A medida que se acerca el inicio de la Copa del Mundo de Fútbol Brasil 2014 no sólo arrecian las críticas sobre su celebración, sino que crece la expresión del descontento de la ciudadanía y comienzan a aparecer informaciones que cuestionan lo que parecía un modelo sostenible y responsable de gran evento. Y nos surge la duda ¿puede hablarse de sostenibilidad en torno a un gran evento que está suscitando tal nivel de críticas y de rechazo en su entorno?
En nuestras 11 claves para la llevar la sostenibilidad a un evento, una de ellas era precisamente la implicación del entorno en su celebración, por tanto, no parece que esta haya sido uno de los ejes del proyecto de Brasil 2014, de acuerdo con lo que estamos conociendo. Tal es así que llegados a este punto, hablar de sostenibilidad en ese entorno es pura demagogia, vemos las claves y el entorno es clave.
Más dudas sobre la sostenibilidad de Brasil 2014 como evento
Y esas dudas vienen de elementos como la falta de Transparencia en torno a las medidas desarrolladas para caracterizar de sostenible a un evento como la Copa del Mundo de Brasil de 2014, al haber poca información oficial al respecto, a diferencia del ejemplo de los JJOO Londres 2012, que por ejemplo ha servido de modelo para el cálculo de la huella de carbono en otros eventos.
Y hablando de huella de carbono, un hecho es que las previsiones de cálculo para Brasil 2014 han ido cambiando a lo largo del tiempo, y curiosamente a la baja a pesar de no dar detalles del alcance de las actividades incluidas en el calculo. Y es que de un calculo inicial de 14 millones de toneladas de CO2 (tres de ellas sólo durante la celebración) se ha pasado al actual cálculo de 1,4 millones de toneladas sin más información de qué ha podido producir esta reducción, lo que ya ha generado la duda: ¿no será para suavizar la imagen negativa de este macro evento en medio del creciente clima de protesta?
Sin embargo, si que se encuentran medidas interesantes y voluntad por lograr mitigar el impacto en la sostenibilidad generado por un evento de estas dimensiones, como es el caso del Pasaporte verde que aunque lo juega todo al compromiso de los turistas, si que tiene por objeto sensibilizarles y comprometerles con la sostenibilidad, lo cual es en sí una acción más que importante.
Parece que en Brasil sobra mucho #greenwashing y falta mucho más compromiso real con la sostenibilidad, al menos con la del entorno en el que se celebra la Copa de Mundo 2014, que no puede meterse en una burbuja respecto a los problemas existentes ni obviar los de tipo social en beneficio de los ambientales, como ha ocurrido.
Deberían tomar nota los grandes eventos de lo que está fallando en Brasil … que ha usado la sostenibilidad como reclamo y a la vez pantalla frente a los grandes problemas que tiene el pais, pero que a poco que se indague, se encuentra que la sostenibilidad puesta en práctica en este evento es de cartón piedra, o no va más allá del papel que soporta sus declaraciones y certificados.
Sin duda un análisis del valor que han aportado los compromisos en materia de sostenibilidad desarrollados por este evento ayudarían a comprender de una forma mucho más gráfica los logros contabilizados, por lo que nuevamente se pone de manifiesto la necesidad de confrontar el ROI usado en los eventos con el SROI necesario para poner en valor la sostenibilidad, también en los eventos.
¿Será Brasil 2014 el reflejo de hacia donde va parte de la industria de los eventos en materia de sostenibilidad?
Quizás lo que está ocurriendo en Brasil 2014 pone de manifiesto que la sostenibilidad en eventos pasa por llevar a adelante no sólo buenas prácticas y acciones, sino tener una óptica muy amplia del concepto de sostenibilidad y existir un compromiso firme en su cumplimiento. No se trata de una mera declaración de intenciones y algunas medidas que consigan despertar el interés de los medios, sino de tomar conciencia de los principales impactos que la celebración del evento van a generar sobre la sostenibilidad y comprometerse con el desarrollo de medidas que contribuyan a su minimización o compensación real y yendo a las que verdaderamente son cruciales.
Y dentro de ese nuevo modelo, los grandes eventos tienen una importante asignatura pendiente, no ya solo por los retos de su organización, sino por las dudas en torno a la ética y la legalidad que siempre hay detrás de ellos, con una palabra, “corrupción“, que siempre planea tras ellos. No en vano, en su momento nos sorprendía y mucho que organizaciones que dicen apostar por la sostenibilidad en los eventos, a su vez salieran en defensa de iniciativas como en su momento fue EuroVegas, aceptando declaraciones que decían que se trataba de un proyecto en el que ambas irían de la mano. No es posible entender la sostenibilidad al margen no ya del entorno, sino de un compromiso con la ética que está aún por encima, lo otro es #greenwashing.
Toca tomar partido, bien sostenibilidad para eventos de papel y cartón piedra o bien sostenibilidad que realmente ayude a transformar impactos en legado positivo y oportunidades de mejora del entorno social y ambiental.
@tehagoeco
Creamos y hablamos de sostenibilidad