Revista Cultura y Ocio
El urdu es el idioma oficial de Pakistán, un país que no se caracteriza ni por sus mujeres de vida alegre ni por su trepidante vida nocturna. Por ello resulta tanto más curioso que la primera novela que se escribió en urdu fuera sobre una cortesana. Sukopa escribe hoy sobre esta novela:
Umrao Yan Ada, la cortesana de Lucknow, de Mirza Muhammad Hadi Ruswa, es la primera novela escrita en urdu. Ha sido llevada al cine en varias ocasiones y fue incluida por la UNESCO en su colección de obras representativas en 1970.
La novela narra la historia de la cortesana Umrao Yan Ada en primera persona, tal y como ella misma se la cuenta a un amigo.
Umrao fue raptada de pequeña y vendida a la dueña de un burdel. Allí la educaron en el arte de complacer a los hombres. No era especialmente bella, pero cantaba y bailaba bien y también destacaba como poeta.
Para el lector occidental, más que las peripecias de su vida, tiene especial interés el tratamiento de las relaciones amorosas y del papel de la mujer en la sociedad en la que vive:
“Existen dos tipos de mujeres: las virtuosas y las de mala vida o cortesanas....Las únicas mujeres virtuosas son aquellas que nunca han sido mancilladas. No sé si te das cuenta de que esas pobres se pasan la vida encerradas entre cuatro paredes, sufriendo miles de penurias ...”
El amor y la vida matrimonial parecen ir cada uno por su lado. En uno de los episodios, un joven noble se enamora de una de las cortesanas, una emisaria de la familia del joven propone este curioso trato a la dueña el burdel:
“Chabban Sahab es mi único hijo. Yo lo quiero mucho y su padre también le tenía gran estima. Su tío tampoco es su enemigo, lo quiere más que a su propio hijo. Él también tiene una única hija, que está prometida con Chabban. La muchacha ha sido ultrajada, ya que Chabban se ha negado a casarse con ella, y esta es la razón de que se haya enfadado su tío.... Su hija [de la dueña del prostíbulo] puede entrar a nuestro servicio toda la vida. Puede cobrar diez veces más de lo que el chico le daba, pero hágame el favor de convencerlo para que se case. Una vez que lo haga podrá disponer de toda la herencia. Es suya y de nadie más. Es el dueño de la vida y las propiedades mías y de su tío. Únicamente ocúpese de que mi casa no quede difamada. Es algo que nos beneficiará a ambas. Todo está en sus manos”
En otro episodio, uno de los amantes de Umrao la lleva con él, pero la instala en una casita que está al lado de la suya. La mujer legítima, aburrida, la invita a entrar, pero se lleva una buena reprimenda por parte de la suegra que vive también en la casa:
“Por qué se tiene que mezclar con una fulana y además con la que es la amiguita de su marido. Si hubiera sido él el que la hubiera traído aquí, habría montado un escándalo, pero ahora va ella misma y la invita a venir.La gran begum comentó:- Si ni siquiera él se ha atrevido a traerla aquí, ¿Por qué la vamos a traer nosotras? Fuera puede tener a quien quiera, pero no hay por qué meterlas en casa....
En otra ocasión, Umrao se encuentra con una antigua amiga, que más afortunada que ella, consiguió que un noble la desposara. Se reconoce feliz en su relación pero también es comprensiva con los deslices masculinos :
“Me quiere como a una legítima esposa, y en mi presencia no mira a nadie más. Cuando está fuera con los amigos, hará lo que quiera, al fin y al cabo no deja de ser hombre, y yo no voy detrás de él vigilándolo.”
Y es que “los hombres, por muy guapas, educadas y amables que sean sus mujeres, son estúpidos y quedan fascinados por las mujeres de la calle... por eso sus esposas piensan que les han hecho brujería, que es algo que lleva al hombre inteligente a perder la cabeza. De hecho hay algo de bondad en su comportamiento, ya que no culpan a los hombres de ese estado sino a las mujeres de mala vida. ¿Qué mejor prueba de amor puede haber que ésa?- Todo lo que usted dice es cierto, pero los hombres ¿por qué son tan tontos?- Porque el ser humano tiene por naturaleza deseos sexuales, y se cansa de vivir siempre de la misma manera, por muy buena que ésta sea, y siempre desea un poco de variedad”
Del enamoramiento se habla siempre con escepticismo:
“Las mujeres aman a los hombres y los hombres a las mujeres, pero en ese amor siempre hay algún interés. El amor desinteresado como el de Leila y Maynún o Shirin y Farhad solo ocurre en los cuentos.”
“El objetivo del amor de los hombres es solamente el placer, y el de las mujeres, además del placer, protegerse del mundo.”
Al final de su vida, Umrao empieza a considerar su oficio inmoral y lo abandona. Puede vivir con holgura gracias a sus habilidad para cantar. Envejecer es triste para una prostituta, cuando sus encantos decaen y nadie busca su presencia. Pero ella es mujer culta y realista; reconoce que no le importaría casarse pero como lo ve difícil, también aprecia otras vías:
“Hay dos o tres hombres que realmente son sinceros y desinteresados y que lo único que quieren es entretenerse escuchando poesía o música, o simplemente hablando. No tienen ningún interés en mí ni yo en ellos. A esos hombres los quiero de verdad y desinteresadamente aunque poco a poco va surgiendo un vínculo, de modo que al final no puedo vivir sin ellos ni ellos sin mí”
Cuando la ausencia de admiradores le permitió tener más tiempo libre, se aficionó a la lectura:
“No le miento si le digo que si no hubiera tenido esta afición, ya no estaría con vida.”
Entre los gazales de Umrao, me han gustado estos dos en especial:
“Favorable a mi amor hoy parece.O yo o mi amigo, pero alguien fenece.
“¿Por qué sentir envidia? Cómo se cumpla mi deseo me da igual.
Aunque hoy la vea tras haberse encontrado con mi rival.”