peronista, con algunas contradicciones pero sin perder nunca sus convicciones, sus objetivos. Caetano estructura de una manera magistral la pelicula, con un relato circular: empieza y termina con Néstor Kirchner militando bajo una fuerte tormenta de nieve, al fin y al cabo, siempre fue él mismo, siguiendo la consigna sanmartiniana: fue lo que debía ser, o no hubiera sido nada...Y creo que cualquier militante y, por qué no, cualquier argentino prefiere conocer a ese gran estadista, que hasta el 2003 los que lo iban a votar ni siquiera sabían cómo escribir su apellido y hoy, es una imagen imborrable que marca con "k" toda esta era que aún no termina.