Revista Cómics

No Game No Life

Publicado el 06 julio 2014 por Belldandy @belldandy_18
No Game No LifeEn estas últimas semanas han ido llegando a su fin una buena cantidad de animes de la temporada de primavera para dar paso a otra interesante temporada de verano que está por estrenarse (Ao Haru Ride *O*). Lo cierto es que he seguido bastantes series y eso que quiero ver algunas más que había descartado pero que las buenas opiniones que voy leyendo me están haciendo replantearme su visionado. Empezamos la tanda de reseñas de anime de primavera con una historia basada en light novels y, como es habitual, que continúa publicándose actualmente, lo cual quiere decir que es otra serie más que queda abierta al llegar a su capítulo nº 12 y final, a falta de saber si habrá T2. En este caso, Yû Kamiya es el autor que se encuentra tras esta peculiar historia.
No Game No LifeArgumento: Sora, un chico de 18 años, y Shiro, su hermana pequeña de 11, forman una combinación perfecta de famosos jugadores conocidos como "[ ]". Su habilidad ha dado lugar a toda clase de leyendas urbanas en la red ya que no se conoce a nadie que los haya derrotado. 

Un día, los dos hermanos son retados por un chico que se hace llamar "Dios" a una partida de ajedrez que superan con éxito. A partir de ese momento, "Dios" les invita a jugar en un mundo alternativo. Allí se ha prohibido la guerra, los conflictos, los robos... todo se decide por los juegos, incluso las fronteras nacionales. Es un mundo perfecto para los dos hermanos que aceptan dejar el mundo que conocen y aborrecen para ir a aquél. 
Sin embargo, la humanidad ha ido perdiendo territorio paulatinamente dada su inferioridad ante el resto de razas, todas ellas con habilidades especiales. Apenas les queda una ciudad cuando Sora y Shiro llegan a este mundo. Además, el Rey acaba de fallecer y su última decisión es que el próximo líder de los humanos se lleve el trono tras ganar a todos sus contrincantes ¿"Dios" habrá traído a los dos hermanos para salvar la raza humana?No sabía que era una serie que hubiese levantado especial hype hasta hace poco y, ciertamente, tiene elementos para destacar entre la ingente cantidad de series que sale cada temporada.Lo primero que llama la atención es su estilo visual, mezclando tonos pastelosos con otros más vibrantes y fuertemente contrastados. Impacta y choca al principio, pero una vez el ojo del espectador se acostumbra, resulta un estilo con mucha fuerza que probablemente será imitado en futuras series. También destacar el apartado sonoro, cuyo opening es el que más me ha gustado de las series que he visto hasta el momento de esta temporada. Y no olvido mencionar en este punto que la serie ha hecho una buena cantidad de curiosos homenajes.No Game No LifeEntrando ya en la trama, puede no ser la historia más original del mundo, pues aquellas en que los protagonistas se ven arrastrados a otros mundos son múltiples, pero ¿en cuántas el mundo parece hecho a medida para ellos? Sora y Shiro reniegan de su (nuestro) mundo y encuentran un auténtico hogar en el alternativo. Quizás la serie cojee por este lado en el sentido de que no llega a saberse por qué detestan nuestra realidad hasta el punto de hacerse hikkikomoris ¿y sus padres? ¿instituto/colegio? ¿amigos?Sea como sea, es llegar al otro mundo y ambos despliegan todo su carisma y potencial. Sora es un genio que, por momentos, actúa como un completo idiota pervertido, en cierto modo parodiando a los grandes genios que lo tenían todo pensado (y me viene a la mente, por ejemplo, Light, de Death Note) y, por momentos, parece un auténtico cabrón sin sentimientos o sentido común. Guste o no, es imposible negar que marca. Por su parte, Shiro es una muñequita, fría, borde, y adorable al mismo tiempo, pero también una niña prodigio. Si uno de los dos puede perder en un juego, juntos jamás. Se nota el profundo lazo que los une pero, por suerte, sin tema incestuoso más que para, precisamente, hacer parodia.No Game No LifeOtra virtud que le encuentro a esta serie es que, a su manera, reivindica los juegos clásicos, la estrategia. Destacan por un lado el ajedrez, símbolo permanente, y el simple juego de encadenar palabras, dando dos auténticas batallas de proporciones épicas, aún cuando se parte de la premisa de que los "[  ]" nunca pierden. Quizás el último juego, que precisamente no es de ese tipo de juego clásico, se les va de las manos y la forma en que se hacen con la victoria y, sobre todo, la explicación, es demasiado irreal... pero bueno, es ficción que busca entretener partiendo de la premisa de que son unos genios inigualables.El punto negativo de la serie está en el excesivo fanservice femenino. Por mucho que sea desde un punto de vista cómico, empaña y hace que se le resten puntos. Y aquí toca mencionar a Steph, una secundaria que parece tener más tetas que cerebro, incluso el resto de personajes se burlan precisamente de sus pocas luces. Mientras no se le coge el punto cómico, no será muy tragable. Pero luego, la chica resulta ser tremendamente responsable y, para ciertos asuntos, es de confianza. Además, es la más humana de todos, por lo que al final se la acaba apreciando.Es una serie en la que se deben tragar los 2-3 primeros capítulos antes de empezar a verle lo bueno que ofrece, un problema que los más impacientes no aguantarán. La partida de ajedrez que recuerda a la que se jugó en el primer libro de Harry Potter es un primer punto de inflexión y, si se pasa y se llega al juego contra Jibril, una chica alada con enormes poderes, el enganche está asegurado. Además, cada capítulo sabe acabar en un momento cumbre y resultaba casi imposible no ver el siguiente nada más salir.
En definitiva, No Game No Life ha sido una sorpresa, pues no esperaba todo lo que ha sido y todo lo que me ha ofrecido. La he disfrutado muchísimo, me ha mantenido en tensión y me ha dado muy buenos ratos de entretenimiento. Tengo que bajarle nota por el fanservice, por mucho que tire hacia lo cómico, y por lo exageradas que son algunas explicaciones. Salvo por estas cositas, es una serie que voy a echar de menos y de las que más ganas tengo de su renovación por una T2.
No Game No Life

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