Revista Cultura y Ocio

Neustadt, 678, Lanata y la corrupción

Publicado el 24 abril 2013 por Fabianscabuzzo @fabianscabuzzo

(Por Fabián Scabuzzo) Por muchas décadas “Tiempo Nuevo”, conducido por Bernardo Neustadt, fue el programa político por excelencia, por el que pasaron las figuras relevantes de la realidad del país durante 30 años. Tal era la relación de Neustadt con el gobierno que en 1993, ante una ausencia por  un problema de salud, el entonces Presidente Carlos Menem lo reemplaza ante las cámaras. Casi dos décadas más tarde otro programa oficialista, desde la  TV Pública, ocupa el lugar del Neustadt de Menem, es “678″, con un formato de panelistas, más moderno e incisivo con la oposición, dispone de un lugar en donde ministros y legisladores oficialistas pueden defender y criticar como si estuvieran en su casa, por ahora el programa es conducido por periodistas. bernardo neustadt 780901 e1366813256695 Neustadt, 678, Lanata y la corrupción

En 1993 Menem reemplazó a Neustadt en su programa “Tiempo Nuevo”.

Quienes han leído mis tuits saben que soy muy crítico de “678″. En un medio del estado, mantenido con los impuestos que pagan todos,  emiten un programa de al menos dos horas diarias en donde  un grupo de periodistas  defienden a más no poder al gobierno, las críticas son demoledoras hacia quienes piensan distinto y la ausencia  de opositores vuelve  al mensaje más cerca de la “propaganda” que de la información. En este “show periodístico” del gobierno bajan línea con los más diversos temas de la agenda oficial,  con los mismos argumentos que luego escuchamos en las voces de la presidenta y sus funcionarios.

“678″ promueve al país binario.

“678″ promueve al país binario, y claramente pone de su lado al que piensa como ellos y lo hace inmerecido de cualquier derecho al que no lo hace.  Solo en la época militar escuchábamos a “colegas” hablar con estas formas y con tanto desprecio de quienes piensan distinto al gobierno. Sin embargo, dentro del mismo canal, el noticiero “oficial” tiene una línea que parece ser más independiente y muchos de sus informes suelen sumar las voces de la oposición. Recordemos que hace solo unas semanas el panel de  678 denostó al conductor del noticiero del mismo canal,  Juan Miceli, por hacer una pregunta “inconveniente” a un legislador. Tanto el conductor del noticiero, como la comisión interna del canal, respondieron a 678 con dureza y marcaron sus diferencias, más tarde se sumó el gremio de prensa.

678 Neustadt, 678, Lanata y la corrupción

Por oficialista “678″ es impopular, incluso su rating así lo indica.

El contenido hiperoficialista de “678″ lo vuelve un programa impopular, incluso sus números de rating así lo indican, muchos de sus informes subidos a You Tube son replicados en las redes sociales por la militancia kirchnerista, como si fueran una verdad absoluta. El programa poco aporta a la discusión general ya que sus informes se limitan a “enjuiciar”  los contenidos de Clarín, Nación y Perfil,  y desprecia a legisladores y dirigentes opositores. Y ahora se suma a Lanata.

“Periodismo para Todos” hace tambalear la agenda de los medios en Argentina.

Jorge Lanata tiene un exitoso ciclo en canal 13, “Periodismo para Todos”, las emisiones de este programa hacen tambalear las agendas periodísticas de todos los medios, lo que nunca pudo lograr 678 en tantos años  y días en el aire lo consigue Lanata en las últimas horas del domingo.

“Periodismo para Todos” es el “678″ del pensamiento opositor, la herramienta de Clarín para demostrar su poder. Conducido por el periodista más creíble del país, cuya conversión a Clarín es otra polémica, sus denuncias e investigaciones no pasan desapercibidas. Al parecer tiene todo el apoyo del Grupo, enemigo Nro.1 del Kirchnerismo, para investigar al gobierno: hasta las últimas consecuencias.  

Lanata Neustadt, 678, Lanata y la corrupción

“Periodismo para Todos” es el “678″ del pensamiento opositor.

El objetivo es simple: demostrar que el kirchnerismo es corrupto y ha logrado instalar esa apreciación en la sociedad gracias a sus informes, algunos apresurados pero bien producidos, llenos de golpes de efecto y algunos testimonios dudosos. “Periodismo para Todos” no cuida las formas ni la rigurosidad de su contenido, pero el fondo de la cuestión es indiscutible y termina siendo certero: la corrupción existe.

Es otro Show Periodístico, que mezcla el humor con la denuncia, en un formato más efectivo que el de 678, y como habla del gobierno y muestras sus casas y sus lujos, y cuenta de sus conexiones y engaños, suena más creíble. En la mayoría de las veces las acusaciones suelen provocar tal irritación que terminan confirmándose solo con las evasivas respuestas o el silencio del oficialismo.

El objetivo es simple: demostrar que el kirchnerismo es corrupto y ha logrado instalar esa apreciación en la sociedad.

678 desde el Canal 7 intenta rebatir las pruebas ofrecidas por Lanata sin mucho resultado: a los testimonios “flojos” se le suman verdades contundentes. Con el caso Lázaro Baéz sucede todo esto que estamos contando: el gobierno intentó farandulizar el tema pero solo logró que la sospechas de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero por parte de la familia presidencial sean confirmadas por la opinión pública. De eso no se vuelve.

Cristina y Nestor Neustadt, 678, Lanata y la corrupción
Para la misma justicia investigar el delito de corrupción de un gobierno, el enriquecimiento ilícito o el lavado de dinero suele ser complicado, dada la ausencia premeditada de evidencias. A eso se le suma la intervención directa de los gobiernos en la justicia que logra, al menos mientras están en el poder, que sean desestimadas.  La corrupción forma parte de los crímenes perfectos que suelen llevar a cabo gobernantes en algunos países del mundo, incluyendo Argentina  mientras no haya rigurosas normas éticas y morales que deban cumplir quienes están en el poder, como sucede en algunas democracias europeas o en el mismo EE.UU.

La corrupción forma parte de los crímenes perfectos que suelen llevar a cabo gobernantes en algunos países del mundo, incluyendo Argentina.

No le podemos pedir al periodismo que ofrezca pruebas contundentes sobre la corrupción en el poder, si hasta la misma justicia no puede acceder de pleno a ellas. Por ahora los recursos son como “fotos”: la del amigo del gobierno que era un empleado bancario y una década más tarde convertido en un multimillonario. O aquél que vivió en una modesta casa pero estando en el gobierno es propietario de una mansión, y muchos ejemplos más.

La falta de austeridad en las vidas personales de algunos gobernantes ya resulta ofensiva, una de las reglas básicas de la conducción política en otros países aquí se echa por tierra. Demás está decir que cualquier ostentación suele confundirse con conductas corruptas, y salpica hasta quienes son inocentes.

No le podemos pedir al periodismo que ofrezca pruebas contundentes sobre la corrupción en el poder, si hasta la misma justicia no puede acceder de pleno a ellas.

Ni siquiera las declaraciones de bienes resultan creíbles ya que no parecen ser controladas ni contrastadas, en la mayoría de los casos resonantes suelen ser confusas, incompletas y hasta con datos falsos, como se denunció en la del vicepresidente Amado Boudou.

Las pocas explicaciones al respecto suelen ser risueñas: “Fui una exitosa abogada” respondió Cristina de Kirchner en Harvard ante una pregunta de un alumno acerca de su riqueza. Solo bastar googlear  ”riqueza de los kirchner” para encontrarse con miles de artículos que cuentan, y obviamente sin pruebas,  cómo el matrimonio de Cristina y Néstor amasaron tantos millones desde un estudio jurídico en la Patagonia. La carrera política del matrimonio Kirchner se inició  en 1981, en 2003 declararon $ 7 millones, a fines del 2012 ya eran $ 89 millones.

La organización Transparencia Internacional define la corrupción como el mal uso del poder encomendado para obtener beneficios privados, es el  “abuso de posiciones de poder o de confianza, para beneficio particular en detrimento del interés colectivo, realizado a través de ofrecer o solicitar, entregar o recibir, bienes en dinero o en especie, en servicios o beneficios, a cambio de acciones, decisiones u omisiones”. 

Las denuncias de Jorge Lanata producen un Déjà vu relacionado fuertemente con el menemismo.

Para Huguette Labelle, Presidenta de Transparencia Internacional,   “Los gobiernos deben incorporar acciones contra la corrupción en todas las decisiones públicas. Entre las prioridades están normas más efectivas sobre lobby y financiamiento político, una mayor transparencia de la contratación y el gasto público, y mayor rendición de cuentas de organismos públicos a la población”.

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Las denuncias de Jorge Lanata producen un Déjà vu relacionado fuertemente con el menemismo cuyo mayor descrédito se inició cuando empezaron a conocerse los casos de corrupción. El mismo Lanata fue autor de algunas de aquellas denuncias. Y la Revista Noticias de otras. ¿O acaso no empezamos a pensar mal cuando María Julia Alsogaray apareció semidesnuda y cubierta con un costoso abrigo de piel en la tapa de esa revista?.  También recuerdo fuertemente las fotos de “la casa de Alasino”, el senador menemista acusado de enriquecimiento ilícito y nunca probada su extraordinaria fortuna. Y la pista de Anillaco, y  mucho más cerca, dentro del gobierno K, las denuncias a Ricardo Jaime, el ex secretario de Transporte. Todos los casos fueron “destapados” por medios críticos del poder, de otra manera jamás nos hubiéramos enterado.

Las sospechas de la población son razonables, aún con pruebas insuficientes,el arbitrario incremento pecuniario de los políticos origina desconfianza, además  del convencimiento que la impunidad y la falta de justicia los benefician. De todos modos esa “sensación” no garantiza nada, Menem ganaba elecciones en medio de esas denuncias, porque también se corrompen las campañas políticas, un tejido de impunidad que incluye tráfico de influencias, dádivas, complicidades  y mentiras.


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