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Nicolás II, el último de los Romanov

Publicado el 06 mayo 2014 por Daniel Prieto González @100cerosblog

Nicolás II, el último de los Romanov.

El Zar Nicolás II

Nicolás II, nacido en San Petersburgo en 1868, y muerto en Yekaterimburgo, en 1918; fue el último zar de Rusia, el último de los Romanov, dinastía que gobernó Rusia durante más de tres siglos (1613-1917). Nicolás accedió al trono en el año 1894, una vez muerto su padre, Alejandro III, y siguió las políticas autocrática de sus antecesores, tanto de su padre, como de su abuelo, el asesinado Alejandro II. Recién llegado al trono, el zar ya mostraba ineptitud para gobernar, y era manejado como una marioneta por su esposa la zarina Alexandra y su consejero Rasputín.
Bajo su reinado, Rusia conoció un rápido proceso de industrialización, lo que provocó grandes movimientos de personas hasta centros obreros. A pesar de este proceso, desde hacía ya años, el país ruso vivía un período de pobreza, hambruna, y paro, lo que provocaba un malestar general en la sociedad,. Algo que más tarde sería parte de la "pólvora" que supuso el explosivo de la revolución. Uno de los objetivos que tenían propuestos el zar y sus consejeros, era ampliar sus dominios en Asia. Ejemplos de ello son la intervención en la Guerra China-Japonesa en 1896, la base de Port Arthur en 1898, la ocupación de Manchuria en 1905, y el reparto de Persia con Reino Unido en 1907.

Nicolás último Romanov

Escudo del Imperio Ruso


Durante la ocupación de Manchuria para impedir el avance japonés hacia puertos rusos; Rusia sufrió una gran derrota. Aconsejado por el káiser Guillermo II, el zar declaró la guerra a Japón en el 1905. Nicolás pensaba que sería una victoria fácil, además de controlar la situación política en la zona, obtendría un gran prestigio a nivel mundial. Mal aconsejado, el zar no tenía información segura sobre la situación de la flota japonesa, además de no saber de la ineptitud de los oficiales de Port Arthur y Vladivostok; lo que provocaría que el Imperio Ruso sufriera una derrota humillante. Desesperado, el zar mandó a movilizar la flota del Báltico, una flota que no estaba preparada para alta mar. Esta flota tuvo que realizar un viaje de miles de kilómetros, rodeando Europa, África y Asia, viaje que se convertiría en un movimiento militar único en la historia. Una vez en el Mar de Japón, la flota del Báltico fue derrotada en el estrecho de Tsushima, por las fuerzas japonesas al mando del almirante Heihachiro Togo.
A parte de Asía, el zar tenía otro objetivo: Europa Oriental. En ella, Rusia intentó ejercer una influencia determinante en aquella zona, además de los Balcanes. Este acecho del Imperio Ruso provocó fuertes tensiones internacionales, debido al alineamiento ruso con Serbia, en contra de los intereses del Imperio Astro-Húngaro. Pero todo esto se tranquilizó con el tiempo, ya que una derrota diplomática en Bosnia (1908), en el contexto de las Guerras Balcánicas (1912-13) supuso el abandono definitivo de sus pretensiones sobre los Balcanes y Europa Oriental.

Nicolás II, el último de los Romanov.

Máxima extensión del Imperio Ruso

Mal aconsejado, de nuevo, y alejado de la opinión personal, el zar Nicolás II no hacía nada por solucionar los dos principales problemas de su país, problemas que ya nombré antes: la hambruna y la pobreza del campesinado, las tensiones sociales y la agitación revolucionaria. El pueblo, después de la derrota ante Japón en 1905, estalló. Esta explosión provocó un intento de revolución, que al poco tiempo se apagó en forma de represión militar. La represión provocó todavía más descontento general, lo que al final se convertiría en la Revolución de 1917, el final de la monarquía.

Nicolás II, el último de los Romanov.

Familia Real 

En 1914, el Imperio Ruso entra en la Primera Guerra Mundial, del bando de los aliados. Esta situación de guerra, más el descontento general de la población, el envio masivo de tropas al frente oriental, y la pérdida de personas, recursos y dinero, provoca una gran explosión, la Revolución de Febrero (1917). Esta revolución provocó la abdicación del zar y de su heredero, sin poder ejercer ninguna resistencia ante el gobierno provisional de Lvov y Kerenski. Meses después, durante la Revolución de Octubre, los bolcheviques toman el poder, y Lenin se convierte en el presidente de la URSS. En un principio, Trotski, pensaba en trasladar a la familia real a Moscú, y procesarla en un juicio público. Pero los bolcheviques de la cercana Ekaterimburgo, mucho más radicales, convencen a Lenin de trasladar al zar a una casa de un empresario rico, en los Urales. Allí, la familia real se piensa que están esperando el resultado del juicio. Pero días después, el 15 de marzo, le dicen al zar y a su familia que les van a hacer una foto antes de ir al juicio.
Una vez colocada la familia, con Nicolás II y su heredero sentado en las rodillas, están preparándose junto a varios sirvientes para sacar la foto. Cuando entra un general, este les dice que el pueblo de Rusia ha decidido que tienen que morir, mentira, ya que no hubo ningún juicio. El zar Nicolás II en ese momento pronuncia su última palabra "¿Qué?, y al instante cae fusilado por varios soldados, junto a toda su familia.
Este era el final del zar Nicolás II de Rusia, el final de una dinastía, los Romanov, y el final de un imperio, el Imperio Ruso.


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