De nuevo me vuelvo a encontrar sin gran cosa que traeros, así que para no dejar el blog colgado del todo recupero una de las reseñas de PSS (menos mal que aún me queda un buen puñado XD). En este caso, se trata de una serie de sólo dos tomitos muy divertidos. Si no conocéis a la autora y los veis por algún mercadillo (está descatalogada desde hace varios años), aprovechad porque me extrañaría que no os sacase alguna risotada. La verdad es que se ven con relativa frecuencia si sabéis dónde buscar ;)
Datos
Título original: Maniattemasu!!Autora: Ai MorinagaTomos: 2Años: 2003-2004 (Japón) 2007 (España)Revista: AsukaEditorial en Japón: Kadokawa ShotenEditorial en España: PlanetaEstado actual: Publicación completa. Descatalogada.Precio: 7,95 € por tomoCuriosidades / Datos extras
- Al final del segundo tomo hay un pequeño artículo sobre la serie y la autora de Sheila Malchirant (@Deirdre).
Argumento

La familia Ichinokura está formada por, además del padre, el hijo mayor, Masamune, Hosui, el mediano, y Hatsuhi, el benjamín, a cada cual más atractivo. La única pega que tendrá Homare en su nuevo hogar será la mascota, la gata Ran-Ran, con la que se llevará a matar.
Masamune no tarda en convertirse en el objetivo de Homare. Desde el mismo momento en que se ven, tendrá que soportar el acoso de la chica más pervertida, gafe, obstinada, desinhibida y poco femenina que ha conocido nunca.
Reseña
La autora de ¡No hace falta!, Ai Morinaga, no es una desconocida para los lectores de manga en castellano. Aparte de ésta, se han visto otras dos obras suyas, la primera en llegar, El patito feo, también de la mano de Planeta, y Será nuestro secreto XXX de la desaparecida MangaLine, que la dejó inconclusa con tres tomos publicados.

A partir de este punto de partida, la serie se desarrolla con momentos cómicos, uno detrás de otro, en capítulos prácticamente autoconclusivos: Explosiones cada vez que Homare cocina, la incorporación de ésta al instituto de los Ichinokura, sólo de chicos hasta el año anterior, la insistencia por ser manager del club de kendo al que va Masamune… Situaciones normales que de una manera u otra se tornan surrealistas y disparatadas, hasta llegar a un final más que acorde al tipo de historia que se ha desarrollado durante los diez capítulos que dura, pero dejando abierta la puerta a una posible continuación que, hasta la fecha, no se ha producido.

Por su parte, el caos está personificado en la figura femenina de la serie. Homare es una chica de buen corazón, pero es gafe, y todo lo que hace llega a tener consecuencias catastróficas. Es al mismo tiempo ingenua y directa, romántica y pervertida, atolondrada e inteligente… en definitiva, un coctel explosivo de personaje. Es la clave para convertir la serie en lo que es, pero puede llegar a resultar “demasiado” para algún que otro lector, que no podrá evitar compadecer a Masamune.
El elenco de secundarios está liderado, curiosamente, por la gata de la familia, Ran-Ran. Se trata de un animal feo que siente una inmediata animadversión por Homare e intenta proteger todo lo que puede a su dueño, Masamune. En cierto modo, ocupa el papel de la rival amorosa. La interacción de ambas da algunas de las escenas más surrealistas y desternillantes de la serie. En muy segundo plano quedan los otros dos hermanos: Hosui, cuyo aporte principal en la obra es, al igual que Ran-Ran, proteger a Masamune y Hatsuhi, quien, con su eterna sonrisa, parece pasárselo realmente bien ante las divertidas situaciones que se dan. El padre de éstos, Kura, tiene un papel prácticamente anecdótico y se limita a disfrutar de tener una hija tan cariñosa como Homare en la familia.

La serie vio la luz de la mano de Planeta poco antes de que se animase con las ediciones a precio reducido, de ahí que el precio de partida, 7,95€, resulte elevado para la calidad de la edición. Como puntos a favor tiene una buena traducción, adecuada impresión y rotulación de los textos. Sin embargo, la relación calidad/precio se ve mermada por el papel reciclado pero, especialmente, por el poco cuidado con las onomatopeyas y textos fuera de bocadillos, faltando la traducción de algunas de ellas o estando mal puestas sobre el dibujo.
En conclusión, ¡No hace falta! es un shojo para pasar un rato de puro entretenimiento, apto para todos los públicos que busquen una obra fresca y divertida. Aunque recurre a tópicos, lo hace para darles la vuelta y buscar el punto cómico de las diversas situaciones. Seguramente no será un humor que guste a todo el mundo, pues esto es un tema muy personal de cada cual, pero es una obra corta que resulta perfecta para conocer el estilo de la autora.

