Puedo resignarme, y comenzar a morirme; pero me niego a aceptarlo…Prefiero el fracaso más estrepitoso antes que resignarme, prefiero el anonimato ; el olvido o el desprecio, prefiero ser invisible a ojos de los demás antes que resignarme, eso jamás.
Mis sueños me pertenecen, igual que a ti los tuyos, así que “para adelante como los de Alicante”. Nada es imposible, o por lo menos si descarto la resignación, ese objetivo, el que me proponga, seguro me acerca un poco más a mis anhelos.
Mis expectativas, logros o deseos en mi Caminos de Vida me van generando frustraciones, frenan en ocasiones mis deseos y me devuelven a la cruda realidad de mi cotidianidad,
Resignarse tiene que ver con un acto de sumisión, de mansedumbre, de ceder para no causar trastornos, para evitar discusiones o peleas, así que a veces es el camino más fácil o por lo menos el más cómodo para mantener mi “Zona de Confort”
Creo que conformarme, someterme,consentir,aguantar o tolerar la resignación es una actitud que adopto hacía la vida, o una rendición aceptando mi destino sea cual sea.
La incapacidad a la hora de alcanzar mis objetivos, me somete a la sumisión de la resignación, de la frustración o del fracaso, pero cómo todo en esta vida todo es pasajero, y he aprendido a sobreponerme, a liberar la carga de mis alforjas y a luchar de una manera realista por mis objetivos venciendo a la plaga de la resignación.
Hay una frase que he leído recientemente que me ha gustado mucho y que quiero compartir con vosotros:
“La resignación es un suicidio cotidiano”
Tengo claro que la aptitud es la de no lamentarme más, y coger el camino que me lleva a la aceptación de la realidad y la búsqueda de las alternativas y/o soluciones para avanzar en mi CAMINO DE VIDA.
Os recomiendo esta entrada del post de mi hermana, Ángeles que escribió en su blog: (Psicoterapia y Crecimiento) —->“es lo que hay”,¿resignación o aceptación? dónde le da otra vuelta más a este interesante tema.