no hay calma sin tempestad

A menudo nos "acomodamos en la calma" nos gusta el estado de alegría, felicidad, orden, calma y serenidad" 
pero... todo este estado de BIENESTAR requiere de gran  esfuerzo...y sacrificio.
Para ello, la VIDA nos da una bofetada de "tempestad", sacándonos de nuestro estado plácido para transformalo en un estado incómodo de "CONFLICTO".
De repente nos encontramos envueltos en una situación incómoda que no buscamos... donde lo que era paz, se convierte en conflicto.
Otros seres buscan provocación, quieren guerra y nos quieren convertir en malvados, desatando nuestros propios demonios, despertándolos de nuestras entrañas, buscan la provocación del odio y del mal, quieren ponernos a prueba una vez más...sacarnos de nuestro estado de bondad.
pero...¿por qué sucede esto? ¿por qué nos quieren sacar de nuestra plenitud? ¿para qué la VIDA nos provoca? parece que quiere que salga nuestro lado oscuro sobre nuestra luz...
Pues para mi, la respuesta es simple...para AVANZAR, para continuar el camino de la LUZ, para ascender a otro plano dimensional, quizá un lugar en el UNIVERSO, un lugar en el TIEMPO, un lugar que hoy desconocemos...
Lo primero que tenemos que pensar, es que no somos nosotros lo que poseemos el poder de escoger este tipo de "pruebas" que nos pone la vida.
Aquí, en este escenario, La Vida ha decidido mover los hilos, nos quiere mostrar una serie de consecuencias, quiere que avancemos en algún punto flaco, quiere que subamos un peldaño invisible...
Digamos que es la manera que muestra la VIDA de enseñarnos a defendernos y a crecer como seres humanos racionales y espirituales.
La vida nos provoca!!! esa sería una definición fácil y ligera de "la guerrera"
Provoca una situación incómoda, de TEMPESTAD para mostrarnos nuestro gran poder, nuestra inteligencia, nuestra fuerza y coraje, nuestra bondad y nuestra sabiduria para salir de la tempestad y encontrar la CALMA.
y sobre todo...para aprender a ser humildes...la humildad es el gran oído de la humanidad, la suma CONSCIENCIA  La HUMILDAD es sin duda, el poder abosoluto de lo pequeño sobre lo grande...