Desde Murshidabad, Abhishikta Bandyopadhyay, formuladora de DI-NIDS
Las disparidades de género en el acceso de las niñas a la educación siguen estando profundamente arraigadas, con 28 países de todo el mundo en desarrollo que tienen nueve o menos niñas en la escuela primaria por cada diez niños. En el caso de la India, donde viven el 37% de las personas en situación de analfabetismo a nivel mundial, el 53% de las niñas de 5 a 9 años son analfabetas, según el 7th All India Education Survey.
El entorno en el que viven, aprenden y crecen las niñas en la India frustra sus intentos por lograr el mismo acceso a la educación que los varones. La distancia a las escuelas no es uno menor: En la India, sólo el 53% de las localidades tiene una escuela primaria. De las 700.000 escuelas rurales de la India, sólo una de cada seis tiene baños que disuaden a los niños, especialmente las niñas de ir a la escuela, y si están matriculados, para permanecer allí.
En la mayoría de las zonas rurales de la India, a medida que aumenta la edad de una niña, se vuelve más “caro” casarse con ella. Esto se debe a que, a medida que crecen, aumenta también la cantidad de dote a pagar por sus padres cuando se case. Así, los padres siempre quieren que las niñas se casen lo antes posible. Lo habitual es que, después de pasar un tiempo en la escuela, las comiencen a preparar para el matrimonio.
En distritos como Murshidabad, al norte de Calcuta, la institución de la dote y la falta de salidas alternativas explica porqué cerca de un 69% de las niñas se casan durante su adolescencia, y la mayoría antes de los 16 años. Este distrito tiene la mayor prevalencia de matrimonio infantil en el estado de Bengala Occidental. Se estima que un 69% de las niñas de este distrito están casadas antes de cumplir los 18 años, y la mayoría antes de los 16.
Bajo la apariencia del matrimonio infantil, las niñas víctimas de trata son después enviadas a varias ciudades de la India, Bangladesh, Arabia Saudí y otros países árabes. Otras muchas acaban como asistentas domésticas en hogares de clase media o tiendas de té en diferentes ciudades. Algunas se sabe que son víctimas de trata con fines de explotación sexual por parte de sus maridos.
La mayoría de las niñas, tanto las que van a la escuela como las que no, tienen que pasar la mayor parte de su tiempo ocupadas en las tareas domésticas. Sus padres están ocupados en una variedad de trabajos, que van desde trabajadores agrícolas a trabajadores diarios. La migración insegura y los matrimonios tempranos aumentan la vulnerabilidad a la trata y al VIH/ SIDA.
Facilitar el acceso a derechos
Algunas de las alternativas de este momento para facilitar el acceso a la educación de las niñas a la educación pasan por la creación de proyectos de educación complementaria, ubicados en cada una de las aldeas, que pueden ser apoyados por la cooperación local. En paralelo, mediante diversas sesiones de capacitación y programas de sensibilización comunitaria, hay que formar al profesorado local para la mejora de sus habilidades de enseñanza y tratos con los niños.
Las mujeres deben darse cuenta de que las niñas no se vuelven vulnerables si se casan tarde, sino al contrario. Y las mejores difusoras de ese mensaje pueden ser las mujeres que sean líderes en sus comunidades mediante dinámicas como role-playing, juegos, reuniones, canciones o danzas, por citar solo unos ejemplos.
A menudo se descuida la alimentación de las niñas en relación a los hijos varones. Por lo tanto, las estrategias basadas comidas con alto contenido en proteínas son una buena estrategia para que cada vez más padres envíen a sus hijos a la escuela. Si alguna chica deja de ir a la escuela, entonces los maestros deben visitar su casa para preguntar sobre ese asunto.
En 2010 entró en vigor la Right To Education Act, la ley que debe hacer posibles estas estrategias en India. La RTE establece, entre otras medidas, el derecho de todos los niños y niñas de 6 a 14 años a una escuela que, en el caso de las comunidades rurales, no esté a más de 3 km. de su lugar de residencia y la obligación de dotar de un transporte para distancias mayores. También elimina para las familias los gastos indirectos como uniformes escolares y libros de texto, entre otros.
La pobreza extrema, la falta de alimentos, ropa y la falta de escolarización y el trabajo infantil han formado parte de las vidas de millones de niñas de la India rural. Ellas y sus familias viven en condiciones socio económicas muy pobres, la mayoría en casas de barro con techo de paja. Sin acceso a la educación, el mismo estilo de sus padres es el que heredarán sus descendientes.